Boxeo
Damián D. Averhoff | ESPN Digital 6y

El sueño inconcluso de Guillermo Rigondeaux

Todos conocían a Guillermo Rigondeaux. En el boxeo amateur nadie le pisaba los talones. Había ganado dos títulos olímpicos y la Asociación Mundial de Boxeo Amateur (AIBA) le colocaba en la misma plataforma junto a los tres intocables del boxeo aficionado de todos los tiempos: el húngaro Lazlo Papp, y los cubanos Teófilo Stevenson y Félix Savón, todos tricampeones en Juegos Olímpicos.

Cuando Freddie Roach trabajó con él dijo: "Él es el mejor contragolpeador que he visto. Cuando hice guantes con él, simplemente no pude superar su defensa. Traté. Pero no pude. Él es uno de los mejores talentos que yo haya visto", dijo Roach sobre Rigondeaux, hablando por teléfono desde su gimnasio en Los Ángeles. Y luego, reconsiderando sus palabras, afirmó: "Probablemente el mayor talento".

"El muchacho fue el mejor amateur de la historia y encaja con todos estos grandes plumas. Un muchacho como éste podría pelear por el título en su 10ª pelea. En menos de un año podría tener un evento grande. Lo vi en el gimnasio y es uno de esos boxeadores cubanos tremendamente entrenados, de buena escuela, y es técnicamente mejor que Gamboa. No sé si pega tan duro, pero es una promesa maravillosa. Definitivamente es mucho mejor que muchos de nuestros muchachos americanos", dijo el mandamás de Top Rank, Bob Arum, después de aceptar encargarse de su carrera.

El sueño americano inconcluso

Cuando pisó Estados Unidos, Rigondeaux pensó que lo malo había pasado. Que era cuestión de tiempo mostrar sus habilidades en el profesionalismo.

¡Cuán equivocado!

Primero estuvo la barrera del idioma. Pero le salvaron sus puños, esos que hablan un lenguaje universal. Ya en su novena pelea profesional era campeón mundial supergallo de la Organización Mundial de Boxeo, pero su estilo no acababa de enamorar a los fanáticos y atraer a los rivales.

Demasiado defensivo y demasiado bueno. Una combinación eficiente pero aburrida. Arum comenzó a emplazarlo públicamente para que fuera más agresivo sobre el ring hasta que lo sentenció tras su victoria sobre Nonito Donaire, el supuesto sucesor de Manny Pacquiao.

"Solo Guillermo Rigondeaux se convertirá en una estrella si Fidel Castro lo co-promueve". "Cada vez que se menciona el nombre de Rigondeaux HBO vomita", son un par de "delicadeces" del señor Bob Arum.

Si vives en un país como la Cuba post 1959, donde los referentes del boxeo profesional son escasos, piensas que eres el ombligo del mundo. Y cometes el error de asumir que el mundo debe adaptarse a ti y no al revés.

A sus 37 años, Rigondeaux no se ha adaptado. Sigue creyendo que con su boxeo ultradefensivo llegará lejos. Ganando y no gustando. Por tal razón sus manejadores le dan la espalda. Si no es rentable, pues no es negocio y punto. El siguiente en la fila.

"No sé qué voy a hacer. Tengo que buscar a alguien para luchar contra él. Es uno de los mejores luchadores defensivos que he visto, pero no es un estilo muy agradable. Es un luchador muy bueno, pero no es agradable, así que tendremos que verlo", comentó hace algunos años Arum en la que posiblemente sea una de las más diplomáticas declaraciones sobre el cubano.

Los medios

Rigondeaux, su entorno y sus fans han asegurado reiteradamente que los medios no han sido justos con él. Y que esto le ha perjudicado en su carrera profesional. Pero, ¿hasta qué punto son fundamentadas esas quejas?
Tres voces expertas tratan de brindarnos algo de claridad respondiendo la pregunta: ¿Los medios han sido justos con Guillermo Rigondeaux?

Jorge Ebro: Mitad y mitad. Algunos periodistas como Max Kellerman lo han defendido mucho y admiran su boxeo, otros como Dan Rafael lo han criticado...El público se ha acostumbrado a la sangre y la acción inmediata, y creo que mucho de esto tiene que ver con la irrupción de la UFC y los tiempos que vivimos. Décadas atrás, Rigo hubiera sido reconocido por su defensa y sus habilidades, hoy es aburrido... El principal culpable de la mala prensa de Rigo es Bob Arum, que cuando fue su promotor hasta se burlaba de él, con aquello que solo Fidel Castro podría promoverlo... si tu promotor te critica, entonces apaga y vámonos. Yo nunca antes había visto algo así.

Bernardo Pilatti: Los medios se desencantaron y la falta de peleas los llevó a la indiferencia con Rigondeaux. Rigo prometió más de lo que terminó dando. O sea no cumplió las expectativas. Por lo que sea, pero no las cumplió. No peleó contra los mejores y a partir de eso nacieron las críticas y el desencanto. Si la culpa fue o no fue de él es otro tema. Defino el tema Rigo como desencanto que se volvió indiferencia. Al punto que la gran pelea con Loma no nació de gestión alguna, sino de la insistencia social.

Salvador Rodríguez: En México se dice que 'Santo que no es visto, no es adorado', y definitivamente eso podría aplicar en el caso del cubano. Hemos visto tan poco de Rigondeaux en los años recientes que nos hemos olvidado de lo grandioso que es en el ring. El hecho de que no esté hoy como el mejor libra por libra del mundo como pedía hasta hace poco Andre Ward, no sólo se debe a su falta de actividad y por ende una mínima exposición en medios, se trata también de un lío de promoción que le ha costado mucho. Si las estrellas dicen no, la culpa debe ser de las estrellas, no del 'Chacal', si ellos no quieren pelear, pues entonces a seguir mostrando su grandeza con alguien más, después de todo, talento hay, y de sobra.

La puerta de Lomachenko

A Rigondeaux no le quedan muchas oportunidades. La pelea del 9 de diciembre el Madison Square Garden de Nueva York, y que será transmitida por ESPN, pudiera ser una pelea de culto -con dos dobles campeones olímpicos frente a frente- o un bodrio. ¿Quién sabe? Lo que nadie se atrevería a cuestionar es que esta será -posiblemente- el último tren para 'El Chacal' cubano de alcanzar ese Sueño Americano, del que muchos hablan y no todos disfrutan.

La solución está en sus puños, pero más que nada, está en su cabeza.

^ Al Inicio ^