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Carl Frampton (24-1 con 14 KOs) y Nonito Donaire (38-4 con 24 KOs) se enfrentan este sábado en Belfast, Irlanda del Norte, en una pelea por el título interino OMB de las 126 libras y en una batalla de indudables atractivos. Son dos ex monarcas que buscan regresar al primer plano y esta pelea no solo es esa oportunidad, en el caso de Donaire, a sus 35 años, hasta podría ser su último boleto. Frampton, además de pelear ante su público, es ligeramente favorito para obtener ese cinturón y quedar alistado para enfrentar al campeón regular de la OMB en las 126 libras, el mexicano Oscar Valdez. Esa condición de local para otorgarle el favoritismo, se suma a la comodidad que ha sentido el irlandés para lucir en 126 libras, por más que su tamaño es de un 122, ante un oponente que siempre ha padecido en esa categoría. Precisamente Nonito Donaire siempre ha reconocido que la división pluma no saca lo mejor de su boxeo y nunca logró colmar las expectativas en la misma. El filipino que ha ganado campeonatos en 112, 118, 122 e incluso 126 libras, así como un título interino en 115, no tiene buenos recuerdos de esta categoría. A la misma decidió emigrar luego de la dramática derrota experimentada contra Guillermo Rigondeaux en el 2013, que marcó un antes y un después en su carrera. Ya en los plumas, en 2014, logró una controversial decisión técnica sobre Simpiwe Vetyeka en un combate de título y en su siguiente combate fue noqueado en seis asaltos por Nicholas Walters. Tras esa derrota, el filipino regresó a las 122 libras donde pareció recuperar mucho de su buen boxeo. Logró victorias sobre William Prado, Anthony Settoul, César Juárez - ante quien conquistó el vacante título OMB de los súper gallos - y Zsolt Bedak. En noviembre perdió en una pelea muy competitiva contra Jessie Magdaleno. Nuevamente sin título, Nonito volvió a subir a las 126 libras donde enfrentó y venció con buena actuación al mexicano Rubén García Hernández con una decisión de 10 asaltos por el título de plata del CMB La batalla ante Carl Frampton le permite al filipino buscar ese título interino en una suerte de eliminatoria que lo pondría en camino hacia una pelea contra el monarca titular de esa división, Oscar Valdez. Pero no será nada fácil, Frampton será un duro rival, por más que no atraviesa por su mejor momento. El irlandés viene de dos peleas en el 2017 que mostraron un declive en su desempeño. Una derrota en la revancha contra Leo Santa Cruz en enero y una trabajosa victoria en las tarjetas sobre Horacio García, el que incluso lo mandó a la lona en el séptimo episodio. Esa pelea, de todas formas, ocurrió en un momento especial para Frampton, que pasó por dramáticos cambios de promotor y de esquina que necesariamente pudieron influir en su desempeño. El cambio más importante, sin duda, fue el fin de su larga relación con su ex equipo de entrenadores formado por Barry McGuigan y su hijo Shane, que habían conducido su carrera deportiva desde 2009. Los problemas contractuales con una empresa llamada Cyclone Promotions, propiedad de la familia McGuigan, en la cual Frampton aparecía como director, terminaron en un litigio ante la Junta Británica de Control de Boxeo. Superada esa etapa, no hay razones para imaginar que Carl Frampton pueda padecer problemas fuera del ring que afecten su combate de este sábado. Tampoco hay que imaginar problemas por el lado de Nonito Donaire. Aún en su última derrota ante Jessie Magdaleno, lució bastante sólido y con combustible en el tanque como para seguir encantando a los fanáticos. Su mayor inconveniente, de todas formas, puede ser la perdida de consistencia boxística en el ritmo de pelea, algo que se notó en sus últimos combates. A medida que el mismo avanza, Donaire va bajando revoluciones. Tomando en cuenta que los dos son púgiles explosivos, de mucho volumen de golpeo y que recurren a la velocidad para colocar combinaciones de poder, el factor cardio en la pelea larga podría ser determinante. En ese escenario, asoman las virtudes físicas de Frampton como un factor de desequilibrio. Es posible en consecuencia, que veamos una pelea donde, previendo las consecuencias de ese problema, Nonito apele a un boxeo más cauteloso, recurriendo en todo momento al jab para hacer valer su mejor diferencia de brazo (68" a 62"), obligando al rival a tomar riesgos en la corta distancia y tratando de hacer daño al irlandés mediante el contragolpe. En ese aspecto, veremos a Frampton moviéndose por los laterales y sorprendiendo con el uno-dos adentro. En ello su velocidad será crucial, aunque los riesgos que eso significa ante un oponente con tanta experiencia podrían complicarle la victoria. Sera una gran batalla, donde quizás asistiremos al capítulo final en la larga carrera de Nonito Donaire o, si logra la victoria, al electrizante cambio de aire en busca de una última conquista en las 126 libras. Para Carl Frampton, vencer es volver a la ruta en dirección a una gran batalla, en este caso, contra Oscar Valdez. Ya imaginar ese combate, bien vale disfrutar de lo que suceda este sábado en Belfast como si fuera un esquisito plato previo.
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