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Vimos ganar a GGG

Se fue una gran pelea, con dos hombres sólidos y decididos. Fue para nuestro gusto, mejor que la del año pasado, cuando empataron –aunque para nosotros, había ganado Gennady Golovkin- y fue también el preámbulo para una tercera confrontación.

Saúl Canelo Alvarez le ganó a Golovkin en fallo mayoritario y se llevó las coronas del Consejo Mundial, la Asociación Mundial y la Federación Internacional. Sin embargo, para nosotros había dos puntos de ventaja para el ahora ex campeón.

Nadie duda de que fue una gran pelea. Aquellos que esperábamos ver a un Canelo más veloz de manos en la franja del contragolpe, nos equivocamos: el mexicano apostó a la pelea abierta y franca. Los que creímos que GGG iba a avanzar frontalmente y sin sorpresas o variantes, también nos equivocamos.

Sucede que mientras Canelo decidió presionar por el centro del ring, Golovkin utilizó su jab para mantenerlo a raya. Ese golpe, el jab, marcó las diferencias, que no fueron demasiadas para nuestra óptica, pero suficientes como para verlo ganador.

La pelea fue cambiante, pero gran parte del ritmo de la misma la marcó GGG con una gran velocidad de envíos. Por momentos, ambos alcanzaron picos de gran emoción, pero también de alto nivel. Los golpes al cuerpo de Canelo marcaron la primera parte del combate, y eso provocó un quedo en GGG.

Sin embargo, en la última franja –digamos del octavo en adelante-, Golovkin renació con su velocidad, y no solamente esquivó algunos golpes demasiado anunciados del entonces retador, sino que llegó a estremecerlo, aunque ninguno de los dos pasó por momentos de alto riesgo.

Pelea limpia y sin amarres, en donde el árbitro Benji Esteves, pasó prácticamente inadvertido. Pelea de voluntades que levantó al público hasta el último y dramático asalto en donde Canelo logró repuntar para lograr finalmente, una ajustada victoria.

Un jurado, Glenn Feldman, la vio empate en 114, mientras que los dos restantes, Dave Moretti y Steve Weisfield votaron 115-113 para el mexicano. Nuestra tarjeta marcó la misma diferencia pero al revés, 115-113 para Golovkin, quien sufrió su primera derrota y queda ahora con 38-1-1, 34 KO. Alvarez totaliza 50 triunfos (34 KO), 1 derrota y 2 empates.

El público (21.965) fue en su gran mayoría mexicano y por eso, a pesar de que hubo muchos abucheos, la decisión de los jueces fue aplaudida. Durante la pelea fue emocionante como, de acuerdo con el trámite, surgían los gritos de alientos de los dos bandos. Es que, aunque una vez más empezamos a hablar del fallo, y no de la pelea, no está de más poner el acento en lo obvio, pero también lo principal: fue una gran pelea, con los hombres entregándose el todo por el todo hasta la última campanada. Una gran pelea y no porque haya sido una batalla campal sino porque fue un encuentro pensado de ambos lados, con gran sentido del timming de una y otra parte. Una gran pelea porque si estamos discutiendo el fallo significa, como en la primera edición, que fue ajustada y pareja.

Y aunque ya se habla de una presentación de Canelo a fines de año en el Madison con Lemieux y de un combate en Tokio para GGG con Ryota Murata y nada más ni nada menos que el Tokio Dome (lo vimos a Mister Honda –principal empresario japonés- con gran sonrisa en la expresión).

Noche de definiciones categóricas. El Chocolatito Román González derrotó en 5 al mexicano Moisés Fuentes en una buena faena. El canadiense David Lemieux arrasó con el irlandés Gary O’Sullivan con una sola mano –cross de izquierda a la cabeza: terminante- a los 2m44s del primer asalto. Fue eliminatoria AMB de los medianos. Jaime Munguía –la nueva estrellita de Golden Boy y Fernando Beltrán- retuvo su corona mediano junior OMB por KO en 3 al canadiense Brandon Cook. Este muchacho de Tijuana suma ahora 31-0, con 26 KO y deberá ser tenido en cuenta, porque la gente de Golden Boy está apuntándole para cosas mayores.

Una gran noche, con nocauts en las preliminares y una pelea intensamente disputada en la de fondo.

Una pena que, de nuevo, comencemos hablando del fallo y no del combate…