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Lo bueno, lo malo y lo feo de Canelo, Pacquiao y Lomachenko

El título poco tiene que ver con la inolvidable película de Clint Eastwood, Eli Wallach y Lee Van Cleef (The Good, The Bad and The Ugly). Pero será imposible evitar la asociación. El espectáculo que aspiramos a ver o ignorar, siempre será una moneda de tres caras: la buena, la mala y la fea.

En este caso son tres opciones en el futuro inmediato de tres campeones. Opciones que, a la hora de identificarlas con el título, nos pueden alegrar, decepcionar o directamente indignar, pero nunca dejarnos indiferentes.

Nos referimos a Saúl “Canelo” Alvarez, Manny Pacquiao y Vasyl Lomachenko, que hoy ostentan el título mediano, welter y ligero, respectivamente.

Por estos días, se definen o comienzan a definirse sus próximas peleas y de cada decisión dependerá mucho el clima boxístico de los meses venideros.

¿Qué rivales enfrentarán? Es la pregunta que necesariamente nos hacemos todos, imaginando sus próximos compromisos y el tipo de desafío que asuman a la hora de definir sus rumbos ¿Toman o no toman riesgos? ¿Se ajustan a un calendario exclusivamente comercial o no? ¿Le otorgan valor a la competencia deportiva o no? ¿Escuchan el deseo de los fanáticos o se limitan a seguir un cronograma nacido exclusivamente de la estrategia promocional?

Según nuestra visión de ese futuro, para Canelo, Pacquiao y Lomachenko, las siguientes rutas boxísticas los podrían hacer caer en uno de los tres rubros: bueno, malo o feo.

SAÚL ‘CANELO’ ÁLVAREZ

BUENO: El tapatío parece dispuesto a regresar en diciembre y hasta se menciona una fecha: el sábado 15 de diciembre. Se han mencionado varios rivales, entre ellos mellizo Jermall Charlo. A mi juicio es una excelente opción intermedia. El monarca interino del CMB, además de rival obligatorio, no es poca cosa ni tampoco es demasiado. Es favorito Canelo y se trata de un oponente de primer nivel.

MALO: David Lemieux sería el rival previamente elegido. Se lo colocó en la cartelera de Canelo-GGG como uno de los principales respaldos y enfrentando a Gary O’Sullivan al que noqueó en el primer episodio. El canadiense parece mucho, pero es poco. Pertenece a Golden Boy Promotions y ya fue noqueado por GGG. Sería un rival demasiado a modo en una pelea de entrecasa.

FEO: Concentrarse en una trilogía con Golovkin, olvidarse de los buenos rivales o hasta coquetear con algún circo estilo Floyd-McGregor sería lo peor. Canelo ya alcanzó su madurez boxística y demostró que está listo para ir de igual a igual contra los mejores. Hacerlo le rendirá los mismos beneficios económicos y al mismo tiempo le mejorará la empatía con sus propios fanáticos.

MANNY PACQUIAO

BUENO: Que el filipino se mantenga activo y peleando al primer nivel ya es algo bueno. En teoría, su victoria sobre Lucas Matthysse fue lograda de manera competitiva, lo correcto ahora es que vaya contra algún rival de las 147 libras en las cuales deba superar lo anterior y hacer historia en una pelea complicada. Terence Crawford, Errol Spence y hasta el propio Mikey García podrían ser oponentes a la altura.

MALO: Si el filipino elige el camino cómodo y en vez de subir la apuesta, opta por reducirla. En ese caso, la percepción que de él tenemos cambiará radicalmente. Si por ejemplo se toma en serio esa posible pelea contra Amir Khan o cualquier otro de su misma línea débil, tendremos que cambiar la memoria sobre su actuación ante Matthysse y llevarla directamente al recipiente de las peleas a modo. Sería bochorno.

FEO: Que el filipino no haya aprendido la lección del fiasco que nos vendió en su pelea contra Floyd Mayweather, sería lo peor de esta historia. Mintió a todos con su lesión del hombro no denunciada previo a la pelea y ni siquiera escuchamos un pedido de disculpas. Que ahora ambos (Floyd y Manny) hayan coqueteado con esa posible revancha desde una discoteca japonesa es el mismo plato de comida deteriorada.

VASYL LOMACHENKO

BUENO: Que saliendo de una lesión Vasyl Lomachenko enfrente al puertorriqueño José Pedraza es algo positivo. ‘Sniper’ es un oponente legítimo, que le ofrecerá buena oposición y nos permitirá asistir a un combate competitivo, sin importar el obvio favoritismo del ucraniano. Además de ser una unificación de títulos, es lo que corresponde a todo campeón: enfrentar a los mejores siempre.

MALO: Por más que a todos nos agradaría ver a Lomachenko contra Mikey García, es una falta de respeto mencionarlo siquiera (como lo ha hecho Bob Arum), previo a una pelea de título contra otro campeón. No cabe colocarse en la posición de “ya ganó” antes de un combate tan importante. Que primero afronten ese duelo, que lo venza con autoridad y luego hable de lo que viene. Luego, no antes.

FEO: Si hablar de enfrentar Mikey García, antes de su pelea contra Pedraza ya es malo, peor será que después “no se enfrenten”. Todo es posible en ese mundo del boxeo comercial. Por un lado, Mikey ha sido una máquina de soltar nombres sin confirmar nada, mientras que Lomachenko, ya lo vimos, ha ganado a rivales buenos, de pesos inferiores como Miguel Marriaga o Guillermo Rigondeaux. No queremos quje regrese a ese pasado.

PUNTO DE VISTA

Canelo ha ganado consensos inesperados, por más que conseguir unanimidades entre sus propios compatriotas sea cuesta arriba. Es una larga batalla donde parte de ese rechazo se lo ganó sin proponérselo y en parte por su mal manejo del aspecto promocional. Lo boxístico tuvo mucho que ver, no se le perdonaba el estilo ni tampoco el tipo de rivales enfrentados, por más que los mismos tuvieran nombre y buenos records. En sus dos últimas peleas, Canelo demostró que podía cambiar esa ecuación, enfrentó al mejor, lo venció y hasta demostró que puede pelear en otro estilo, más agresivo, más mexicano.

La percepción no mudó del todo, pero el tapatío logró respeto de unos, consideración de otros y obligó a muchos a reflexionar sobre su imagen. Hasta es posible alcanzar ese lugar que en el pasado se ganaron otros grandes campeones en el corazón y la memoria del fanático mexicano. Para ello, necesariamente, deberá seguir tomando riesgos y haciendo historia derribando los mejores de su misma generación.

Pacquiao, por su parte, ya cumplió, si se retira nadie le reclamará nada. Si no se retira, la exigencia es que trate de hacer historia de la buena. Ir contra un rival a modo, es tomarnos el pelo, mientras que reproducir el bochorno de la pelea contra Floyd, será directamente una estafa y una burla.

Vasyl Lomachenko, mientras tanto, se divirtió contra Rigondeaux y venció a un rival que subía de las 122 libras a pelear arriba de las 130. Se lo perdonamos una vez, no se lo aguantamos dos veces. Hizo lo correcto al enfrentar a Jorge Linares y repite la corrección en su próximo combate, como es obligación en un púgil de su nivel. Después de Pedraza que se las vea contra García y si no es Garcia, que busque los mejores. Ya “No Más” oponentes ascendidos de las divisiones menores.

Lo dicho se acercan tiempos de decisiones importantes para pugilistas de alto perfil taquillero como Canelo, Pacquiao y Lomachenko. Ojalá le acierten en la elección de sus próximos rivales. Los legados no pesan hoy en la memoria del fanático, pero los castigarán mañana con el olvido y la indiferencia.