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Spence vs. García: ¿Victoria esperada o sorpresa inesperada?

Los invictos Errol Spence Jr (24-0 con 21 KOs) y Miguel Ángel “Mikey” García (39-0 con 30 KOs), se enfrentan este sábado encabezando una cartelera promovida por Premier Boxing Championship, que tendra lugar en el AT&T Stadium, Arlington - sede de los Dallas Cowboys – y donde estará en disputa el título mundial welter de la Federación Internacional de Boxeo en poder de Spence.

La batalla, que de antemano es candidata a ser la pelea con mayores expectativas previas en todo el 2019, no tiene medios términos para definirla en los vaticinios. O gana el favorito con autoridad y contundencia o el retador rompe con todos los pronósticos y se anota una histórica victoria.

En la teoría de lo previsible es muy fácil especular sobre todas las razones por las cuales Errol Spence Jr. debería vencer por la vía rápida este combate. Sin embargo, todos, sin distinción, nos vemos obligados a ingresar a un laberinto de dudas, misterios e incógnitas cuando buscamos los argumentos que nos permitan imaginar lo contrario, una victoria de García.

“Quizás”, “tal vez”, “podría”, “parece”. Todo lo que se pueda reunir de fundamentos, inevitablemente, tienen el sello de la especulación sobre las posibilidades, jamás sobre las certezas.

La mayoría de los analistas, periodistas, comunicadores sociales en las redes o simples fanáticos de boxeo, vaticinan una victoria clara del campeón FIB. Quienes pronostican lo contrario, parece que, más que una predicción, formularan una expresión de deseo o quizás, un homenaje a la valentía de alguien, como Mikey García, que asume un desafío imposible.

La posibilidad de que esto no pase de un gran negocio, donde el "David" de la historia se llevará una buena bolsa por enfrentar a "Goliath", que es otra opción para la razón de este combate, parece olvidada, aunque no desapareció de la opinión pública. Es indudable que, según el resultado, así será luego valorada o discriminada la osadía de García.

Si el californiano da el batacazo con una victoria y nos demuestra a todos que estábamos equivocados o si aun perdiendo ofrece una gran demostración boxística, la historia le dará el premio que merece.

No obstante, cuidado, si pese a todo lo prometido, los meses de preparación, la contratación de una figura controversial como Victor Conte para que sea el gurú de su transformación corporal y el eterno reclamo de que García merece un reconocimiento mayor a su carrera, a la hora de demostrarlo es barrido del ring al primer o segundo madrazo de Spence, la narrativa será muy diferente. El posible elogio, se volverá crítica y reproche.

Y de esos dos escenarios, el último parece estar más cerca del primero. Y el fundamento principal de esa sombría premonición la da el pasado reciente de Mikey García. Desde su regreso, tras dos años alejado del boxeo por problemas de contrato con TopRank, los rivales enfrentados (todos por debajo de su nivel) parecen parte de un guion fríamente calculado y no de una lista de oponentes duros contra los cuales García hubiera demostrado al mundo sus verdaderos límites en las categorías a las que subió buscando “gloria calculada”.

Fueron cinco peleas, donde ganó las dos primeras por KO y las tres últimas en las tarjetas. El saldo es pobre y muy alejado de quien se auto convoca para ser recordado como uno de los grandes de la historia.

Quizás, por esa razón ha tomado esta riesgosa pelea, como un atajo hacia esa gloria que, en la práctica, es discutible que la merezca en virtud de que ha evitado a mas rivales de elite de los que realmente ha enfrentado. Pero, ¿puede romper García esa sospecha en la noche de este sábado venciendo a Errol Spence Jr?

Veamos cómo podría y como no podría.

LA INCÓGNITA SOBRE LO QUE TRAE GARCIA

Pese a lo que le faltó hacer, nadie le discute a Mikey García sus virtudes boxísticas. Es inteligente, rápido, lleno de recursos, de excelente manejo de piernas, con capacidad de golpear con las dos manos desde cualquier ángulo, excelente en el contragolpeo y temible cuando le permiten el espacio donde cerrar sus peleas con secuencias fulminantes.

Pero esa descripción, necesita una obvia aclaración. Esos méritos fueron adquiridos ante rivales enfrentados en 126, 130 y 135 libras, además de los dos elegidos (Adrien Broner y Sergey Lipinets) para incursionar en las 140 libras. Subir hasta las 147 libras, para enfrentar al más grande y poderoso de sus campeones es llegar a territorio desconocido y en ese aspecto los antecedentes recientes dejan poco para la imaginación. Mikey se impuso a sus últimos tres rivales por su superioridad boxística y no por su contundencia física. No los pudo noquear.

A esa duda, se suma la “transformación corporal” a la que se sometió para enfrentar a Spence Jr. Más peso, más musculatura, sin perder velocidad ni explosividad y sin perder el cardio. Ese fue el objetivo ¿Lo consiguió? Es una duda razonable que solo la pelea, con todo lo que ella dure, nos enseñará lo errado o acertado de ese trabajo.

No es poca cosa. Tomando en cuenta que ante sí tendrá a un rival fuerte, rápido, que pega duro, soporta golpeo y además lo supera tanto en altura como en alcance de brazos, Mikey García deberá ser perfecto y haber salvado el cambio en todos los rubros. Porque, es indudable que basta fallar en uno para que todo se derrumbe.

Para explicarlo en pocas palabras, si no ganó poder en la pegada, su golpeo será inútil. Como también se vendrá abajo su plan si no ganó asimilación a los impactos de poder, si no mantuvo su capacidad de oxigenación, si a su estructura física se le vuelve insoportable cargar tanta masa muscular y exceso de peso, agotándose y cayendo en una fatiga prematura que lo deje a merced de la metralla enemiga.

Tampoco hay garantía que mantenga la velocidad en manos y piernas, ni tampoco si sus reflejos serán los mismos a la hora de manejar las salidas laterales o intentar sorprender entrando desde los ángulos o en el mero contragolpeo a pura explosividad. En resumen, de lo que haya ganado en la preparación depende toda la suerte de Mikey García en esta pelea, lo cual establece la imposibilidad de especular sobre sus posibilidades sobre algo intangible, inédito y que, seguramente, ni él tendrá muy claro que le rinda al 100% de lo esperado.

LA CERTEZA SOBRE LO QUE TRAE SPENCE

Al contrario de un retador, que, apuesta a dar la sorpresa apoyado en una inédita preparación, el favorito tiene todo claro y no necesita inventar estrategias, le basta con ser el de siempre. Errol Spence Jr. es un zurdo esencialmente agresivo, que se siente cómodo peleando en cualquier distancia, de mucha dinámica ofensiva, con una defensa básica, pero muy efectiva, y rápido en sus combinaciones.

Sus movimientos frontales son precisos, utiliza con acierto el cuerpeo para desacomodar al rival, es inteligente para cortar el ring y por sobre todas las cosas, pega duro, tiene mucho poder en los puños.

Spence, como otra virtud, no parece amilanarse ante un rival encumbrado, como lo demostró contra Kell Brook a quien venció en su propia casa. No es ansioso y sabe manejar los tiempos de pelea. Su tamaño, sus brazos largos y la vertiginosidad que por momentos le imprime a su boxeo, para acelerar el ritmo, hace el resto.

En resumen, Spence no solo es favorito por ser el campeón y ser más grande que García, sus condiciones boxísticas también obligan a considerarlo favorito.

¿QUÉ PELEA VEREMOS?

Más allá de las incógnitas sobre el alcance de las reformas realizadas por Mikey García a su estructura física, no parece haber misterios sobre el tipo de pelea que veremos. Al menos en los primeros asaltos.

Será Spence el que temprano imponga su actitud, quien ocupe de inmediato el centro del cuadrilátero y al mismo tiempo el que establezca las reglas de la pelea. Debe hacerlo por una razón obvia, es el más fuerte y el más grande. Pero también, debe hacerlo por una cuestión estratégica. Necesita evitar que su rival gane confianza.

Esa será la clave esencial si quiere ganar temprano en la pelea. García llega a territorio desconocido y con unas condiciones físicas impuestas a su preparación que también son inéditas. Está en la tapa del libro asegurar que el californiano al comienzo de la pelea lucirá algo desorientado, confuso, cauteloso, buscando acostumbrarse a un estilo nuevo de pelea y asimilando su condición de lado B, su condición de más débil, esperando descubrir hasta donde llega su poder, hasta donde alcanza su asimilación y sobre todo, descubriendo si el cuerpo responde al mandato de la mente cuando sea imperioso mantenerse activo en todo momento.

Mikey en ese inicio de pelea se moverá mucho, especialmente hacia laterales, intentará irse sobre la mano contraria de Spence para buscar con ello complicar su balance, tratar de que los golpes del campeón le lleguen atenuados y al mismo tiempo que ello le brinde espacios a su contragolpeo. Será un período de prueba y por directa consecuencia, el momento más peligroso.

Si Mikey sobrevive a ese inicio de pelea, sus posibilidades aumentarán a medida que haga los ajustes a partir de su inteligencia boxística. Es fácil pensarlo, pero muy difícil de que ocurra. Spence debería apurar la pelea temprano y acumular volumen de golpeo, especialmente a la zona media, en esos primeros episodios.

La primera orden de Derrick James (entrenador de Spence) será la de poner mucha presión, no dejarlo pensar a Mikey y colocarlo en una posición atípicamente defensiva. Habrá errores seguramente del californiano que Spence podría capitalizar para entrar sus mejores impactos, los que hacen daño. El único riesgo es esa incógnita sobre el poder que tenga García a la hora de la pelea. Si aumentó su dinamita, sus contragolpes pueden ser letales. Es verdad, pero es solo una posibilidad que debe ser demostrada en los hechos.

PRONÓSTICO

El boxeo sabe de historias parecidas a la de Mikey García con final feliz. Hubo si victorias legendarias de púgiles que subieron de división y rompieron pronósticos impensados. Muchos lo lograron ganando ventajas de hidratación en los contratos (como Manny Pacquiao, por ejemplo) y otros a pura guapeza. Si Mikey García, contra todos los pronósticos, logra la hazaña de vencer este sábado, su epopeya será en inscripta en la última, en el ejemplo de la pura guapeza.

Es que, al final del día, no hay ninguna noticia de que haya solicitado alguna limitación en el peso o en la rehidratación. García es valiente, no pide ventajas y tiene los pantalones bien puestos para buscar lo imposible. Pero, es difícil que ello alcance.

Lo que dice la realidad, lo que gritan los argumentos sólidos al comparar uno con el otro, es que Errol Spence Jr. debe ganar, debe hacerlo con autoridad y seguramente por la vía rápida en cualquier momento de la pelea. Seguramente mediante un TKO en algún asalto donde el retador vaya a la lona más de una vez o simplemente diga “ya no más”. Eso es lo lógico, lo esperable.

Que suceda lo contrario, rompería la regla de la especulación obvia y sería una hazaña. Algo que nos gustaría testimoniar. Nos gustaría errar estrepitosamente en nuestro pronóstico. Los ejemplos de guapeza en este deporte a todos nos ganan el corazón. Pero deseo es una cosa y realidad es otra. Hasta que Mikey García no demuestre lo contrario, Errol Spence Jr. seguirá siendo campeón welter de la FIB después de este sábado.