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Red Bull y Ricciardo se unen a la rebelión vs Mercedes

En la entrega anterior cuestioné el dominio de Mercedes luego de la victoria de Sebastian Vettel y Ferrari en Sakhir, pero dejé abierta la pregunta: ¿inició la revolución en la F1?

Una semana más tarde, en otra fortaleza Mercedes, más infranqueable que Bahréin, tanto la victoria de Daniel Ricciardo y Red Bull, como la derrota de Vettel, son consecuencia del fin de la ‘dictadura’ Mercedes -digo derrota de Vettel y no de Bottas, por la ineficiencia estratégica de los italianos y el golpe de Verstappen al teutón que le hizo perder todavía más puntos.

No digo que Mercedes ya no vaya a ganar. Es más, si estuviese obligado a apostar por un campeón, Lewis Hamilton y el equipo alemán serían mis opciones. Pero lo que sugieren los resultados de las tres primeras carreras de 2018, es que Las Flechas de Plata ya no dominan a placer la categoría y se ha convertido en franca lucha de dos –Mercedes y Ferrari- con Red Bull lo suficientemente cerca y veloz como para ponerlos en aprietos y vencerlos –aunque todavía un escaloncito abajo, sobre todo por el motor.

Mi impresión de que el fabricante de Stuttgart está muy amenazado, no solo la baso en la obviedad de los resultados, sino también en el cómo se dieron los mismos. Es cierto, en Australia la suerte favoreció a Vettel y Ferrari y de nuevo jugó en contra de Mercedes en China, con ese Safety Car bien aprovechado por Red Bull. Pero no podemos minimizar el ritmo de carrera, en el cual Ferrari no solo estuvo a la par, sino llegó a superar el ritmo de Valtteri Bottas y Lewis Hamilton, tanto en Bahréin como en China... sobre todo en China.

“Agradezco que un par de incidentes al frente nos hayan mantenido en la batalla hoy”, esas no son palabras de algún piloto Red Bull o Ferrari, son de Hamilton y hubo más: “vienen duras batallas para nosotros, particularmente de mi lado, pero también como equipo”, reconoció el cuatro veces campeón del mundo.

A este auto diagnóstico de Lewis sobre el fin de semana en Shanghái– y el cual vale mucho para tener una buena idea de dónde está cada quien- se une el comentario que soltó su ex compañero y campeón 2016, Nico Rosberg, durante el post de la televisora inglesa, Sky Sport: “Si yo fuese Ricciardo, me iría a Ferrari. No solo porque sea el auto más rápido en estos momentos…”, eso respondió después de que le preguntarán sobre el futuro inmediato del piloto australiano ganador del GP de China y que no tiene contrato firmado para 2019.

También cabe rescatar la entusiasta afirmación de Vettel luego de ganar la Pole en Bahréin: “la buena noticia es que estamos cerca, en todas las condiciones, estamos cerca a todos”, y en China se comprobó cuando cayó la temperatura el sábado y Ferrari dejó sin oportunidad a Mercedes en la clasificación; luego, ya en domingo, si bien Bottas podía seguir la estela del SF71-H del alemán, jamás lo pudo atacar y fue gracias a la estrategia reactiva –porque reaccionaron a lo que hizo Red Bull- y la pasividad de Ferrari, que Valtteri pudo concretar el ‘undercut’ a Seb y liderar por unas cuantas vueltas el GP chino, hasta que los Toro Rosso obligaron la salida del auto de seguridad y desde el pit wall, RB dio una lección de estrategia a Mercedes y Ferrari –un plan perfectamente ejecutado por Ricciardo y no por Verstappen y así se perdió el 1-2 del equipo austriaco.

Entonces: resultados, funcionamiento e impresiones de los protagonistas y expertos (Rosberg), hacen pensar que la F1 está pareja tanto arriba como en el medio pelotón.

Viene Bakú, en Azerbaiyán, donde Red Bull y Mercedes ya ganaron, pero no con Hamilton si no con Rosberg. El año pasado Ricciardo también aprovechó el caos y la desesperación de Vettel para robarles otro triunfo a los dos favoritos. La edición de este año promete una carrera cerrada en todas las zonas de la parrilla. Eso sí, Mercedes y Ferrari son los favoritos, pero también lo eran en China y Mercedes lo era en Australia y Bahréin… pero sigue sin ganar.