Deporte Motor
Martín Urruty 8y

Moto GP: el título

BUENOS AIRES-- La vara quedó a suficiente altura como para que resulte difícil alcanzarla. En la temporada 2015 de MotoGP hubo cuatro ganadores distintos, seis pilotos -de tres marcas- que llegaron a liderar carreras, diez nombres diferentes -representantes de cuatro fabricantes- en el podio y el título definido en la última fecha y por cinco puntos. El Mundial tiene ante sí en 2016 el desafío de remedar aquello, rebosante de matices, emociones y polémicas, a la vez que enfrenta un importante cambio de reglamento que podría mezclar el mazo para la nueva partida.

Las discusiones por la definición del título apenas han menguado y crece otra incógnita: ¿podrá Valentino Rossi volver a pelear por el campeonato? Después de su última consagración en 2009, el italiano nunca había estado tan cerca de la coronación como en 2015. Tampoco había ganado tantas carreras en una temporada. Rossi, que en febrero y mientras esté en plena pretemporada cumplirá 36 años, dejó alguna definición optimista para sus hinchas: aseguró luego de los ensayos en Valencia que el comportamiento de la moto con la nueva electrónica -más restringida- se parece al de 2008 y 2009. Aquellos fueron los años de sus últimos títulos.

La nueva centralina electrónica fue impulsada por el promotor del campeonato, inicialmente resistida por los constructores y especialmente por Honda, y finalmente encargada a la fábrica italiana Magneti Marelli. Con ella se pretende conseguir cierta equiparación técnica entre las marcas, controlar los costos, a la vez que aparece como incentivo para que se anoten nuevos constructores. La electrónica gobierna las principales funciones de una moto actual: la administración de potencia, control de tracción y de largada. Además, constituye un aporte decisivo en seguridad: incluso sus detractores consideran que sin ayuda electrónica las caídas se multiplicarían en cantidad y riesgos.

La gestión electrónica de las motos 2016 supone un paso atrás en cuanto a la sofisticación desarrollada por la ingeniería de los fabricantes japoneses: hasta Valencia 2015 era capaz de reconocer las necesidades del prototipo en cada tramo de la pista y así mutaba su prestación curva a curva. Con la nueva, el mapa elegido funcionará igual durante toda la vuelta. Se supone, entonces, que los pilotos tendrán aún más injerencia en la conducción.

Después de 14 temporadas en el Mundial, las últimas siete como único proveedor, Bridgestone dejó MotoGP y es sustuido por Michelin. La casa de Clermont-Ferrand ha construido un neumático trasero confiable y con mucho agarre que en las pruebas de Cheste les permitió lucirse a las Honda, principalmente en aceleración. Sin embargo, la rueda delantera les provoca preocupación a todos los pilotos, sin distinción de insignias. Fue la causante de la mayoría de las caídas, principalmente en la entrada a las curvas y durante el tránsito. Rossi también descubrió reminiscencias pero no tan felices: el neumático delantero para 2016 le hizo acordar al Michelin de 2007, año en el que Casey Stoner logró su primer título con la Ducati calzada con Bridgestone.

Mientras en los cuarteles de Yamaha, ganadora de 11 carreras en 2015, una cifra que sólo había alcanzado antes en 2005 y 2010, trabajan para terminar de entender la electrónica y adaptar el modelo a la prestación de los neumáticos, en la sede de Honda tratan de evolucionar su último modelo, demasiado agresivo e incómodo para el estilo del bicampeón Marc Márquez, especialmente en frenada. Ducati, ya sin prebendas para el uso casi indiscriminado de motores, pretende volver al triunfo. Suzuki y Aprilia, más nuevos en esta incursión, arrimarse al podio.

Lin Jarvis, director del equipo Yamaha, confesó hace poco que el apabullante dominio de Márquez en el inicio de 2014, cuando ganó las primeras diez carreras en fila, había impulsado a Rossi y Lorenzo a levantar su juego. Con Márquez fuera de la ecuación del campeonato desde temprano en 2015, el dúo de la casa de Iwata estuvo frente a frente durante buena parte de la temporada. Cada uno llevó al otro al límite y algo más allá. Valentino subió a 15 podios y fue el único piloto que anotó en las 18 fechas. Jorge resultó el máximo ganador del año con siete triunfos, incluida la racha de cuatro consecutivos en el inicio del periplo europeo (Jerez de la Frontera, Le Mans, Mugello y Cataluña). Si esa rivalidad les sirve como combustible para 2016, si Márquez aporta otra vez su chispa y Dani Pedrosa y las Ducati se suman a la reunión, entonces la vara establecida en 2015 no quedará tan lejana.

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