El juego más peligroso de Tom Brady
La leyenda de los Patriots piensa jugar hasta los 45 años de edad sin dañar su cuerpo, mente e integridad, pero su futuro no sólo está en sus manos.
Esta es la historia de portada en ESPN The Magazine que sale a la venta el 13 de noviembre. La historia fue actualizada después de que se imprimió para reflejar el cambio que New England hizo el 30 de octubre al mandar a Jimmy Garoppolo a los San Francisco 49ers. ¡Suscríbite ahora! Sucedió todo a la vez, como suele sucederles a los boxeadores. Engañado, había enviado un pase al hombre equivocado y, de pronto, estaba de pie, expuesto, y no sólo la jugada, sino que la misma naturaleza se volcaron contra él. Sus compañeros de equipo parecían haber desaparecido; era el último hombre en posición para evitar que el jugador equivocado recorriera todo el campo y convirtiera el juego en una derrota. Hizo su mejor esfuerzo, como siempre lo hace, pero se encontraba solo frente a un rival más joven y rápido, y cuando se lanzó, le faltaron 30 cm en lugar de 3 cm, y simplemente parecía haberse desplomado. Incluso aquellos que estaban en su contra, deben haber sentido lástima por él, porque fue uno de esos momentos en los que la esencia del deporte se muestra tal y como es: cruel y fríamente biológica. Durante el lanzamiento de un pick-six a Robert Alford de los Halcones en el segundo cuarto del Super Bowl LI, la edad había alcanzado a Tom Brady. Más tarde, en el cuarto cuarto, Brady lanzó otro pase por en medio del campo donde Alford esperaba. Fue incluso peor que el pick-six. Brady no había sido engañado; estaba forzando pases al tráfico, arriesgando el juego. Aunque, esta vez, Alford no cogió el balón. Esta vez, el ovoide, aún en juego, le rebotó en los dedos. Se elevó, volvió a bajar, y el receptor previsto de Brady, Julian Edelman, saltó para quedarse con él. Se aferró a él, pero también intervino la gravedad, y el balón cayó al suelo. Sin embargo, no tocó el terreno de juego. El balón cayó en una especie de torre formada por las piernas extendidas de Alford y los brazos estirados de Ricardo Allen, y Edelman colocó las manos debajo del balón, en uno de esos momentos en los que la esencia del deporte se muestra indiscutiblemente cósmica. Por escasos tres centímetros, Tom Brady había anulado la sentencia del tiempo. La historia más antigua del deporte, no es aquella del atleta que muere joven. La historia más antigua del deporte, es aquella en la que el atleta envejece y juega más allá de su mejor momento, con la esperanza de evitar lo inevitable. En septiembre, Tom Brady presentó un libro titulado The TB12 Method: How to Achieve a Lifetime of Sustained Peak Performance [El Método TB12: Cómo lograr una vida de alto rendimiento sostenido], en el que intenta reescribir la historia más antigua del deporte. Es una guía contra lo inevitable. Irresistible, no solo porque les proporciona a los lectores una fórmula para vencer el reloj o porque ofrece acceso a las enseñanzas del entrenador físico y socio comercial de Brady, Alex Guerrero, sino porque Brady está viviendo su propio método y aún no conocemos el final de su historia. Desde luego, todos sabemos la forma como él quiere que termine. En una entrevista con ESPN el día después de que los Patriotas se enfrentaron a los Halcones en la revancha del Super Bowl a mediados de octubre, Brady dijo, "quiero jugar durante mucho tiempo", como si se encontrara en los inicios de su carrera y no rondando el final de la misma. De hecho, el veterano de 18 años de trayectoria, declaró este año que desea jugar hasta los 45. Aún quiere ganar un par de Super Bowls más, así que es imposible que alguien repita su carrera, ya de por sí sin precedentes. Aunque es posible que sus ambiciones sobre el campo sean apenas un preludio de lo que desea lograr fuera de él, porque El Método TB12 captura a un hombre en su intento por pasar del sujeto que trasciende en los deportes, al sujeto que trasciende en la cultura. Brady declara que está "en una misión" y que quiere "inspirar un movimiento". El hecho de que este sea un movimiento acerca de algo que él llama "flexibilidad" (se entrena a los músculos para que se vuelvan "largos, suaves y estén preparados" en lugar de "cortos, densos y rígidos") es menos revelador que el argumento moral que defiende. "La flexibilidad no es solo para los atletas de élite", escribe. "Es para cualquier persona que quiera vivir una vida enérgica durante el mayor tiempo posible". El método no es para el vestidor. En cambio, refleja los valores de una élite mundial para la cual la longevidad humana es el destino humano, y de la cual Brady y su esposa, Gisele Bundchen, son miembros activos. Sin embargo, hay un detalle: para trascender el futbol americano, Brady debe seguir jugando. Él mismo es un ejemplo -el ejemplo- que pone a prueba las ideas que forman la base del TB12, su marca. "Si se quiere tener una prueba de que la flexibilidad y el Método TB12 funcionan, yo soy la prueba", escribe. No solo quiere jugar hasta los 45, está obligado a jugar hasta los 45, de otra manera no sería Tom Brady, el arquitecto de lo imposible. Se ve enfrentado al envejecimiento, las lesiones y, casi con toda certeza, a los planes de largo plazo de su entrenador y futuro miembro del Salón de la Fama, Bill Belichick. Brady juega de manera peligrosa en un deporte peligroso, y antes de que pueda superar el fútbol americano, deberá lograr una proeza casi tan única e improbable: deberá sobrevivirlo, con el cuerpo, la mente y la dignidad intactos. En la noche de la Semana 7, cuando los Patriotas y los Halcones se enfrentaron, Nueva Inglaterra entró en juego con 4-2, en una temporada 2017 que destaca por su tasa de deserción en toda la NFL, en la que numerosos jugadores de élite han descubierto que el talento no sirve de protección contra las lesiones. El mismo Brady ha reconocido la gran cantidad de veces que ha recibido golpes; se ha dicho que juega con dolor en el hombro izquierdo, y cuando, al principio del juego, se sale del bolsillo y lanza profundo para un receptor, el pase se dirige, una vez más, a las manos de Robert Alford. Pero entonces, Brady recibe un indulto. Al momento de soltar el desafortunado balón, recibió un duro golpe demasiado arriba, una vez más, en el contexto de la temporada 2017, de Adrian Clayborn de los Halcones. Se castiga a Clayborn por rudeza al pasador. Dos jugadas después, Brady demuestra lo que todos los entrenadores de la NFL ya saben -que es un hombre que aprovecha al máximo las segundas oportunidades- y lanza un pase de anotación para Brandin Cooks. La derrota estaba asegurada, con un pase lanzado a Alford que una vez más sacó a la luz la buena fortuna que le ha sonreído a Brady a lo largo de su carrera, salvo lo siguiente: recibió un indulto por un lanzamiento errante. No recibió un indulto de otro duro golpe a la cabeza. Recordémoslo en el centro de convenciones de Boston, en el mes de junio. Está compartiendo el escenario con dos amigos, Edelman y Tony Robbins, en uno de los espectáculos motivacionales de Robbins. Han pasado cuatro meses desde que Brady ganó su quinto Super Bowl, un día después de que concluyó el minicampamento de los Patriotas, y se le ve relajado, con una camisa de mezclilla abierta sobre una camiseta blanca y limpia. Cuando Robbins, usando auriculares, dirige con una gran sonrisa al público para que aplauda con ritmo, Brady lo acompaña con las palmas. Él también está usando auriculares de diadema y sonríe de oreja a oreja. Para todo el mundo, parece un atleta envejecido haciendo lo que los atletas envejecidos siempre han hecho: tratar de encontrar una solución fuera del campo, convirtiéndose en vendedores. Ahora echemos otro vistazo, esta vez teniendo en cuenta algo muy importante. Él es, nada más y nada menos, que Tom Brady. No es un deportista vuelto vendedor común y corriente, ni tampoco un mariscal de campo de la NFL común y corriente. Claro, tiene algo que vender, El Método TB12 y toda la parafernalia asociada, desde un equipo de bandas elásticas de resistencia de $250 hasta un libro de cocina de $200. Sin embargo, no solo está vendiendo su mercancía, está intentando iniciar un movimiento. Y así, Robbins y Edelman se acompañan no solo como amigos o incluso compañeros de armas. Robbins es un mentor, un atisbo de lo que Brady aspira a ser. Edelman es un discípulo, un iniciado del Método TB12. Y los tres hombres, sentados en el escenario y aplaudiendo con ritmo, representan un retablo de culto, incluso cuando Robbins le pregunta a Brady sobre el minicampamento. "Salí caminando del campo de entrenamiento y pensé, ‘Soy el peor mariscal de campo de la NFL'", dice Brady. "‘¿Cómo es posible que haya hecho esos lanzamientos? ¿Cómo pude haber sido tan tonto como para hacer eso?'" Sonríe impecablemente. "Se me quita el sueño cuando no lo hago perfecto". Resulta difícil creerle cuando habla así. Aunque es difícil no creerle, porque no hay modo de explicar su carrera sin recurrir a lo inexplicable, y porque sin duda él cree en lo increíble desde lo más profundo del alma. Sin importar lo que diga, siempre habla en serio. Le cuenta al público de Robbins la historia de cómo llegó a los Patriotas en el puesto 199 del draft de la NFL del 2000. Nadie a excepción de él, creía que pudiera reemplazar a Drew Bledsoew como el mariscal de campo inicial. No es solo una historia que ha contado en numerosas ocasiones; es la única historia que ha contado, sin embargo, el público está maravillado porque la gente sabe que hay un milagro al final. Así que vuelvan a mirarlo, mientras cuenta cómo las dificultades habían puesto a prueba su fe en sí mismo y cómo la había fortalecido para convertirla en una voluntad implacable, y de cómo esa voluntad ahora halla su máxima expresión en la creación del Método TB12. Esto sucedió un mes después de que Bundchen le dijo al mundo entero que su esposo tenía una larga historia de conmociones cerebrales no diagnosticadas, entre ellas una que sufrió la temporada pasada. Cuando Robbins le pregunta a Brady por qué creo el TB12, él responde que se vio motivado por el declive de sus ídolos. "Joe Montana se vio obligado a retirarse porque su cuerpo no resistió", dice. "Steve Young tuvo que retirarse porque seguía sufriendo de lesiones en la cabeza". Brady parece suponer que de alguna forma puede evitar la suerte de sus ídolos mediante la práctica rigurosa del Método TB12. Y ahora en su libro, declara abiertamente que la responsabilidad de las lesiones recae, en parte, en el lesionado. "Cuando los atletas se lesionan, no deberían culpar al deporte o a la edad", escribe. "Las lesiones ocurren cuando nuestro cuerpo es incapaz de absorber o dispersar la fuerza a la que se le somete". Se desafía a sí mismo para alcanzar proezas sin precedentes y milagros inconmensurables, y defiende el futbol americano con la determinación de un hombre que defiende su propia leyenda. Su mensaje es inequívoco: el fútbol americano ayuda a aquellos que se ayudan a sí mismos. Si quieres pruebas de que la flexibilidad y el Método TB12 funcionan, aquí me tienes "Siempre hay un equilibrio de referencia que debo encontrar antes de cada partido", dijo Brady en la entrevista al término del enfrentamiento con los Halcones. "En realidad, el objetivo de mi libro era describir todas estas cosas. ... Lo he estado haciendo tanto tiempo que no me resulta difícil comprenderlo. Es muy sencillo, y tal vez me resulta más frustrante que mucha gente simplemente no lo comprenda". El Método TB12 es el primer libro verdadero de Brady, pero no sorprende el hecho de que no se desarrolle como autobiografía o un libro de intimidades que en realidad no es tanto sobre Brady. Ajeno al negocio de la autorrevelación, no revela nada en su libro excepto que está muy metido en el negocio de Tom Brady. Aun así, El Método TB12 es un ejercicio de autorrevelación involuntaria. El hombre que nos mira fijamente desde la portada del libro es un californiano de piel clara, quien, después de pasar la mayor parte de sus días expuesto al medio ambiente, no tiene si quiera una arruga, ni una cicatriz, es más, ni una peca. No es que se vea joven, más bien se niega a verse viejo. Cuando su esposa mencionó sus conmociones cerebrales, lo hizo una sola vez y nunca más, y Brady ha hecho caso omiso a las preguntas sobre los efectos neurológicos a largo plazo con un "eso no es asunto suyo". La palabra "conmoción" no se menciona ni una vez en El Método TB12. La frase "lesiones cerebrales" sí aparece, pero solo cuando Brady habla sobre las técnicas para "anticiparse" a ellas, "especialmente durante el período entre temporadas". Responde a preguntas sobre las conmociones cerebrales, diciendo que su cuerpo no es incumbencia de nadie, al mismo tiempo que comienza a construir un negocio en torno a su cuerpo. Se ha vuelto costumbre imaginar a Brady como un atleta sin límites, uno que rompe las expectativas al negarse a aceptar la noción de cualquier persona de lo inevitable. No obstante, El Método TB12 ofrece un retrato de un ser humano ferozmente limitado, aunque el "más hidratado" del mundo. Todos los días, se levanta a las seis de la mañana e inmediatamente toma 600 ml de agua purificada, mejorada con electrolitos TB12, que, como él nos dice, contienen los "72 oligoelementos" que por lo general se pierden a través de la transpiración. Como resultado, dice, está tan bien hidratado que "incluso con una exposición adecuada al sol, no sufre quemaduras solares", y presume que los músculos bajo su piel parecen "hermosos filetes" en lugar de "cecina arrugada". Entrena cerca de cuatro horas al día y, la mayoría de los días, hace "flexibilidad" con Guerrero, quien, con manos capaces de generar "50 newtons de fuerza con un solo dedo" -aproximadamente 5 kg- aplica "presión dirigida" a los músculos de Brady. "En las contadas ocasiones en las que no tengo el beneficio de trabajar con Alex", o bien hace "flexibilidad con un compañero" o lo hace solo con un frasco de aceite de coco que él mismo se aplica y una "esfera que vibra" de TB12. Come moderadamente y el tamaño de las porciones rara vez superan la palma de su mano, pero también lo hace con un propósito: el de mantener la "alcalinidad" de su cuerpo. Además, el sueño tiene una función terapéutica, y se acuesta a las nueve de la noche todos los días en una habitación no contaminada por la tecnología o la caspa animal. Siempre tiene un vaso de agua junto a la cama y duerme, como es bien sabido, usando "ropa de recuperación fabricada con materiales biocerámicos", que también está a la venta en el TB12 y que Brady considera como parte de un "movimiento": el movimiento de "las prendas y ropa de dormir posibilitadas por la tecnología". El año pasado, escribe, estaba tan contento con la forma en que estaba lanzando en un entrenamiento que recuerda haber pensado, ‘Mi habilidad para rendir al máximo de forma sostenida a lo largo de los últimos diez años, es casi increíble'". Con su "sangre rica en oxígeno" y sus músculos "encendidos al cien por ciento", puede permitirse el lujo de decir "rara vez me fatigo, y nunca me dan dolores de cabeza ni calambres". Prácticamente declara que es invulnerable. Él no es uno de ellos, los jugadores con daños irreparables que nos causan pena, a pesar de que los animamos. "Puedo recuperarme del juego del domingo significativamente más rápido que los jugadores que son diez o quince años más jóvenes que yo", escribe. Pero hay mucho más en juego -y las probabilidades son aún menores-, porque Brady parecer estarles pidiendo a los lectores que reconozcan, no únicamente su capacidad de recuperación, sino también su capacidad para mantenerse ileso, como si no estuviera jugando los domingos. "De hecho, hace dos años, recibí un golpe en la rodilla durante el entrenamiento, y necesité una resonancia magnética. Los médicos que interpretaron la resonancia bromearon que mi rodilla se veía tan saludable, que no creían que fuera jugador de futbol americano profesional". Brady escribe, "el alto rendimiento sostenido no es cuestión de suerte" y afirma que "gran parte del éxito que por suerte he tenido a lo largo de mi trayectoria, se lo debo a que siempre he creído que ‘la voluntad supera a la habilidad'". Sin embargo, si Alford hubiera atrapado el balón que Brady le lanzó, en lugar de Edelman, o si el balón hubiera seguido su curso natural y hubiera caído sobre el suelo en lugar de quedarse sostenido por una montaña de brazos y piernas, o si Pete Carroll le hubiera entregado el balón a Marshawn Lynch en el Super Bowl XLIX, quizá estaríamos teniendo una conversación completamente distinta sobre Tom Brady. No sería un inmortal y, en lugar de hablar sobre la eficacia del Método TB12 para prolongar el alto rendimiento, estaríamos preocupados por el caso de otro gran jugador de la NFL limitado a perseguir a su propio fantasma. Brady no solo jugó bien contra Seattle y Atlanta, también tuvo suerte. La suerte no siempre le ha sonreído. David Tyree acabó con el sueño de Brady de una temporada 2007 invicta, cuando atrapó el desesperado lanzamiento de Eli Manning con el casco, una recepción por lo menos tan improbable como la de Edelman. Al inicio del 2008, Brady se rompió dos ligamentos de la rodilla izquierda, una lesión tan grave que había serias dudas sobre su capacidad de recuperación. Cuando sufrió complicaciones de la cirugía, contrató a Guerrero, con quien había trabajado en el pasado, para encontrar una mejor manera. Ahora Brady califica a Guerrero de "genio". Lo abraza cuando lo ve y le dice "Alejandro". Pasó por alto algunos problemas del pasado de Guerrero (Guerrero pagó un fallo a la Comisión Federal de Comercio para zanjar las acusaciones por haber afirmado que suplementos alimenticios podían ayudar a curar el cáncer) y juntos iniciaron un negocio. También incluyó a compañeros de equipo en el grupo del TB12, al convertir a un grupo de jugadores que incluye a Danny Amendola, Dont'a Hightower, Rob Gronkowski y, obviamente, Edelman. ¿En qué medida cree ahora Brady que puede controlar su destino? "En el instante en que el casco de otro jugador entra en contacto con mi cuerpo, mis músculos son suficientemente flexibles como para absorber lo que sucede al instante", escribe. "Mi cerebro solo está pensando alárgate, vuélvete blando y dispérsate antes de que mi cuerpo absorba y disperse el impacto de manera uniforme, y yo alcance el suelo". O, dicho de manera más sencilla, como lo platicó en la entrevista, "sé que mi enfoque en la flexibilidad me ha ayudado a evitar muchas lesiones y a recuperarme con gran rapidez de los golpes". Sin embargo, todavía sigue siendo un jugador de la NFL, y para cualquiera jugador de la NFL, los crueles caprichos del deporte, no se limitan a lo que sucede en el campo, especialmente porque es un Patriota de Nueva Inglaterra y juega para un hombre que tiene su propio método formidable. Bill Belichick es el tomador de decisiones más frío que se haya conocido en el futbol americano. Aunque es un talentoso estratega, la esencia del Método Belichick no se reduce a las jugadas, sino que también se trata de los jugadores y de saber reconocer con anticipación el momento adecuado para deshacerse de aquellos que cometen el error de pensar que son indispensables. Durante casi dos décadas, Brady ha mantenido una conducta ejemplar según el Método Belichick: el mariscal de campo más frío para el entrenador más frío. Aunque también lo ha puesto a prueba, una pregunta que algún día Belichick tendría que responder, el inevitable final de su carrera y la de Brady. Belichick parece haber encontrado su respuesta en el 2014 cuando, en las propias palabras de Brady dijo "la juventud se ha desvanecido", cuando el mariscal de campo todavía intentaba ajustar su juego luego de cinco años de lucha en la postemporada. Entrenadores defensivos inteligentes lo comenzaron a retar, obstruyendo el centro del campo para obligarlo a lanzar hacia afuera. En el 2013, las yardas por intento de Brady cayeron a 6.92, su cifra más baja desde el 2006, y completó solamente 17 de 68 pases de más de 20 yardas. "Tenemos que poder lanzar a lo profundo", dijo Belichick, de acuerdo con personas de su equipo, y aunque Brady, trabajando con Guerrero, ya comenzaba a hablar sobre jugar más allá de sus 40 (provocando expresiones incrédulas en el cuerpo técnico de los Patriotas), esa no era la pregunta que consumía a los evaluadores de los jugadores. La pregunta era si sus habilidades ya se encontraban en un declive irrevocable, y en el draft del 2014, Belichick pareció tener la respuesta al elegir a Jimmy Garoppolo en la segunda ronda. Esa fue la primera señal de que estaba personalmente dedicado a diseñar un futuro que no incluía a Tom Brady, y de que el Método Belichick nunca daría paso a los sentimientos. Los Jefes de Kansas City se quedaron con la victoria ante los Patriotas en el partido de lunes por la noche a principios de la temporada 2014, y Brady jugó tan mal -de forma tan incómoda- que surgieron rumores de que estaba, finalmente, acabado. Unos cuantos días después, Belichick le pidió al entrenador de los corredores, Ivan Fears, que hablara con el equipo. Fears habló de la importancia de la actitud, después se dirigió a Brady y, con todo el equipo atento, dijo, "tu lenguaje corporal huele a miedo". En respuesta, Brady hizo lo que Brady suele hacer: decidió mejorar. Él dice que "no recuerda" que Fears le haya dicho eso, pero siempre recordará la necesidad, en ese momento, de practicar la fortaleza mental. "Es un cambio de actitud", dice. "Jamás debes sentirte satisfecho. Las cosas obviamente no han sido fáciles para mí a lo largo de mi carrera". Lo que sucedió a continuación en las tres siguientes temporadas, es indiscutiblemente el mayor rendimiento sostenido de un atleta veterano en la eterna historia de los atletas que envejecen: un desempeño tan consumado que convenció a Brady que, gracias al Método TB12, en realidad no estaba envejeciendo en absoluto. Brady le dio el crédito a Guerrero de mantener su cuerpo intacto, y Guerrero se atribuyó el mérito, pero los Patriotas lo atribuyeron a los cambios que Brady hizo a su juego. No se sentía demasiado orgulloso de lanzar el balón al suelo a la primera señal de peligro y no estaba recibiendo tantos golpes. Y, cuando el equipo vio lo fresco que se veía su brazo al final de la temporada 2016 que inició con una suspensión de cuatro juegos, los entrenadores se hacían la pregunta que seguirá a Brady mientras continúe jugando: ¿Puede jugar otra vez 16 partidos? Belichick está empeñado en asegurar su propia inmortalidad. Nadie sabe cuánto tiempo más podrá entrenar, pero sus amigos le dan dos o tres años más, tiempo suficiente para asegurarse de que sus dos hijos, Stephen y Brian, ambos auxiliares de los Patriotas, estén seguros, y posiblemente el tiempo suficiente como para establecer una verdadera sucesión dinástica. Ha dicho a amigos que desea entrenar a Garoppolo como iniciador y que confía en que puede ganar un campeonato con él. Pero, para ello, tendría que separarse del jugador que ha cambiado su vida y su legado. ¿Realmente lo haría? ¿Realmente continuaría sin TB12? La noche del 30 de octubre, esa pregunta fue contestada, por ahora, cuando Garoppolo fue cambiado a los San Francisco 49ers por una selección de segunda ronda. El cambio apareció de la nada, sorprendiendo a la gente cercana a Belichick, Brady y Garoppolo. Pero aunque se puede ver el cambio como una simple demostración de que Brady es y será la única excepción al método de Belichick, y por otro lado confirma que el Método siempre ganará. ¿Belichick hizo el cambio el pasador suplente solamente por lealtad al quarterback de 40 años? o ¿porque cortarlo en el momento exacto es lo que siempre ha hecho y siempre hará? En el corto plazo, Brady está en la posición de verse como el quarterback del futuro de los Patriots, sin ver un final cercano. El cambio de Garoppolo se puede ver como una expresión de fe no sólo en Brady, pero también en el Método TB12. El aparente voto de confianza viene incluso cuando Brady se encuentra en medio de un conflicto entre Patriots y Guerrero, con Guerrero acusando al entrenador físico por las lesiones que algunos de sus clientes han sufrido y que Belichick ha dejado claro que Guerrero no tiene un rol en su staff. "Se viene una colisión", dijo un amigo de Belichick, e incluso sin Garoppolo respirándole en la espalda, Brady está consciente de los históricos éxitos con los Patriots. Dice que ahora espera no jugar para alguien más, pero "no soy ingenuo en pensar que no lo haga". Brady no es el único que ha escrito un libro. Al final de su colaboración con David Halberstam en el 2005, La educación de un entrenador [The Education of a Coach], Belichick menciona a la suerte como un requisito de la grandeza, y Brady destaca como primer ejemplo. Cuando Brady fue suspendido a inicios del 2016, Garoppolo lo reemplazó, y emuló el inicio de la carrera de Brady. Garoppolo jugó bien, pero es difícil saber si fue mera suerte o fuerza de voluntad, ya que solo duró cinco cuartos y medio antes de recibir un golpe y sufrir una lesión en el hombro, que al final le abrió el camino otra vez a Tom Brady y su Método. Un día el año pasado, los dos científicos de la empresa que creó el software Brain HQ, se sorprendieron al recibir una llamada en sus oficinas de San Francisco. Era Alex Guerrero, y les platicó que Tom Brady estaba haciendo los ejercicios cerebrales que habían desarrollado, lo cual los sorprendió por varios motivos. En primer lugar, les sorprendió que Brady quisiera conocerlos. Y en segundo, que Brady no estaba haciendo los ejercicios para lo que fueron desarrollados. "Mejoramos a las personas que necesitan mejorar", dice Henry Mahncke, director general de Posit Science. "A ancianos y a personas que han sufrido daños cognitivos, pero no a un hombre que está en la cúspide de su carrera y que usa nuestros ejercicios para mejorar aún más". Así que Mahncke y el fundador de Posit Science, Michael Merzernich, volaron a Boston para reunirse con Brady y Guerrero en el centro de entrenamiento de TB12. "Lo primero que se nos hizo bastante extraño fue que tuvieran un equipo personal de neurocientíficos", añade Mahncke. "Y dijimos, ‘este es el tipo de cosas que puedes hacer cuando eres el mejor mariscal de campo de todos los tiempos'. Pero lo que nos platicó fue realmente impactante. Comentó, ‘Estoy en el punto en el que quiero ser el mejor de todas las formas concebibles. Encontré los ejercicios en Popular Science, y ya puedo notar diferencias en el funcionamiento de mi cerebro. Este tipo de entrenamiento cerebral es como el acondicionamiento físico. Puede ayudar a cualquiera'. "Antes no veíamos el entrenamiento cerebral de esa manera", comenta Mahncke. "Si tienes un mal funcionamiento cognitivo, podemos ayudarte. Pero Tom estaba usado los mismos ejercicios que usan personas en condiciones mucho peores. No tuvimos que cambiar la ciencia en absoluto. Solo que los estaba usando en un nivel totalmente diferente". ¿Decidió Brady empezar a hacer entrenamiento cerebral porque sintió que podía mejorar y subir de nivel o porque sintió que ya se estaba quedando atrás a consecuencia de los golpes recibidos en el pasado? Mahncke no lo sabía, nunca se lo había preguntado. Aunque quería dejar clara una cosa: "Hablo mucho con Tom, y esto puede que les sorprenda, pero nunca habla sobre conmociones cerebrales. En absoluto.". Así que la pregunta permanece. Porque, ya sea que Tom Brady es un jugador de futbol americano que, al igual que muchos otros, ha sufrido múltiples conmociones cerebrales, o a diferencia de muchos otros jugadores, ha encontrado una manera de superar la agresión inherente de este deporte contra el cuerpo y el cerebro. No solo su esposa lo señala como el primero; muchos Broncos creen haberlo visto claramente aturdido en el partido del campeonato de la AFC en el 2015. No obstante, en su libro no solo habla sobre su determinación de siempre ir un paso adelante de las lesiones cerebrales, sino que habla incansablemente de aquellos que dejan que las lesiones los superen. Conocido por no tolerar sus propios errores, resulta que tampoco perdona a los jugadores que cometen el error de lesionarse. "Si nuestros cuerpos pueden manejar la fuerza, no importa el deporte que practiquemos o nuestra edad. ¡Por eso la edad no es un problema para mí!". No está de acuerdo con aquellas personas cuya experiencia podría contradecir la cuestión clave del TB12. "Los jugadores dicen que la principal razón [de la jubilación anticipada] es el temor a los efectos a largo plazo de jugar con una lesión. Yo no tengo ese miedo. No tienen ni idea de que pueden tener un cuerpo o una carrera libre del sufrimiento que han tenido que soportar los atletas del pasado". Al final de El Método TB12, ya no habla de lesiones, traumatismos o incluso deporte. Está profesando su fe de que "podemos desacelerar el proceso de envejecimiento que la mayoría de las personas experimenta hoy en día". Como atleta, ya está inmortalizado, pero también comienza a emerger como un inmortalista, como alguien convencido de que la respuesta a la pregunta que plantea casi al final del libro -¿Qué significa envejecer naturalmente?-, es que envejecer no es natural y que no debe aceptarse sin lucha. Suena grandioso. Aunque después de la revancha de los Halcones, pone la lucha en un contexto modesto: "La realidad, para mí, no es cuánto tiempo quiero vivir, sino la calidad de vida que quiero tener. Amo jugar futbol americano, me encanta todo sobre el deporte y quiero practicarlo por mucho tiempo más. Y al final, todavía quiero hacer todas las otras cosas que me gustan. Para mí, de eso se trata la vida. Se trata de hacer lo que amo durante el tiempo que esté aquí. No podemos asumir estos días como algo garantizado. Quiero también hacer lo necesario para evitar que mi cuerpo sufra daños a largo plazo haciendo deporte. Después, quiero poder esquiar, surfear y hacer todo lo que me gusta. Todavía quiero poder lanzarle el balón a mis hijos y jugar futbol soccer en el jardín y gozar de la vida". No es que Brady quiera lo que nadie tiene. Quiere lo que el resto del mundo tiene, o cree que tiene. Juega con la idea de la inmortalidad porque, como un ser humano que ha jugado cerca de 300 partidos en la NFL, está demostrado que su mortalidad está acelerada y es más avanzada en términos actuariales. Hacer un trabajo durante el mayor tiempo posible y permanecer entero, no es demasiado pedir. Pero, obviamente, es pedir el mundo. Claro, Belichick y los Patriots están pidiendo el mundo de Brady. No solamente están comprometidos con el pasador de 40 años, ellos, con el cambio de Garoppolo, han bloqueado los medios más simples para una salida del equipo. Él ha decidido no parar. Ahora, tampoco puede fallar. ¿Qué se consideraría como un fracaso para Tom Brady? ¿Dejar de jugar a los 41 en vez de los 45? ¿Nunca volver a ganar un Super Bowl? ¿Que los Patriotas lo liberen y que pase los últimos días de su carrera cojeando en el campo con los 49ers, todavía enojado por el draft del 2000, cuando, en vez de elegirlo a él en la tercera ronda, seleccionaron a Giovanni Carmazzi? O, ¿conseguir todo lo que quiere: jugar hasta los 45, ganar dos Super Bowls más y durar más que Garoppolo; solo para descubrir 15 años más tarde que tiene jaquecas crónicas y que su memoria ha empeorado y que no recuerda el camino hacia el centro de entrenamiento de TB12 más cercano? Ninguno de estos escenarios es descabellado o evitable, y el que seguramente lo asusta más y es el más probable, es aquel en el que, a pesar de todo lo que ha invertido en entrenamiento mental y ropa para dormir de biocerámica, termina como cualquier otro atleta que tarda demasiado en retirarse del deporte. Está tan acostumbrado a pensar en términos de lo imposible, que a menudo se le olvida pensar en términos de lo probable. Está tan decidido a pensar en materia de fuerza de voluntad, que ignora el poder sencillo e inherente que viene al aceptar tu propio destino. A la gente sí se le agota la buena suerte, especialmente en el campo de futbol americano. Y con el Método, define los sucesos imprevisibles de su deporte como fracasos, arriesgándose a etiquetar a sus compañeros de equipo y amigos como fracasados. Así que regresemos al momento en el que Tom Brady le lanzó un pase a Julian Edelman. Esta vez no están en juego intereses fuertes en el Super Bowl; esta vez no hay nada en juego, es un partido de pretemporada contra Detroit. Edelman se alinea en su posición habitual, corre hacia arriba y luego recibe el balón que Brady le lanzó por el centro. Es una jugada clásica ejecutada por dos hombres expertos en jugadas clásicas. Luego, tres jugadores de Detroit se acercan. Edelman intenta hacer lo imposible, trata de esquivarlos a todos y, cuando gira a la izquierda, la rodilla derecha le falla y se extiende de una manera tan forzada que lo avienta por el aire con la fuerza de una resortera. Cae al suelo y se da la vuelta abrazando en agonía su rodilla, a sabiendas de que su temporada ha llegado a su fin. Según la lógica de Brady, la lesión no fue cuestión de suerte, la suerte no existe. No pudo haber sido el juego, no culpemos el juego. Debe der la falta de flexibilidad. "¿Qué sucedería si un atleta con músculos tensos, densos y tiesos corriera e hiciera un cambio de dirección abrupto?" pregunta. "Si estas funciones sobrecargan a un músculo, hueso, tendón o ligamento... se lesionará". Pero el problema es este: Edelman practica la flexibilidad. "Definitivamente hace trabajo profundo de fuerza muscular", dice Brady. ¿Entonces por qué falló Edelman? Y entonces algo más sucede. En el transcurso de la temporada, incluso cuando Brady mantiene su forma física a nivel de MVP, otros empeoran; y todos son miembros del círculo de la flexibilidad. Hightower con una lesión de rodilla y un desgarre del músculo pectoral. Amendola con una conmoción cerebral. Gronk con un problema en la ingle. Al mismo Brady le duele un hombro. Pero el no solo sigue presentándose, sino continúa imperante, con su Método, su singular talento y su determinación inquebrantable. Puede que el futbol americano nunca logre vencer a TB12. Pero hará todo lo posible por convertirlo en el único superviviente.