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Crown: "Vivo cada día para ganar"

Pocos jugadores entienden lo que significa ganar. Otros pocos comprenden lo que se necesita para convertirte en un ganador.

Fuera de las regiones del mundo de League of Legends, Corea del Sur es la más conocida por su fortaleza y su ética de trabajo estructurada. Esa es la razón por la que hay una gran distancia de competición entre ellos y el resto del mundo. Incluso, en lo duro que es League Champions Korea, Samsung Galaxy lidera en cuanto a ética se refiere. Puede resultar extravagante, pero no es casualidad.

Entre las estrellas más brillantes de Samsung está Lee ‘Crown’ Min-ho, el jugador más dedicado del equipo.

Exigiéndose frente a una computadora por 16 horas diarias, siempre es el primero en llegar al cuarto de prácticas en la mañana y el último en irse. Para el de 22 años, mantenerse comprometido para mejorar su juego no se trata tanto de la unidad, sino de disciplina.

“Cuando regresé de los Worlds, estaba mentalmente loco, enojado y arrepentido. No podía permitir que me tomara un descanso. Todo lo que podía hacer es enfocarme en entrenar. Estaba enfocado en mejorar, llenar todos los rubros en mi juego”, dijo Crown.

Cuando el mid laner se volvió el único participante de los Korean Worlds en finalizar la temporada 6 en challenger (el mayor y prestigioso nivel en la escalera de League of Legends), los fanáticos alrededor del mundo estaban sorprendidos. Pero Crown lentamente descubrió que su decisión de no descansar traería un costo.

“En el momento que la nueva temporada concluyó, me encontré quemado. El juego ya no fue divertido y me empecé a preguntar por qué se volvió aburrido. Nuestro entrenador rápidamente se dio cuenta”, dijo con una sonrisa tímida. “Estaba severamente reprimido”.

La llamada de atención fue totalmente merecida, admitió Crown. Mientras el latigazo de la lengua era áspero, él se alegró y agradeció por ello. Pero un nuevo problema surgió: algo dentro de él había cambiado. Ya no podía volver a su rutina. Exigirse tan duro, sin parar, ya no era sostenible. Tuvo que cambiar su enfoque.

“Decidí relajarme más, permitirme pequeños lujos. Como cuando me sentía aburrido después de una práctica, por ejemplo, sé que está bien salir a ver una película o pasear, cosas así, si quería. Y al hacerlo, mi juego también mejoró”, comentó.

A pesar de haber comprendido el valor de mantener una cierta apariencia de equilibrio entre la vida laboral y privada, el mid laner se mantuvo cauteloso al rechazar el enfoque de la práctica que no se puede detener.

“No estoy seguro si mi buena forma recientemente es resultado de mi nueva mentalidad o una recompensa tardía de las largas horas que he puesto ahora”, reflexionó.

Sea lo que sea, está funcionado. Crown recientemente fue nombrado el MVP de la temporada, tras acumular más puntos que Lee ‘Faker’ Sang-hyeok, el mismo jugador que no le permitió a Crown ganar el World Championship tras dominarlo en un combate de uno contra uno. Incluso hubo rumores de que Crown estaba en mejor forma que Faker.

Crown, como sea, no estaba convencido.

“Cuando leí esos comentarios pensé, ‘¿qué he hecho para merecer tal elogio? No tengo resultados para respaldarlo. Mis logros en mi carrera son inexistentes. Todavía tengo que probarme’. Un segundo lugar en los Worlds es todo lo que tengo y eso no cuenta”, dijo.

Para Crown, no había ningún consuelo en ser el segundo mejor lugar en nada.

Sacudió su cabeza de nuevo, “cuando termine el Mundial del 2017, habré ganado algo o habré fracasado. Solo entonces podré aceptar o rechazar los laureles”.

Pausó, después continuó: “Cada noche, antes de dormir, siempre me repito, ‘vamos a ganar, vamos a ganar, vamos a ganar’. Pero últimamente mi mente empezó a cuestionarme de inmediato. ‘¿Pero por qué? ¿Por qué quieres ganar?’ Y al principio no tuve respuesta”.

“Pero entonces comencé a pensar. Bueno, soy profesional y quiero ganar porque soy pro, eso finalmente se convirtió en mi respuesta, no en una carga mental. Quiero ganar todo lo que pueda”, dijo. “Entonces vivo cada día para ganar”.

De repente, Crown frunció las cejas, luego miró silenciosamente al espacio vacío frente a él, como si algosobre su última frase sonara. Quería encontrar las palabras correctas.

Su rostro se iluminó: “Para poner el esfuerzo de ganar”.