El SF-25 no se mostró competitivo, el equipo no arriesgó en el momento del último chaparrón, Lewis Hamilton se quejó por el auto y Charles Leclerc apenas rescató un octavo lugar.
De Ferrari siempre se espera que esté arriba, luchando por los triunfos en la Fórmula 1. Por algo es el equipo con presencia perfecta en todas las temporadas de la categoría que cumple 75 años el próximo mayo, es el team con más títulos de Constructores, de pilotos, con mayor cantidad de triunfos, con más hinchas en el mundo… Es Ferrari, claro. Si a eso se le suma que para el ejercicio 2025 sumó a sus filas nada menos que a Lewis Hamilton, siete veces campeón del mundo… Nadie imaginó durante la pomposa presentación del inglés en Maranello que, de Australia, donde se disputó la primera fecha del calendario, la Rossa se llevaría apenas cinco puntos.
Los autos italianos deambularon por la pista, sin ritmo para pelear ni con el piso completamente mojando, ni húmedo ni seco. Nada. Para colmo, cuando llegó el último chaparrón fuerte, a diez giros del final, con el ingreso del auto de seguridad por el accidente de Liam Lawson y de Gabriel Bortoleto, ni en ese momento hubo lucidez en los encargados de la estrategia para intentar algo distinto, una heróica: dejar uno de los dos coches afuera, con neumáticos lisos. Porque la lluvia, según marcaban los radares, duraría un par de giros y estaba el auto de seguridad en pista. Es decir, al momento del relanzamiento ya no caería agua. Pero ni eso. Leclerc y Hamilton pasaron por boxes a poner los intermedios.
En el final, el monegasco pasó al inglés en una maniobra apretada que terminó con roce (claramente no hicieron una bien). Y en el cierre, el heptacampeón fue superado por Oscar Pisatri. Resultado: Leclerc fue octavo y Hamilton, décimo. Cinco puntitos para la Scuderia.
El monegasco venció a su compañero de Ferrari en una apretada maniobra.
“Fue una de las carreras más duras que recuerdo. No tengo memoria de un balance tan complicado. Traté de quedarme en la pista con la lluvia. Aprendí mucho del auto hoy, pero vamos a tener que trabajar mucho”, dijo un lacónico Hamilton, quien su sueño de llegar a Ferrari se cumplió, pero la realidad del auto le dio un cachetazo fuerte.
Leclerc, en tanto, aseguró: “Fue difícil, nunca tuvimos ritmo para ir para adelante. McLaren y Red Bull estaban muy lejos. Cometí un error, muchos los tuvieron, pero yo no debería haber hecho el mío. En el final traté de recuperarme”. El monegasco, como para completar la faena, hizo un trompo.