NFL Selecciones
Rafael Zamorano 110d

Lo mejor y peor para cada uno de los 32 equipos de la NFL en la temporada regular

Hacemos un balance de lo que más llamó la atención para cada una de las franquicias, antes de concentrar nuestra atención en la postemporada


Se completaron los 272 partidos de la campaña regular, y con eso llegó a su fin la temporada regular de la NFL.

Ahora, llegó el momento de mirar hacia adelante a los playoffs, y los 14 equipos que se mantienen vivos en la pelea por el Trofeo Vince Lombardi que se entregará en el Super Bowl LVIII.

Antes de eso, sin embargo, echaremos un último vistazo a lo que fue la campaña regular que recién terminó para los 32 equipos, destacando lo mejor y lo peor de los últimos meses para todas las franquicias, recorriéndolas en orden de peor a menor, según cómo les fue en la temporada.

Carolina Panthers (2-15)

Lo mejor: Frankie Luvu se confirmó como una pieza que puede ayudar en la reconstrucción defensiva, y los Panthers no se deshicieron de Brian Burns; seguro hubo ofertas interesantes. Derrick Brown va en ascenso. Hay potencial en la defensiva, pero falta mucho trabajo por hacer.

Lo peor: ¿Por dónde empezar? Lo mejor, será en la cima, con la cultura que ha creado David Tepper desde que adquirió a la franquicia en el 2018, despidiendo a tres head coaches antes del término de sus acuerdos, y necesitando de tres head coaches interinos durante su mandato. El incidente captado en video donde lanza su bebida sobre fans rivales lo dice todo. Por si fuera poco, los Panthers completaron una campaña en la que el quarterback Bryce Young sembró más dudas que respuestas luego de que Carolina pagara dos selecciones de primera ronda, dos selecciones de segunda ronda y su mejor receptor abierto por el derecho de seleccionarlo. Seguro, las armas que tiene Young en su arsenal son raquíticas, pero él estuvo lejos de elevar el nivel de sus compañeros. Carolina no estuvo adelante en el marcador para ninguna jugada durante el cuarto periodo en toda la campaña, y cerró el año con dos partidos en cero de su lado del marcador.


Washington Commanders (4-13)

Lo mejor: Dan Snyder no es más el dueño de los Commanders. La segunda selección global del próximo draft puede traer una respuesta a la posición más importante del juego.

Lo peor: La era de Josh Harris como propietario principal ofreció muy poco cambio en lo que respecta al producto sobre el terreno de juego. Parecía sospechoso que los Commanders retuvieran a Sam Howell como titular sin ofrecer un mínimo de competencia por el puesto, y el producto de North Carolina procedió a liderar a la liga en intercepciones, confirmando por qué fue ignorado en el Draft del 2022 por todos los equipos hasta el tercer día de selecciones. Ahora, todo apunta a que podría ser desplazado por quien le sucedió con los Tar Heels, Drake Maye, como podría haber sido el plan desde el inicio.


New England Patriots (4-13)

Lo mejor: New England logró brindarle a Tom Brady el homenaje que se merecía en Foxborough, luego del segundo retiro de Brady en igual número de años. El jugador más importante, con distancia, en la historia de los Patriots merecía una celebración digna después de emigrar para ganar un séptimo anillo de Super Bowl con otra franquicia.

Lo peor: El ataque sigue siendo un acertijo imposible de descifrar, sin importar quién sea el coordinador ofensivo ni el quarterback, en la era post-Brady. Después del bochornoso 2022 con Matt Patricia y Joe Judge al mando de la ofensiva, regresó Bill O'Brien para producir resultados peores con la dupla conformada por Mac Jones y Bailey Zappe en el gatillo. El equipo ha pagado de más para conformar un arsenal que incluye a jugadores con más nombre que producción.


Arizona Cardinals (4-13)

Lo mejor: Kyler Murray regresó de una lesión grave de ligamento anterior cruzado hacia la recta final, y poco a poco se fue asentando de nuevo en el terreno de juego. No, no produjo números de Pro Bowl, pero sí fue recuperando confianza. El quarterback ya recibió un voto de confianza del head coach Jonathan Gannon para una campaña del 2024 en que el ala cerrada Trey McBride puede convertirse en un nombre reconocible para el aficionado casual al juego.

Lo peor: Sin un plan firme en la posición de quarterback durante la ausencia de Murray, Arizona rápidamente perdió cualquier esperanza de meterse a la postemporada, y eso es difícil de sacudir. Los Cardinals decidieron iniciar la campaña con un pasador que ni siquiera estuvo en la plantilla durante el campamento de entrenamiento ni pretemporada, tras adquirir en canje a Joshua Dobbs, solo para traspasarlo más tarde a los Vikes. El veterano suplente Colt McCoy, a su vez, fue liberado para hacerle lugar a Dobbs, con el equipo perdiendo una presencia importante con familiaridad en el sistema. El novato Clayton Tune podría tener dificultades para preservar su plaza el año próximo después de lo poco que exhibió.


Los Angeles Chargers (5-12)

Lo mejor: Khalil Mack experimentó un resurgimiento profesional que lo vio liderar a la liga en capturas alrededor del punto de media campaña, un signo importante de que el ex Jugador Defensivo del Año en la NFL todavía tiene mucho por aportar al cuadro angelino. Culminó el año con un muy respetable total de 17.0 capturas.

Lo peor: La plana de nombres llamativos en la nómina de los Chargers volvió a decepcionar a lo grande, comenzando por el quarterback Justin Herbert, incluso antes de que una lesión le robara la oportunidad de terminar el año. Con salarios como el de Herbert, Mack, Joey Bosa, J.C. Jackson --enviado a media campaña de regreso a New England--, Derwin James, Corey Linsley pesando sobre la chequera, y la producción semana a semana ofrecida por los Bolts, no sorprende de ninguna manera que el gerente general Tom Telesco se haya ido despedido junto con el head coach Brandon Staley antes del fin de la campaña regular. Antes de su cese, Staley confrontó a la prensa de mala manera en un par de ocasiones, delatando por medio de esta notoria frustración que el fin llegaría pronto.


New York Giants (6-11)

Lo mejor: Saquon Barkley confirmó que es el mejor jugador de la franquicia, y reiteró su deseo de mantenerse con los neoyorquinos a largo plazo, después de un receso de campaña de incertidumbre por la etiqueta de jugador franquicia.

Lo peor: Daniel Jones confirmó que no es el quarterback que llevará lejos a los Giants, y aunque quedó marginado en la segunda mitad de la campaña por lesión, New York no tiene mucha opción más que seguir con él gracias a las ramificaciones financieras de la extensión financiera que le otorgaron en marzo pasado.


Tennessee Titans (6-11)

Lo mejor: Los Titans se tomaron en serio la misión de hallar un reemplazo viable a futuro para Ryan Tannehill, quien parece haber golpeado una pared en términos de lo que puede ofrecer a Tennessee. Una selección de segunda ronda invertida en Will Levis, para competir frente a frente con Malik Willis, es un buen comienzo.

Lo peor: Falta. Levis un partido muy bueno y múltiples partidos muy malos. Willis hizo poco y nada cuando tuvo minutos limitados, y Tannehill terminó regresando a la alineación cuando Tennessee hubiera preferido que alguno de los dos jóvenes se adueñara del puesto de forma tal que el veterano quedara relegado a un rol de mentor desde la banca.


Atlanta Falcons (7-10)

Lo mejor: El corredor Bijan Robinson se unió a una ofensiva joven que incluye nombres de gran proyección como el receptor abierto Drake London, el ala cerrada Kyle Pitts y el también corredor, Tyler Allgeier.

Lo peor: El recientemente cesado Arthur Smith pareció empecinarse en encontrar los peores modos de utilizar a sus armas ofensivas, además de manejar del peor modo la degradación de Desmond Ridder como quarterback titular en favor de un Taylor Heinicke que, por momentos, lució peor que el pasador al que reemplazó. No hay quarterback en Atlanta, pero el resto del elenco ofensivo hace que la vacante de entrenador en jefe sea atractiva.


Chicago Bears (7-10)

Lo mejor: Los Bears tienen, por segundo año consecutivo, el primer turno global del draft, gracias al desastre de temporada que se vivió en Carolina. Con los nombres que vienen de salida en la posición de quarterback del juego universitario, la recompensa de este año en caso de negociar el turno, será mayor que la del año pasado.

Lo peor: Justin Fields sigue sin proveer una respuesta clara sobre si puede o no ser el quarterback franquicia, y gran parte de la culpa se la debe a una organización que no le ha sabido proveer de una línea ofensiva decente, armas confiables en el juego aéreo, ni un coach que le ayude a maximizar su juego. Básicamente, los Bears no han avanzado un ápice desde hace 12 meses, cuando también enfrentaban la interrogante sobre si seleccionar un quarterback en el draft o seguir apostando por Fields.


New York Jets (7-10)

Lo mejor: El canje por Aaron Rodgers volvió relevante a los Jets nuevamente en el panorama de la NFL, como el líder que finalmente tenía la capacidad de conjuntar el talento joven que llegó al club en un excepcionalmente buen Draft 2022.

Lo peor: Rodgers duró menos de una serie para los Jets, rompiéndose el tendón de Aquiles al inicio de su debut con los neoyorquinos. Rodgers dijo que planea jugar para los Jets en el 2024, pero un quarterback confiable de 40 años en la NFL es una ocurrencia de una en un millón.


Minnesota Vikings (7-10)

Lo mejor: Danielle Hunter impuso una nueva marca personal con 15.5 capturas y ya hila dos campañas consecutivas en doble dígito, luego de participar en apenas siete partidos en las dos temporadas previas por lesiones. Hunter tiene la oportunidad de convertirse en un histórico para Minnesota, y ha trabajado con la directiva en reestructuraciones contractuales para prolongar su estadía con la organización. Jordan Addison mostró el potencial para conformar una dupla genuinamente temible con Justin Jefferson

Lo peor: Minny terminó la campaña básicamente inventando cualquier cosa en la posición de quarterback, después de la lesión de un Kirk Cousins que no tiene su regreso a los Vikings asegurado para la campaña próxima. Joshua Dobbs, Nick Mullens y Jaren Hall se combinaron para 12, intercepciones, 10 balones sueltos y 25 capturas en contra en ocho inicios entre los tres pasadores.


Denver Broncos (8-9)

Lo mejor: Pat Surtain II cimentó su status como uno de los mejores esquineros jóvenes de la NFL, con su segunda invitación al Pro Bowl consecutiva. Cuando está sano, Baron Browning es capaz de marcar diferencias para la defensiva.

Lo peor: Si el canje por Russell Wilson califica como uno de los peores en la historia de la NFL, el canje por Sean Payton no se queda atrás, al menos después de su primera temporada en Denver. El head coach inició el año criticando de una manera excepcionalmente pública a su predecesor, Nathaniel Hackett, incluyendo su manejo de Wilson, solo para enviar eventualmente a la banca al quarterback después de que el equipo le pidiera reestructurar su contrato, dejando mal muy parado al ex head coach de New Orleans. En este momento hay que preguntarse cuál es el nivel de confianza interna y credibilidad de los jugadores en Payton.


Las Vegas Raiders (8-9)

Lo mejor: El propietario Mark Davis finalmente se decidió a despedir a la dupla Josh McDaniels-Dave Ziegler luego de menos de dos campañas completas con menos dirección definida que la del mandato de Jon Gruden-Mike Mayock, y eso es decir bastante. El head coach interino Antonio Pierce tiene todo, si Davis le da la oportunidad, de hacer crecer a estos Raiders con una identidad propia y regresarle el latido a la franquicia.

Lo peor: El tiempo que ha perdido la organización, y los drafts en que han dejado pasar a prospectos sobre los cuales podrían estar construyendo su plantilla, ha pasado factura. El quarterback Aidan O'Connell básicamente estaba jugando porque no había otra opción, pero difícilmente se dirá que estaba rompiendo la liga. Han pasado cuatro drafts completos sin seleccionar a un jugador de Pro Bowl, siendo el del 2019 con Josh Jacobs y Maxx Crosby, la última vez que lo consiguieron.


New Orleans Saints (9-8)

Lo mejor: Rashid Shaheed ha pasado de ser un novato agente libre del 2022 a un jugador de Pro Bowl en el 2023. El receptor abierto y especialista en devoluciones se ganó su primera invitación al partido de estelares este año, gracias a una campaña en la que no solamente brilló en equipos especiales, sino también hizo crecer su rol ofensivo.

Lo peor: Hay que preguntarse cuánto respeto inspira Dennis Allen en el vestidor de los Saints después de que el head coach ordenara una cosa en el cierre del partido de la Semana 18 ante los Falcons, y los jugadores decidieran por su cuenta hacer lo todo lo contrario. Escuchen, quizás los jugadores tenían motivos justificados para darle a Jamaal Williams un touchdown en la campaña, su único, pero no sé cuántas instancias de un rompimiento tan marcado entre una cosa y otra han terminado bien en la NFL últimamente.


Indianapolis Colts (9-8)

Lo mejor: Michael Pittman Jr. impuso marcas personales en recepciones y yardas, y aunque no mejoró su total de touchdowns para un año, definitivamente probó que la primera línea de receptores abiertos de liga no está fuera de la realidad, si se le brinda un mejor nivel en el puesto de quarterback, Eso nos lleva a Anthony Richardson, quien tuvo una muestra muy pequeña para ofrecernos en el 2023, con destellos brillantes en minutos muy limitados. Zaire Franklin apunta convertirse en el nuevo líder de la defensiva tras liderar a la liga en derribos.

Lo peor: En lugar de confirmarse como el más serio retador al título divisional que conquistaron sorpresivamente los Jaguars el año pasado, los Colts se dejaron rebasar por los Texans en el Sur de la AFC. El pase dejado caer por Tyler Goodson ante Houston en el último partido de la campaña captura a la perfección esa noción de oportunidad desperdiciada en la división.


Seattle Seahawks (9-8)

Lo mejor: Regresó Bobby Wagner para retomar su puesto de líder defensivo, y Kenneth Walker III se destapó como uno de los corredores jóvenes más interesantes del juego. Devon Witherspoon puede ser una gema en la secundaria por largo tiempo.

Lo peor: DK Metcalf no logra enfocarse 100 por ciento en el juego, y eso le impide hacer crecer su nivel. El receptor abierto sigue perjudicando al equipo con malas decisiones sobre el emparrillado, cuando los Seahawks necesitan con urgencia un siguiente paso en la maduración. Seattle fue el equipo con el menor promedio de posesión de balón por juego en la liga (26:47), con más de un minuto de diferencia con el siguiente club en la lista.


Jacksonville Jaguars (9-8)

Lo mejor: Travis Etienne Jr. se convirtió en una genuina arma de primera línea con su primera campaña en doble dígito de touchdowns terrestres además de su primera anotación en recepción como profesional. Si se reencuentra con la constancia, Calvin Ridley puede brillar en Jacksonville.

Lo peor: La inestabilidad se volvió a apoderar de los Jags, luego de una temporada sorpresivamente positiva en el 2022. Trevor Lawrence sufrió múltiples lesiones, y Jacksonville fue perdiendo vapor conforme progresó la campaña, hasta el punto de perder cinco de los últimos seis, y con ello una división que parecían tener en la bolsa en algún punto del año.


Cincinnati Bengals (9-8)

Lo mejor: Jake Browning demostró una capacidad importante como quarterback suplente, en ausencia de Joe Burrow, quien se volvió a perder múltiples partidos por lesión por segundo año en cuatro como profesional. Ja'Marr Chase se cimentó como uno de los mejores receptores abiertos de la liga, aunque también sufrió algunos problemas físicos: Concluir con marca ganadora después de cómo empezaron el año y considerando la lesión a Burrow debe inspirar confianza para el año entrante, porque habla de una plantilla sólida.

Lo peor: Burrow se perdió múltiples partidos por lesión, por segunda ocasión en cuatro años de NFL. Esta vez, fue un problema en la muñeca, donde el quarterback perdió la habilidad de sostener el ovoide, a diferencia de la lesión de ligamento anterior cruzado que sufrió como novato. No es justo llamarlo "proclive a las lesiones", pero lo cierto es que Cincy pierde mucho sin Burrow en los controles. Vienen las negociaciones contractuales con Chase y Tee Higgins, y no será sencillo retener a ambos.


Green Bay Packers (9-8)

Lo mejor: Jordan Love impuso marcas de la franquicia para un pasador en su primer año como titular, y una mejoría en su arsenal actual --que también requiere un poco de tiempo para madurar-- podría verlo convertirse en un sólido titular. Hay mucho trabajo por hacer, particularmente en el rubro de la constancia, pero al menos hay material para trabajar.

Lo peor: Aaron Jones se perdió múltiples partidos por lesión, y sin él sano al 100 por ciento, fue prácticamente imposible brindarle a Love un juego terrestre confiable semana a semana. Jones volvió a la alineación para un cierre de temporada fuerte, pero de haberse mantenido libre de lesiones, Green Bay hubiera sido competitivo en un mayor número de encuentros.


Tampa Bay Buccaneers (9-8)

Lo mejor: Probablemente, los Bucs han encontrado a su quarterback para el corto plazo, y llegó a precio de descuento. Baker Mayfield tuvo momentos muy difíciles en la campaña, y ganar tan justo a Carolina en la Semana 18, con la AFC Sur en juego, califica como uno de ellos. Sin embargo, Tampa Bay vuelve a ser campeón divisional, y Mayfield disfrutó algunos partidos realmente buenos en una franquicia en la que pareció jugar con menos presión que en sus paradas previas.

Lo peor: Ningún equipo lo hizo peor que los Buccaneers por tierra, logrando apenas 88.8 yardas por encuentro. Se ha puesto de moda hablar de la poca importancia de los corredores en los ataques del fútbol americano moderno, pero todavía es menester saber conseguir primeros intentos a ras de suelo y hallar la manera de controlar el reloj, se juegue en la época en que se juegue.


Los Angeles Rams (10-7)

Lo mejor: Rodeados por una de las plantillas más jóvenes de la liga, veteranos como Matthew Stafford y Aaron Donald lograron exprimirle el máximo a una campaña que, de inicio, parecía totalmente perdida. La joyita que desenterraron con Puka Nacua parece ser legítima, y Kyren Williams no se queda atrás.

Lo peor: Todos aquellos años de "a la mie--- las selecciones colegiales" como lema del gerente general Les Snead, quien prefirió volcarse hacia caras adiciones de agencia libre, han cobrado factura. La plantilla que carece de profundidad importante en varias posiciones clave, incluyendo de la de quarterback, detrás de Stafford. De no ser por los improbables aciertos con Nacua y Williams en el pasado, no se habría salvado la actual temporada.


Pittsburgh Steelers (10-7)

Lo mejor: Mike Tomlin dio continuidad a su insólita racha de 17 temporadas como head coach de NFL sin una campaña perdedora. No solo eso, sino logró meter a los Steelers a los playoffs con una combinación de quarterbacks conformada por Kenny Pickett, Mitch Trubisky y Mason Rudolph. Podría ser su mejor desempeño, hasta la fecha. El despido del coordinador ofensivo Matt Canada a media campaña ayudó a este logro. Con todo y algunos problemas de lesiones, T.J. Watt culminó la campaña liderando a la liga en capturas por tercera ocasión en su carrera.

Lo peor: Kenny Pickett, Mitch Trubisky y Mason Rudolph son los quarterbacks de una de las ofensivas más anémicas y aburridas en la NFL. Un promedio de puntos ofensivos anotados de tan solo 16.9 por encuentro los colocó en el sitio N° 28 de la liga, solo mejor que lo logrado por Giants, Jets, Patriots y Panthers. No es precisamente la compañía soñada.


Houston Texans (10-7)

Lo mejor: DeMeco Ryans se convirtió en una revelación, y Houston se quedó con el mejor quarterback disponible en el draft pasado, C.J. Stroud, gracias a que Carolina se decantó por Bryce Young. La dupla de Ryans y Stroud devolvió el interés por los Texans en la NFL. Houston dejó escapar algunos partidos que no se esperan de un campeón divisional, incluyendo uno ante los Panthers, pero todo es parte del crecimiento en una benévola AFC Sur que les brinda la posibilidad de vivir los playoffs uno o dos años adelantados en el proceso de reconstrucción.

Lo peor: Las lesiones no dejaron tranquilo a Stroud en su campaña debut, y aunque no es el momento de colocarle la etiqueta de "frágil", está claro que los Texans son un equipo totalmente diferente cuando aparecen en su lugar Davis Mills o Case Keenum. Nadie en Houston desea eso.


Cleveland Browns (11-6)

Lo mejor: Si prestas el ovoide menos tiempo a tu rival, limitas seriamente sus posibilidades de realizar jugadas grandes. Cleveland lideró a la liga en tiempo de posesión, con un promedio de 32:18, lo que es notable porque los Browns rápidamente sufrieron la baja de su corredor estelar Nick Chubb en la campaña, empleando a Jerome Ford y Kareem Hunt para compensar su ausencia. Myles Garrett tuvo la mejor campaña de su carrera, y está cerca de consagrarse como Defensivo del Año.

Lo peor: El equipo va en su quinto quarterback titular en el año --aunque va a regresar al cuarto, Joe Flacco, para la Ronda de Comodines-- y está jugando sin Chubb, ni sus tres mejores tackles ofensivos. En algún momento, el peso específico de esas ausencias tendrá que evidenciarse, ¿no?


Miami Dolphins (11-6)

Lo mejor: Cuando están encendidos, los Dolphins son la mejor ofensiva de la liga. Por tierra, nadie tiene un backfield con el octanaje de De'Von Achane y Raheem Mostert, y todos saben la velocidad que proyectan Tyreek Hill y Jaylen Waddle por fuera. Si la NFL se jugara sobre una pista de tartán, los Dolphins serían imbatibles.

Lo peor: La NFL no se juega sobre una pista de tartán, y todavía hay tareas básicas del juego que Miami no siempre domina, como bloqueos y tacleos. Los Dolphins cargan con el estigma de ser un equipo "suave" que te vence con base en trucos y artilugios en el llamado de jugadas para maximizar la velocidad, pero que va a huir a una confrontación física de golpes frontales. La derrota en casa ante los Bills de la Semana 18 hizo poco para callar esas críticas.


Kansas City Chiefs (11-6)

Lo mejor: Patrick Mahomes sigue siendo Patrick Mahomes, Travis Kelce sigue siendo Travis Kelce, y Andy Reid sigue siendo Andy Reid. Chris Jones se perdió el arranque de la campaña por una disputa contractual, pero cerró de gran manera una nueva campaña de Pro Bowl.

Lo peor: Ningún equipo frustra más a través de pases dejados caer, o ineptitud simple y llanamente, entre sus receptores abiertos, que los Chiefs. Semana a semana, es imposible no preguntarse qué clase de frustración siente Mahomes cuando ve sus pases en el suelo después de pegar en las manos Kadarius Toney o Marques Valdes-Scantling. Para empeorar las cosas, Kelce fue un infractor en este renglón en múltiples ocasiones durante el año, también.


Philadelphia Eagles (11-6)

Lo mejor: Durante la mayor parte de la campaña, los Eagles fueron el mejor equipo de la NFL. Hasta cuando no jugaban bien en todas las fases del partido, lograban sacar partidos, y Jalen Hurts no parecía equivocarse nunca. A.J. Brown dominó a la defensiva que le pusieran enfrente, y D'Andre Swift disfrutó su mejor campaña como profesional. Jalen Carter se integró rápidamente a la línea defensiva de Philly, y se adueñó de algunos compromisos por su cuenta.

Lo peor: Esos Eagles descritos anteriormente ya no existen. Las lesiones hicieron mella en Philly, y han afectado a Hurts, Brown, DeVonta Smith, Swift, y otros, en mayor o menor medida. Philadelphia perdió, el algún punto, la brújula, y el head coach Nick Sirianni ha ofrecido pocas respuestas desde la banca.


Buffalo Bills (11-6)

Lo mejor: Cuando están jugando enchufados le ganan a cualquier rival en cualquier sede. Eso quedó de manifiesto esta noche ante los Dolphins en Miami, para capturar de nueva cuenta la corona del Este de la Americana, y obligar a al menos un rival a hacer la escala en Buffalo durante la peor época del año.

Lo peor: Josh Allen no puede sacudirse las malas jugadas que dejan en riesgo a su ofensiva. Esta noche, lanzó dos intercepciones en zona roja, y perdió un balón suelto que le fue arrebatado de las manos. Allen logra muchas jugadas grandes para los Bills, pero también para los rivales en turno.


Detroit Lions (12-5)

Lo mejor: Amon-Ra St. Brown es un nombre que deben conocer de memoria hasta los aficionados casuales al juego. Se ha convertido en un receptor abierto de élite, y el motor del ataque aéreo de unos Lions que también se han visto enormemente beneficiados por el aporte de los novatos Sam LaPorta y Jahmyr Gibbs, como parte de una de sus cosechas productivas más importantes de drafts recientes.

Lo peor: Detroit sigue siendo Detroit, y eso significa que perderán partidos que te hacen rascarte la cabeza, como ese compromiso en casa en el Día de Acción de Gracias, horario estelar, ante los Packers, o el compromiso ante los Bears dos semanas después. Han pasado tres décadas desde que los Lions ganaron en postemporada, y triunfar también es un hábito. ¿Están listos los pupilos de Dan Campbell para las luces brillantes de los juegos de playoffs? Detroit es penúltimo en Total QBR permitido a los rivales en toda la NFL, así que mejorar la defensiva por aire debe ser la prioridad para los playoffs.


Dallas Cowboys (12-5)

Lo mejor: Dallas tiene a uno de los dos mejores quarterbacks de la NFC; al líder en recepciones de la NFL, uno que ha anotado touchdown en nueve encuentros consecutivos, al líder en intercepciones de la NFL, y al jugador defensivo de mayor impacto en toda la liga. El coordinador defensivo Dan Quinn podría ser el mejor en su posición entre los 32 equipos, y lo mismo podría mencionarse con respecto al coordinador de equipos especiales, John Fassel.

Lo peor: Los Cowboys no saben cómo frenar el juego terrestre de poder. Fueron atropellados materialmente por los Bills hace tres semanas, y Miami ni siquiera requirió de eso para superarlos en la jornada subsecuente. Por si fuera poco, Dallas perdió efectividad en el juego terrestre corto, una fase del juego en que Tony Pollard no ha logrado compensar la falta de Ezekiel Elliott.


San Francisco 49ers (12-5)

Lo mejor: Brock Purdy demostró que no es una maravilla de un solo año, y San Francisco quedó tan complacido con su trabajo, que ya despacharon a Trey Lance, ese quarterback por el que pagaron una fortuna en capital de draft, a otra organización --está en Dallas, donde ni siquiera es primer suplente--. Con Purdy procesando información para el ataque más dinámico y diverso de la liga, los Niners deben considerarse como los favoritos de la NFC.

Lo peor: Hay muy pocas cosas de qué quejarse, peo es una realidad que San Francisco todavía está buscando quién se consolide como el socio idóneo de Nick Bosa al lado opuesto de la línea defensiva. Drake Jackson registró un partido de tres capturas y luego no logró una más en el año. Randy Gregory llegó a media campaña como agente libre, pero no hizo mucho ruido. Chase Young llegó después, vía canje, y aunque ha lucido por momentos, tampoco ha sido dominante. Entre Young y Gregory no iniciaron un solo juego para San Francisco. Clelin Ferrell, en cambio, inició 16 cotejos, respondiendo con apenas 3.5 capturas. El día que alguno de esos jugadores --o alguno otro que no está en plantilla aún-- se apropie sin discusión del puesto, los Niners tendrán la mejor defensiva de la liga.


Baltimore Ravens (13-4)

Lo mejor: Lamar Jackson debe ganar el premio a Jugador Más Valioso del Año en una campaña en la que atacó a los equipos desde plataformas que los Ravens no habían explotado antes. Seguro, volvió a liderar al equipo en yardas terrestres, pero eso se debió más a la lesión de J.K. Dobbins al inicio de campaña que a un diseño. De cualquier manera, la amenaza de Jackson escapando para una ganancia larga sigue latente, pero los equipos ahora deben preocuparse por otras cosas, primero. El nivel de élite de la defensiva este año, incluyendo la revelación del profundo Geno Stone, fue el complemento idóneo.

Lo peor: No hay Dobbins, no hay Mark Andrews para postemporada. Aunque no llegó a ser como otras temporadas recientes, las lesiones volvieron a afectar a Baltimore de manera importante, incluyendo partidos perdidos para Ronnie Stanley, Marlon Humphrey, Marcus Williams, impidieron ver a un cuadro de los Ravens tan dominante como invita su potencial. Partidos perdidos ante Indy y Pittsburgh a inicios del año preocuparon por el modo en que se despilfarraron esas ventajas, porque Baltimore suele perder vapor en las segundas mitades de los encuentros.

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