<
>

La anatomía de la mediocre defensa de los Cowboys

FRISCO, Texas -- Jason Garrett ha invertido las últimas cinco temporadas construyendo una ofensiva dinámica que, cuando tiene todas sus piezas en su lugar, podría estar entre las mejores de la NFL.

Lo mismo no se puede decir sobre la defensiva de los Dallas Cowboys, un grupo mayormente anónimo que recibe muy poco respeto más allá de The Star, la lujosa facilidad de entrenamiento del equipo.

El linebacker Sean Lee es el único jugador defensivo actual que ha sido electo para un Pro Bowl. El esquinero Orlando Scandrick tiene más capturas en su carrera (9.5) que cualquier otro jugador en el equipo, lo que dice todo lo que se puede decir sobre ponerle presión al quarterback opositor. Lee es el líder del equipo en intercepciones (12), dato indicativo de que la defensa secundaria no hace muchas jugadas.

"Nosotros estamos tratando de construir nuestro equipo de manera tal que nos de la mejor oportunidad para ganar. La idea de que estamos tratando hacer esto o lo otro en la ofensiva en realidad no es una consideración", dijo Garrett. "Estamos tratando de construir nuestro equipo con el tipo de jugador con quien queremos jugar, el tipo de jugador con quien queremos ganar, el tipo de jugador que quiere ser parte del equipo, y eso es cierto sobre todos los jugadores que hemos traído.

"Nos sentimos bien sobre los jugadores que tenemos en la ofensiva. Continuaremos tratando de mejorar. Hemos añadido jugadores, a través del draft y de la agencia libre, que pensamos pueden ayudar a este equipo a jugar de la manera y dentro del sistema que queremos jugar".

Garrett y los Cowboys han intentado construir una defensiva elite, pero movidas de alto riesgo y pobres decisiones han mantenido la unidad defensiva como una promedio durante la mayor parte de su incumbencia.

Una ofensiva de control de balón y jugadas grandes por aire con Tony Romo al mando se suponía compensaran por la debilidad de la defensa. Sin Romo, quien se espera estará fuera de seis a 10 semanas por una fractura de compresión en su espalda, la defensa de los Cowboys tendrá que jugar mejor de lo que se esperaba.

He aquí una mirada a cuatro razones por las cuales los Cowboys no han logrado construir una defensa elite:

Brandon Carr y Morris Claiborne

Los Cowboys intentaron juntar a un duo de esquineros dinámicos en el 2012. Primer, firmaron como agente libre a Carr a un contrato de cinco años y $50 millones. Entonces negociaron subir ocho puestos en el Draft para adquirir a Claiborne, de LSU, con la sexta selección.

Los Cowboys solían decir que Claiborne era su mejor esquinero desde Deion Sanders, lo que creó un nivel de expectativa demasiado alto que aún no ha logrado llenar. Claiborne ha tenido problemas manteniéndose saludable en Dallas, y eso ha afectado su rendimiento. Ha jugado en solo 40 de 64 partidos posibles y solo ha jugado más de 11 juegos en una temporada una vez -- en su temporada de novato.

Cuando ha jugado, no ha sido un jugador que hace una diferencia. Solo tiene tres intercepciones en su carrera.

Aún así, Garrett rehúsa darse por vencido con él.

"Hay demasiadas cosas que a uno le tienen que gustar sobre él. Es un gran jugador y es una gran persona", dijo Garrett. "Ha tenido que lidiar con mucha adversidad, tanto como jugador como con otras cosas en su vida. Las ha manejado de la manera correcta, ha luchado de la manera correcta y siempre regresa".

En la mayoría de los años, Carr no hubiera recibido un contrato de $10 millones al año, pero eso era lo que los esquineros se estaban ganando en el 2012, así que eso fue lo que tanto él como Cortland Finnegan (Rams), el otro esquinero en ese mercado de agentes libres, lograron recibir.

Carr ha jugado sólido en Dallas, a pesar de que tiene un contrato asociado a solo los jugadores elite. Carr, al igual que Claiborne, no han hecho jugadas. Ha sido titular en todos los 64 partidos desde que llegó a Dallas, pero solo tiene seis intercepciones y ninguna en los últimos 36 partidos.

Los Cowboys están esperanzados en que una movida del lado izquierdo al lado derecho resulte en más intercepciones.

"Me gusta el lado derecho", dijo Carr durante la temporada muerta. "Jugaba en el lado derecho antes de llegar aquí. Creo que es un juego distinto en el lado derecho".

Quizás el sentirse más cómodo resultará en una diferencia para Carr y si se junta con que Claiborne por fin pueda mantenerse saludable, entonces los Cowboys tendrán la secundaria que siempre han querido.

Riesgos de segunda ronda

Jerry Jones nunca se disculpa por los riesgos que aparentemente siempre toma en la segunda ronda del Draft.

"No estamos comprando acciones", Jones siempre dice.

Desde que Garrett se convirtió en entrenador en jefe en el 2011, los Cowboys han seleccionado al linebacker, Bruce Carter, el ala cerrada Gavin Escobar, las alas defensivas DeMarcus Lawrence y Randy Gregory y el linebacker Jaylon Smith en la segunda ronda. Todos, menos Escobar quien ha atrapado solo 26 pases en tres temporadas, fueron selecciones riesgosas.

Carter sufrió un desgarre de ligamento en su última temporada en North Carolina, razón por la cual estaba disponible en la segunda ronda. Lawrence y Gregory han tenido problemas fuera del terreno y Smith sufrió una lesión severa en su rodilla con daños a los nervios cuatro meses antes del Draft.

Carter había jugado bien en ocasiones, pero los Cowboys no le ofrrecieron un segundo contrato y ahora está con los New York Jets, su tercer equipo en tres años. Lawrence y Gregory ambos están sirviendo suspensiones de cuatro partidos por violar la política de la liga sobre sustancias. Gregory está actualmente en rehabilitación y enfrenta una posible suspensión adicional de 10 partidos. Los Cowboys aún no saben si jugará esta temporada.

Smith está trabajando fuerte, pero aún no hay garantía que el nervio en su pierna regenerará y le permita jugar. Él es el gran riesgo.

Si puede jugar, existe la posibilidad que se convierta en un linebacker dinámico por una década porque tiene ese tipo de destreza. Si no puede jugar, entonces sería otra selección de segunda ronda perdida.

Lawrence tuvo nueve sacks en sus últimos ocho partidos la temporada pasada, y demostró potencial para convertirse en un posible jugador de Pro Bowl, pero ahora solo necesita una prueba fallida más para una suspensión de 10 partidos y dos para ser suspendido todo el año.

"¿Alguna vez has cometido el mismo error dos veces? Todos cometemos errores. Él cometió un error", dijo Garrett el mes pasado. "Lo más importante que uno quiere que todos hagan es que acepten su responsabilidad y que hagan todo lo que tengan que hacer para rectificar su error".

Los Cowboys no tienen a un liniero defensivo en su roster que tenga más de ocho capturas en su carrera. Cómo lograrán ponerle presión a Eli Manning y los New York Giants este domingo sigue siendo un misterio.

Rolando McClain

McClain es todo lo que los Cowboys quieren en un linebacker. Es grande, rápido, físico, inteligente y hace las jugadas. Puede jugar en el primer, segundo o tercer down.

En 2014, McClain terminó segundo en el equipo con 108 derribos, incluyendo nueve para pérdidas y dos capturas. No jugó tan bien la temporada pasada, pero aún así terminó con 97 derribos en 11 juegos. Tuvo nueve tackles para pérdidas y presionó al quarterback en 10 ocasiones.

Ahora enfrenta una suspensión de 10 partidos por violar la política de la liga sobre sustancias y no se reportó al campamento de entrenamiento. Los Cowboys no esperan que vuelva a jugar con el equipo.

Dallas lo firmó a un contrato de un año y $5 millones que incluía bonos semanales por estar en el roster e incentivos para mantenerse activo. Aparentemente, los incentivos no eran suficiente.

Greg Hardy

Los Cowboys, desesperados por un jugador que presione al quarterback desde que dejaron en libertad a DeMarcus Ware tras la temporada de 2013, firmaron a Hardy a un contrato de un año y hasta $13 millones la temporada pasada.

Hardy tuvo 31 capturas con los Carolina Panthers en 2012 y 2013 antes de tener que estar 15 partidos en la lista de jugadores exentos del comisionado por su role en un incidente de violencia doméstica en el 2014. La NFL también lo suspendió por cuatro partidos para comenzar la temporada de 2015.

No pudo quitarse el moho tras perderse 19 partidos y produjo apenas seis capturas además de ser una distracción en el camerino. Su inhabilidad de proveer presión fue parte de la razón por la cual los Cowboys terminaron la temporada con marca de 4-12.