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En la Semana 9, los Pittsburgh Steelers volvieron a tocar fondo

Ya son varias las ocasiones en que los Pittsburgh Steelers nos han mostrado lo mal que pueden llegar a jugar. Primero lo vimos de visita ante los Philadelphia Eagles en la Semana 3, después ante los Miami Dolphins en la Semana 6, y el domingo más reciente ante los Baltimore Ravens algo semejante. Yo sé que también perdieron ante los New England Patriots, pero ahí fueron competitivos. Lo que vimos ante los Ravens es para preocuparse.

Ben Roethlisberger no debió jugar en Baltimore. Tenía menos de tres semanas de haber sido operado del menisco. Se le vio inseguro, impreciso, sin realizar de manera natural su mecánica para lanzar pases. Consecuencia de eso apenas completó 23 de 45, abajo del 50 por ciento, le interceptaron uno, y lanzó otros dos que debieron ser interceptados porque iban a las manos de Lardarius Webb y de C.J. Mosley.

Desde luego que para la rivalidad Steelers-Ravens prefiero a Roethlisberger de inicio, pero tan lejos de su cien por ciento terminó por ser contraproducente. Landry Jones al 100 por ciento les habría dado mejores posibilidades de ganar, aunque tampoco creo que hubiera sido suficiente, porque no fue el único motivo de su derrota.

La línea defensiva de Baltimore dominó el duelo en la trinchera con todo y el regreso de Marcus Gilbert al tackle derecho; el mismo factor que produjo la derrota ante los Eagles. También influyó que el centro titular Maurkice Pouncey entró y salió del partido con una lesión en un dedo. El caso es que esto se tradujo en que los Ravens desactivaron la principal fortaleza de los Steelers: Le'Veon Bell.

El que para muchos es el corredor más completo de la NFL no fue factor. Doce de los 14 acarreos que tuvo fueron para 3 yardas o menos. Si a eso le sumamos que la conexión de "Big Ben" con Antonio Brown estuvo frustrada, se podrán imaginar el resultado. Por primera vez desde el 12 de octubre de 2014, Brown terminó el primer cuarto sin recepciones y sin que Roethlisberger lo buscara una sola vez.

Van ocho partidos en la campaña y los Steelers ya nos han mostrado tres veces lo mal que pueden jugar, el domingo lo volvieron a hacer. Más les vale ajustar porque a la vuelta de la esquina están los Dallas Cowboys.