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Bo Jackson: Desearía no haber jugado futbol americano

En la entrevista, Jackson reveló que en sus años de jugador desconocía la rudeza y consecuencias de los golpes. Getty Images

Bo Jackson, el atleta vivo más grande de la historia y el único hombre que ha sido All-Star en el beisbol y Pro Bowler en el futbol americano hizo una confesión este jueves a USA Today Sports.

Si hubiera sabido en sus días de jugador lo que sabe ahora: Bo nunca hubiera ganado un Trofeo Heisman en Auburn. Jamás lo habrían inducido al Salón de la Fama del Futbol Americano Colegial. Nunca habría usado el uniforme de Los Angeles Rams. Jamás habría pisoteado a Brian Bosworth en el Monday Night Football. Y nunca habría sufrido la dislocación de la cadera izquierda que terminó con su carrera en el futbol americano.

“Si hubiera sabido entonces lo que sé ahora, nunca hubiera jugado futbol americano”, le dijo Jackson a USA Today Sports. “Nunca. Desearía haber sabido de todas esas lesiones en la cabeza, pero nadie lo sabía. Y la gente que lo sabía, no se lo decía a nadie.

“El juego se ha vuelto muy violento, muy rudo. Ahora estamos mucho más educados en estas cuestiones del CTE (Encefalopatía traumática crónica), no hay manera de que yo permitiera que mis hijos jugaran futbol americano ahora.

“Aunque amo el deporte, los puedo golpear en la boca si dicen que quieren jugar. Se los he dicho, ‘jueguen beisbol, basquetbol, soccer, golf, lo que sea, menos futbol americano”.

Jackson era suspicaz ante las tendencias explotadoras del juego cuando salió de Auburn --una sospecha que él dice jugó un papel importante en su deserción de los Tampa Bay Buccaneers-- y que se conjugó con un mayor conocimiento de las consecuencias de las lesiones en la cabeza y su efecto en el fallecimiento de estrellas como Junior Seau, lo que obligó a hacer una nueva valoración del deporte.

Jackson, de 54 años, y quien será homenajeado el sábado con el Premio ‘Scouts Dream’ en la gala número 14 de la Professional Baseball Scouts Foundation, en Beverly Hills, sabe que el futbol truncó su carrera, pero no hay amargura por ello. También hizo una carrera en el beisbol.

De haberse quedado sólo en el beisbol, quizá él y George Brett, quien presentará su premio, no habrían sido sólo ex compañeros de los Reales de Kansas City, si no también compañeros del Salón de la Fama.

Si sólo hubiera jugado beisbol, quizá cada Mike Trout y Bryce Harper que llega al diamante habría sido comparado con Bo Jackson.

“¿Sabes qué? Aún así, no cambiaría nada, el hombre allá arriba tiene un plan para que se den las cosas, no tengo arrepentimientos”, le dijo Jackson a USA Today Sports.

Listo para alejarse

Jackson le reveló a USA Today Sports que tenía intenciones de retirarse de la NFL después de la temporada 1990, aún tenía un contrato con Los Angeles Raiders, fue al Pro Bowl ese año, pero quería irse y jugar beisbol cuando el año terminara.

En lugar de hacerlo, un golpe del linebacker de los Cincinnati Bengals, Kevin Walker, el 13 de enero de 1991, lo obligó a retirarse; con el impacto, se fracturó y se dislocó la cadera izquierda en el tercer cuarto de un juego de playoffs. Jackson pensó que era algo sencillo que le permitiría regresa a jugar contra los Buffalo Bills, la siguiente semana, en el partido por el campeonato de la Conferencia Americana.

Sufrió una necrosis de cadera que requirió de una cirugía para colocarle una cadera artificial… Nunca se puso el uniforme de futbol americano otra vez.

“Esa semana, tres o cuatro días antes del juego de playoffs, me senté con Linda (su esposa y madre de sus tres hijos) y le dije que iba a anunciar mi retiro. Cuando la temporada terminó, ése era el plan. Bueno, el hombre allá arriba cambió ese plan”, le declaró Bo a USA Today Sports.

“No soy un hombre muy religioso, pero creo en Dios y creo que Él hace las cosas por una razón, si me hubiera retirado antes del final de mi contrato, probablemente, los fans de los Raiders me habrían odiado para siempre”.

En lugar de eso, Jackson es amado donde quiera que va, excepto en Tampa.

"Si hubiera sabido entonces lo que sé ahora, nunca hubiera jugado futbol americano. Desearía haber sabido de todas esas lesiones en la cabeza, pero nadie lo sabía. Y la gente que lo sabía, no se lo decía a nadie" Bo Jackson

Te voy a arruinar dos veces

Jackson, ganador del Trofeo Heisman en 1985, fue primera selección de los Buccaneers en el Draft de 1986. Se rehusó a firmar, quería jugar para otro equipo de la NFL y no para los Bucs, que eran propiedad de Hugh Culverhouse, quien murió en 1994.

Jackson cree que los Bucs fueron los responsables de que fuera inelegible para jugar beisbol en su temporada senior en Auburn. Enviaron un avión privado para recoger a Jackson para un examen físico en Tampa y reportaron la infracción a la NCAA. Fue una gran traición y nunca los perdonó.

“Su gente dijo que me estaban buscando, que lo habían consultado con la NCAA y que para ellos estaba bien que yo tomara ese avión para hacer el examen. Nadie lo hizo, reuní las piezas y me di cuenta. Ellos sabían que yo era primera selección, pero me querían lejos del beisbol, así que me hicieron inelegible. Estoy ciento por ciento convencido de eso. Pensaron que me harían olvidarme del beisbol”, relató Jackson a USA Today Sports.

“Me dije, ‘está bien, me arruinaron, pero yo voy a arruinarlos dos veces, lo más fuerte que pueda’. Si nadie más me había drafteado, yo me iría, pero no iba a jugar para ese hombre.

“La gente pensó que estaba loco, pero era una cuestión moral. Si me arruinas de esa forma y no soy parte del equipo todavía, sólo piensa qué pueden hacer cuando me tengan bajo un contrato. No podía hacer eso. Necesitaba el dinero. Era pobre. Necesitaba el dinero. Pero no podía jugar para ese hombre.

“También observé la forma en que trataban a la gente, la verdad es que los dueños se la pasaban diciendo, ‘esos son mis chicos’, sus esposas hacían lo mismo. No podía con eso. Siempre pensé que si no crees en ti mismo y defiendes lo que crees que está bien, ¿quién más va a tener fe en ti?.

Una gema en el diamante

La pérdida de la NFL fue una ganancia para el beisbol.

El scout de los Reales, Kenny Gonzalez, quien falleció en 1994 de un ataque al corazón, intentó persuadir al equipo para que eligiera a Jackson en el Draft de 1986, una selección de cuarta ronda. Vio cada juego de Jackson y estaba sorprendido por su velocidad, poder y formas atléticas. Pasó tiempo hablando con los coaches de beisbol de Jackson, se sentó con su familia y realmente creyó que quería ser un beisbolista.

“Él es la razón por la que jugué beisbol en Kansas City. Me preguntó si era serio sobre jugar beisbol. Le dije que sí. El resto es historia”, continuó Jackson en su relato a USA Today Sports.

Después de 53 juegos en Ligas Menores, recibió el llamado en septiembre. En su séptimo juego, disparó su primer jonrón, un bambinazo de 475 pies, tras conectar un envío de Mike Moore, pitcher de los Marineros de Seattle, que es aún el cuadrangular más largo que se ha dado en el Kauffman Stadium. Se convirtió en jugador titular y, dos años después, fue MVP del All-Star Game de 1989, bateando 32 jonrones, con 105 carreras producidas, en un año que marcó su icónica campaña con Nike, ‘Bo Knows’.

El futbol americano nunca dejó su alma. En 1987, un año después de que rechazó a los Bucs, Jackson fue drafteado por los Raiders en la séptima ronda. Le ofrecieron un acuerdo de $7.4 millones de dólares por cinco años.

“Siempre lo tuve en la mente, incluso en la universidad. Quería hacer ambos deportes en un nivel profesional. Me hubiera encantado jugar para Bill Walsh (coach integrante del Salón de la Fama), pero estoy agradecido con la experiencia que tuve con Al Davis, el más carismático dueño en los deportes profesionales hasta este día. Era un ícono”.

Todo cambió esa tarde en enero de 1991. La fractura de cadera le produjo necrosis y lo llevó a una cirugía de reemplazo. Jackson jugó lapsos de tres temporadas más con los Cachorros de Chicago y los Ángeles de California, pero nunca fue el mismo. Su último juego como atleta fue el 10 de agosto de 1994, con un sencillo en su último turno al bat, en una victoria por 2-1 sobre los Reales.

La Asociación de Jugadores de la MLB se fue a huelga el día siguiente y la Serie Mundial se canceló un mes más tarde. La carrera de Jackson se terminó en silencio.

“Está bien, no tengo arrepentimientos. Sé que Bo Jackson fue profesional de los deportes, sé que los deportes profesionales fueron grandes para Bo Jackson, entonces y ahora”, declaró a USA Today Sports.

Jackson le prestó su nombre a unos campos de entrenamiento en Illinois, Bo Jackson’s Elite Sports, y mantiene relaciones de negocios con Nike y Gatorade. Rara vez se le ve en eventos deportivos en estos días. Se perdió el campeonato de la Serie Mundial de los Reales en 2015. El juego de wild-card de los Raiders. No se molestó en ver la victoria por el título de Clemson contra sus viejos rivales, Alabama.

“No soy un buen espectador, me aburre ver. Amaba jugar, amaba la competencia, amaba ser mejor que el chico que estaba por venir. Disfrutaba al ver cómo saltaban los ojos de quienes me veían hacer algo que era normal para mí. Así que no hay razón para que alguien sienta pena por lo que me pasó o por lo que debió ser. No jugué deportes para ir al Salón de la Fama. Jugué porque amo el deporte. Todavía no sé cuáles fueron mis estadísticas, pero sé que aún tengo los beneficios, disfruto los elogios y todos los reconocimientos que aún están por venir”.

“Soy un bendecido”.

“Las cosas ocurrieron de la manera correcta”.