1- COMENZAR RÁPIDO
Los Falcons han anotado en la primera serie de sus últimos ocho juegos, la racha más larga de este tipo desde el 2000, lo cual le ha permitido a Atlanta tener al menos una ventaja en el último cuarto en 17 partidos en fila. Si bien a toda defensiva le gusta jugar con el marcador a favor, esta unidad de los Falcons está especialmente construida para ello debido a la gran cantidad de atletas dinámicos que poseen. Hay cierta incertidumbre acerca de cómo reaccionaría este equipo con el marcador en contra, dado que no han estado en esa situación muy a menudo. Entiendo que, habitualmente, los equipos que ganan el volado eligen recibir en la segunda mitad, pero no me sorprendería si Atlanta pide el ovoide en caso de ganar el sorteo. Después de todo, suelen golpear rápido y prefieren no tener que enterarse qué se siente estar persiguiendo al rival.
2- INVOLUCRAR A LOS CORREDORES EN EL ATAQUE AÉREO
Los Patriots han probado tener problemas ante corredores que tienen buenas manos y te lastiman en el ataque aéreo; les sucedió con Giovani Bernard y C.J. Prosise. Atlanta tiene uno de los dúos de corredores más versátiles de la liga en Devonta Freeman y Tevin Coleman. Si bien Freeman es más físico y Coleman, más elusivo a la hora de correr, los dos tienen muy buenas manos y son dobles amenazas. Atlanta forma muchas veces con el backfield vacío y coloca a sus corredores en rol de receptor. Si lo hacen, podrán explotar las carencias en cobertura de Dont’a Hightower y Kyle Van Noy. Seguramente, los Patriots coloquen a Patrick Chung en ese rol defensivo, pero el escenario sigue siendo favorable para los Falcons. Ya en la Semana 5, ante los Broncos, los dirigidos por Dan Quinn explotaron las deficiencias de Denver en cobertura aprovechándose de escenarios corredor/apoyador o corredor/profundo, y planean hacer lo mismo ante New England.
3- GANAR LA BATALLA DE LAS PÉRDIDAS DE BALÓN
Si bien puede sonar a cliché, ninguno es más real que éste para el domingo. Durante su racha de seis victorias consecutivas, los Falcons han cometido sólo una pérdida de balón. Tanto Atlanta como New England tuvieron apenas 11 pérdidas, cada uno, durante la temporada regular -- la marca más baja de toda la NFL-- por lo cual las pérdidas serán difíciles de forzar y más definitivas que de costumbre si es que suceden. Durante esta postemporada, el equipo que ganó la batalla de pérdidas de balón, tiene un récord de 9-0, y me imagino que esa tendencia continuará en el Super Bowl LI.
4- MATT RYAN DEBE JUGAR COMO UN MVP
No hay dudas de que Matt Ryan ha tenido la mejor temporada de su carrera; se convirtió en apenas uno de cuatro mariscales en la historia en promediar más de un índice de pasador de 115 y más de 300 yardas por juego. En la postemporada, ese éxito ha continuado, dado que ha lanzado siete touchdowns, contra cero intercepciones, y ha desmantelado a las defensivas de Seattle y Green Bay, respectivamente. Atlanta ha promediado 40 puntos por juego en los playoffs y, teniendo en cuenta que la ofensiva de los Patriots probablemente tenga éxito ante la defensiva de los Falcons, Ryan debe guiar a los suyos a puntos si pretende ganar en un tiroteo. La defensiva de New England será su prueba más férrea y aunque los Patriots son expertos a la hora de anular una fortaleza del rival, Atlanta tiene objetivos de sobra a la ofensiva; fue el único mariscal en la historia en lanzar touchdowns a 13 receptores diferentes. Si los Falcons quieren coronarse campeones por primera vez en su historia, Ryan debe continuar exhibiendo el nivel superlativo que ha mostrado hasta ahora.
5- LOS EQUIPOS DEBEN SER ESPECIALES
Los partidos de esta magnitud se suelen ganar en los pequeños detalles, y es aquí donde los equipos especiales tienen un papel clave. Tanto los Falcons como los Patriots tienen pateadores más que confiables, pero sus grupos de cobertura han mostrado ciertas secuelas. Atlanta ya mostró carencias en cobertura ante Seattle en esta postemporada, y debe ajustar tuercas de inmediato o Dion Lewis les hará pagar el precio, tal como hizo ante los Texans. A la vez, si uno analiza con detenimiento las derrotas de los Patriots esta temporada, llegaron de la mano con pérdidas en sus equipos especiales. Es una deficiencia que tiene New England y los Falcons deben explotarla.