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El 2017 fue mal año para buscar respuestas en la agencia libre

El periodo de agencia libre del 2017 tiene pendientes pocas contrataciones de impacto. Fuera de la posición de corredor, donde el nombre más importante sigue siendo el de Adrian Peterson, y un puñado de linieros ofensivos, por ejemplo Austin Pasztor y Nick Mangold, no quedan titulares disponibles en el mercado abierto.

La agencia libre del 2017 será recordada, a mi juicio, como una generación con muy pocas respuestas. Hubo un número mínimo de agentes libres que cambiaron de equipo y que firmaron contratos capaces de cambiar el panorama financiero en sus respectivas posiciones.

Los esquineros A.J. Bouye, quien pasó de los Houston Texans a los Jacksonville Jaguars, y Stephon Gilmore, quien pasó de los Buffalo Bills a los New England Patriots estuvieron entre los casos más notables por un par de motivos. En ambos casos, se trata de jugadores que se mantuvieron dentro de las divisiones de sus equipos previos --la oportunidad de robarle un elemento clave a un rival directo puede inflar un poco el precio--; la generación de esquineros que se asoma para el Draft 2017 constituye uno de los grupos más fuertes en todas las posiciones. Bouye y Gilmore consiguieron colocarse entre los 10 mejor pagados en su posición, aunque ninguno logró colarse al Top-5.

El ala defensiva Calais Campbell fue otro de los que aprovecharon la ahora tradicional generosidad anual de los Jags en esta época del año. Un año después de convertir a Malik Jackson en el cuarto mejor liniero ofensivo interior mejor pagado de la liga gracias a un contrato de 14.35 millones de dólares promedio por año y 42 millones garantizados, Jacksonville colocó a Campbell como el quinto mejor pagado entre linieros defensivos exteriores, mediante un acuerdo que le redituará en 15 millones anuales en promedio con 30 millones garantizados, cifras que llaman la atención para un jugador de 30 años de edad.

El receptor abierto que más obtuvo en el mercado abierto fue DeSean Jackson, quien pasó de los Washington Redskins a los Tampa Bay Buccaneers con un contrato que le pagará 11.167 millones de dólares en promedio por año con 20 millones garantizados, para colocarse noveno entre los mejor pagados en su posición.

Los casos del profundo Tony Jefferson, ahora el octavo profundo mejor pagado de la liga tras mudarse de los Arizona Cardinals a los Baltimore Ravens; y el fullback Kyle Juszczyk, quien es el mejor pagado en su posición tras emigrar de los Ravens a los San Francisco 49ers; constituyen otros de los casos excepcionales de jugadores que encontraron la olla de oro al final del arcoíris de agencia libre.

En cambio, el apoyador Dont'a Hightower, probablemente el mejor jugador disponible en el mercado abierto, regresó a los Patriots con un contrato que lo coloca en el puesto N° 17 entre los jugadores de su posición, con "apenas" 8.875 millones de dólares anuales en su nuevo convenio.

Otros jugadores que aparecieron en el tope de la lista de los mejores 150 agentes libres de acuerdo a ESPN incluyeron a los receptores abiertos Alshon Jeffery y Terrelle Pryor, quienes sólo firmaron acuerdos por una campaña, y el tackle defensivo Dontari Poe, que firmó por dos.

La notable excepción este año fueron los linieros ofensivos, quienes se vieron beneficiados por el hecho de que la generación disponible en el draft de este año se proyecta como la más débil en muchos años.

Russell Okung se convirtió en el tackle ofensivo mejor pagado de la liga después de una campaña poco espectacular con los Denver Broncos después de la cual el equipo decidió dejarlo emigrar antes que pagarle el resto de su contrato a razón de 12 millones de dólares anuales. En lugar de eso, Okung aterrizó con Los Angeles Chargers, quienes acordaron pagarle 13.25 millones anuales con 25 millones garantizados.

Riley Reiff pasó de los Detroit Lions a los Minnesota Vikings --mudanza en la misma división como el caso de Bouye, Gilmore y Okung--, y Andrew Whitworth dejó a los Cincinnati Bengals para unirse a Los Angeles Rams, colocándose ambos tackles entre los mejores 10 pagados en la posición, también. Reiff jamás ha sido elegido a un Pro Bowl, mientras que Whitworth tiene 35 años de edad.

La posición más consentida este año fue la de guardia. Kevin Zeitler se convirtió en el guardia mejor pagado de la liga al emigrar de los Bengals a los Cleveland Browns y T.J. Lang se colocó quinto en la misma lista cuando dejó a los Green Bay Packers por los Lions. Nuevamente, se trata de jugadores que cambiaron de domicilio pero se mantuvieron en la misma división. Ronald Leary dejó a los Dallas Cowboys por los Broncos y Larry Warford se despidió de Detroit para incorporarse a los New Orleans Saints, y ambos están ahora entre los 10 guardias mejor pagados de la liga.

Mientras tanto, Mangold sigue esperar firmar con algún equipo con todo y sus siete viajes al Pro Bowl.

Uno de los motivos principales por los que no se firmaron tantos contratos de gran envergadura fue que los equipos hicieron en términos generales un buen trabajo para impedir que las pocas opciones realmente llamativas alcanzaran el mercado abierto.

El caso más notable fue el de Eric Berry de los Kansas City Chiefs, quien se convirtió en el profundo mejor pagado de la NFL antes de que abriera formalmente el mercado. Un caso casi idéntico fue el del tackle defensivo Brandon Williams de Baltimore, quien aceptó seguir con el único equipo para el que ha jugado de manera profesional, el mismo día en que abrió el mercado de agencia libre, aunque su contrato por cinco años y 10.5 millones anuales está todavía lejos de lo que cobran los cinco mejor pagados en su posición.

Además, siete jugadores recibieron la designación de jugador franquicia --Chandler Jones de los Cardinals, Kawann Short de los Carolina Panthers, Melvin Ingram de los Chargers, Trumaine Johnson de los Rams, Jason Pierre-Paul de los New York Giants, Le'Veon Bell de los Pittsburgh Steelers y Kirk Cousins de los Redskins--, limitando severamente sus oportunidades de encontrar nuevo equipo en el mercado abierto por el alto precio. Desde entonces, Jones y Pierre-Paul han firmado contratos a largo plazo que extienden el vínculo con sus respectivos clubes, y se espera los Panthers, Chargers y Steelers hagan lo propio antes de la fecha límite del 15 de julio.

Otro de los factores principales por la cual la presente camada de agentes libres fue tan débil comparada a la de otros años, fue que una porción importante de ella estuvo conformada por uno de los Drafts más débiles de que se tenga memoria. En este 2017 vencieron los contratos de los jugadores reclutados en el 2013, recordado como uno de los sorteos más pobres.

Catorce de los 32 jugadores seleccionados en la primera vuelta de ese año ya no están con sus equipos originales --sin incluir a Dion Jordan, quien podría no volver a vestir el uniforme de los Miami Dolphins--, mientras que otros 12 jugarán el 2017 bajo la opción al quinto año de contrato, sin haberse ganado todavía un segundo contrato con la franquicia que los reclutó.

Solamente cinco jugadores de los 32 elementos de primera ronda recibieron extensiones de contrato con los clubes que los reclutaron, y solamente Lane Johnson de los Philadelphia Eagles acordó dicha extensión antes de que se venciera el contrato original sin que mediara la opción al quinto año de contrato.

Las carencias no se limitan a los elegidos en la primera ronda de eso año. Jugadores como Justin Hunter, Manti Te'o, Geno Smith, Robert Woods, Menelik Watson, Margus Hunt, Eddie Lacy y Christine Michael de segunda ronda; y Marquise Goodwin, Hugh Thornton, Kayvon Webster de tercera vuelta, ayudan a contar parte de la historia de la agencia libre del 2017.

Finalmente, vale la pena tocar el tema de los mariscales de campo, una especie que se cuece aparte cuando se trata de contratos.

Mike Glennon dejó la banca de los Bucs para firmar un contrato que deslumbra a primera vista con los Chicago Bears, por tres temporadas y 45 millones de dólares. Glennon ya ha sido nombrado titular del equipo, sin una sola práctica de por medio, pero los Bears pueden desprenderse de él fácilmente después de una campaña si no responde.

Fuera de Glennon, nadie firmó por más de dos años, y la realidad es que la lista de agentes libres que ya tienen equipo está conformada por suplentes: Smith, EJ Manuel, Brian Hoyer, Matt Barkley, Nick Foles, Josh McCown, Landry Jones, Josh Johnson, Kellen Moore y Aaron Murray.

Por su lado, Colin Kaepernick, Jay Cutler, Ryan Fitzpatrick y Robert Griffin III siguen sin equipo. En este punto de sus respectivas carreras, es altamente probable que los cuatro deban ser suplentes, si atendemos a nivel de juego, pero al mismo tiempo cuesta trabajo pensar que equipos como los Texans, Broncos, Bears, Jets, Niners, o Browns tienen más calidad actualmente en plantilla. Desde luego, eso no significa que haya que salir a firmarlos de inmediato y entregarles el puesto titular, pero es evidente que no existen 90 mejores quarterbacks en la liga que esos cuatro.

Finalmente, seguimos esperando ver qué sucede con Tony Romo, quien sigue en la plantilla de los Cowboys. Por lo pronto, es evidente que Dallas no tiene mucha prisa por deshacerse del poseedor de múltiples marcas de la franquicia. Lo que está por verse es si será cortado --integrándose entonces al grupo de agentes libres-- o si cambiará de equipo mediante un traspaso.

Lo cierto es que un vistazo rápido a los pasadores que siguen disponibles, y otro a la débil camada de pasadores que ofrece el draft de este año, aseguran que no faltaran ofertas de calidad para Romo si llega a tocar piso en el mercado abierto.

Al final, y con la excepción de un puñado de jugadores, el 2017 fue un mal año para salir a buscar respuestas en el mercado abierto de la agencia libre.