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Dak Prescott tendrá que seguir creciendo bajo la sombra de Tony Romo

FRISCO, Texas – Ser el quarterback de los Dallas Cowboys no es fácil. Como le gusta decir a Jason Garrett, hay mucho que viene con esa cena.

Eso es lo que ocurre cuando a uno lo comparan a los estándares establecidos de Super Bowl y de Salón de la Fama de personas como Roger Staubach y Troy Aikman. Si uno no trae un campeonato, a uno no lo querrán para siempre, aunque hubo momentos en las carreras de ambos en los cuales lo fanáticos querían a otra persona que no fuera Stauback o Aikman como su quarterback titular.

Ya Tony Romo se salió de esa sombra ahora que estará trabajando para CBS Sports. En la última semana muchos han intentado categorizar la carrera de Romo. No fue ni Staubach ni Aikman. Para algunos, no es ni Don Meredith ni Danny White. Para otros es igual, si no mejor que Meredith y White.

Y es un debate que no termina y puede cansar a uno porque si uno juzga todo por un resume que incluya un campeonato, entonces Mark Rypien o Brad Johnson o Trent Dilfer o Jeff Hostetler serían mejores quarterbacks que Romo, Meredith o White.

Y no lo son.

Dak Prescott entró a ese círculo el año pasado, pero no tuvo que lidiar con las altas expectativas de un quarterback de los Cowboys porque las expectativas de un quarterback que fue seleccionado en la cuarta ronda del Draft son entendiblemente bajas.

Romo tuvo que lidiar con lo mismo en el 2006 cuando agarró las riendas en el séptimo partido de la temporada, ayudó a los Cowboys a llegar a la postemporada y vio la temporada irse de sus dedos tras perder en el partido de comodín ante los Seattle Seahawks.

Saliendo de ese partido, sin embargo, había emoción sobre lo que Romo podría traer a los Cowboys. Pasó tanto tiempo, ql igual que muchos quarterbacks, entre el retiro de Aikman y el regreso de los Cowboys a la relevancia, que a Romo se le dió el beneficio de la duda.

Esa emoción en gran parte perduró en el tiempo que estuvo como quarterback titular de los Cowboys, pero se tardó una temporada en lo que las sombras de Staubach y Aikman cayeron sobre cada pase que hacía. Tuvo una gran temporada en 2007, con 36 pases para touchdown y 4,211 yardas por aire, pero los Cowboys no lograron hacer ruido en los playoffs, aún con la ventaja de jugar en casa. Las vacaciones fueron la guía de esa temporada, no la marca de 13-3.

Prescott entra al 2017 con la carga de las expectativas basadas en su increíble temporada de 2016: 23 pases para touchdown, cuatro intercepciones y el premio al Novato Ofensivo del Año. Habrá algunos que quieren ver a Prescott como un producto más pulido en vez de un quarterback que aún está aprendiendo su trabajo entrando a su segundo año.

Querrán que haga lo que hizo Staubach. Querrán que haga lo que logró Aikman. Querrán, como poco, que haga lo que hizo Romo.

Esa sombra de Romo será grande sobre Prescott, y no solo porque Romo quizás sea analista en algunos partidos de los Cowboys esta temporada.

Ya habían suspiros de Qué Haría Tony después que los Cowboys perdieron ante los Green Bay Packers en la ronda divisional. No hubieran estado atrás 21-3 en la primera mitad si Romo hubiera sido el quarterback en enero, según algunos fanáticos de los Cowboys. Romo no hubiera tirado el balón para parar el reloj en la marcha final, algo que le dio a Aaron Rodgers demasiado tiempo para construir su propia marcha en el último minuto. Romo le hubiera hecho a la defensa de Green Bay lo mismo que Matt Ryan le hizo una semana después en el Partido de Campeonato de la NFC.

Prescott manejó todo increíblemente bien como novato dentro y fuera del terreno de juego. Todo lo que dijo e hizo ocurrió en el momento perfecto.

Prescott no tiene el mismo beneficio de la duda que tuvo Romo en el 2006 hacia el 2007. Esta vez no están Randall Cunningham, Quincy Carter, Anthony Wright, Ryan Leaf, Clint Stoerner, Chad Hutchinson, Vinny Testaverde, Drew Henson o Drew Bledsoe para abrir el camino.

Prescott pudo crecer en la sombra de romo el año pasado, aún cuando Romo estaba en los laterales, equipado, saludable y listo para jugar.

Ahora tendrá que demostrar que puede seguir creciendo bajo esa sombra, aún cuando Romo esté en la cabina de televisión.