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Jean-Jacques Taylor | ESPN.com 7y

Sentar a Tony Romo fue el momento que definió a Jason Garrett

FRISCO, Texas -- Demasiados de ustedes han permitido que la sonrisa de Jason Garrett los confunda. Se han comprado el cuento falso de que Garrett es una marioneta, haciendo todo lo que el dueño Jerry Jones le pida porque está tan feliz de ser el entrenador en jefe de los Dallas Cowboys.

Bueno, nos mostró en noviembre que ese no es el caso, cuando tomó la mejor decisión que ha tomado en sus más de seis años al mando, aún si le costó un encontronazo con su amigo, Tony Romo.

Fue casi la decisión más difícil de su estancia com entrenador en jefe.

Garrett nos mostró que podría viajar por toda la nación con Romo, ir a partidos de baloncesto colegial y estudiar hábitos ganadores de gente como el entrenador de Duke, Mike Krzyzewski, y aún así poder ejecutar el tipo de decisión calculadora que todo entrenador de la NFL tiene que tomar en última instancia para llegar al éxito.

Esa es la única manera de describir la decisión de Garrett de mantener al novato Dak Prescott como titular, aún después que Romo -- quien decidió la semana pasada irse de la NFL para unirse a CBS -- se recuperara de una lesión en la espalda sufrida durante la pretemporada.

Es fácil decir que sentar a Romo, titular por una década, es lo que Garrett debió haber hecho porque era lo mejor para el equipo.

Y no importa que Jimmy Johnson usó a Steve Beuerlein en vez de Troy Aikman en ambos partidos de playoff en el 1991 después que Beuerlein se fuera 4-0 en sustitución del lesionado Aikman durante la temporada. Ni tampoco importa que el entrenador de los New England Patriots, Bill Belichick, sentara a la primera selección global en el 2001 Drew Bledsoe a favor de Tom Brady.

Ninguno de esos entrenadores y quarterbacks tenían la relación que Garrett y Romo compartían.

Es fácil entender el por qué Romo se sintió traicionado por la decisión de Garrett. Después de todo, Garrett fue nombrado coordinador ofensivo en el 2007 tras dos años como entrenador de quarterbacks con los Miami Dolphins.

El éxito que Romo tuvo jugó un papel grande en el que Garrett se convirtiera en el entrenador en jefe de los Cowboys luego del despido de Wade Phillips a mediados de temporada en el 2010. Usted sería inocente en pensar que Jones no consultó a Romo antes de tomar la decisión de contratar a Garrett, especialmente después del desastre que ocurrió cuando contrató a Chan Gailey en 1998 y Aikman odiaba la ofensiva, lo que llevó al despido de Gailey tras dos temporadas.

El rendimiento de Romo temprano en su carrera ayudó a Garrett a convertirse en uno de los asistentes mejores pagados de la NFL con un salario de $3.5 millones en un momento en el cual Garrett declinó ofertas de convertirse en entrenador en jefe con los Atlanta Falcons, Baltimore Ravens y los entonces St. Louis Rams.

Y cuando estaba en el último año de su contrato en el 2014, Romo pasó para 3,705 yardas con 34 touchdowns y nueve intercepciones, que sin duda fue un factor para que Jones decidiera firmar a Garrett a un contrato de seis años y $30 millones.

Garrett, sin embargo, siempre está predicando sobre la importancia del equipo y su meritocracia que necesita para construirlo. No hay manera que Garrett pudiera seguir predicando, equipo, equipo, equipo todos los días por años y luego reemplazar a un quarterback que había ganado nueve partidos consecutivos y había jugado, para todos los efectos, un juego perfecto.

Jerry Jones y el vicepresidente del equipo Stephen Jones abogaron fuerte a favor de Romo, pero Garrett tomó la decisión difícil: sentó a su amigo.

Y entonces Garrett le dijo a Romo que no podría competir con Prescott por el puesto. Finalmente, Garrett le dijo a Romo que tenía que aceptar su nuevo rol, y así fue.

En ese momento, Garrett tuvo que haber sabido que el tiempo de Romo en Dallas terminaría tan pronto acabara la temporada. Romo aún creía que podría jugar, algo que no debe sorprender a nadie, y tenía demasiado orgullo para utilizar una gorra de béisbol y aguantar una libreta más tiempo del que fuera absolutamente necesario.

La decisión fácil -- la que una marioneta hubiera tomado -- hubiera sido poner a Romo en la alineación titular tan pronto que estuviera saludable.

Pocos hubieran criticado la decisión de poner a un quarterback cuatro veces seleccionado al Pro Bowl con más de 34,000 yardas por aire a jugar. Si Romo hubiera sufrido otra lesión, Garrett tendría a Prescott disponible y nadie hubiera dicho nada.

Pero Garrett, como muchos de sus jugadores, creyó que los Cowboys estaban en medio de un temporada especial, así que se fue con Prescott.

En ese momento, Garrett abrió la puerta a todo tipo de crítica imaginable si los Cowboys no ganaban el Super Bowl.

Pero también se ganó el respeto del equipo. La mayoría de los jugadores sabían de su cariño por Romo y la profundidad de su relación.

Sabía lo difícil que esa decisión debió ser, y lo vieron como evidencia tangible de que Garrett pensaba que los Cowboys tenían una oportunidad de llegar lejos en los playoffs con Prescott.

Los Green Bay Packers vencieron a Dallas en la ronda divisional y Garrett enfrentará críticas sustanciales en el 2017 si Prescott enfrenta problemas de cualquier índole.

Aún así, Garrett tomó la decisión correcta, aún se creó distancia entre dos buenos amigos.

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