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Movimientos arriesgados aparecieron en el último día del draft

Después de tres días y siete largas rondas, finalmente el draft de la NFL terminó, pero ¿qué nos dejó el último día?

Contrario a los primeros dos días que los equipos suelen buscar apuestas seguras, en las rondas bajas vemos movimientos arriesgados, incluyendo seleccionar a un mariscal de campo que podría convertirse en el rostro de una franquicia hasta jugadores con serias interrogantes de carácter que incluso podrían no ser parte del equipo en la temporada regular pero que su talento era demasiado para dejarlo pasar.

El jugador por el que llegó la primera apuesta fue el mariscal de campo de los Tennessee Volunteers, Joshua Dobbs.

Dobbs escuchó su nombre en la posición N° 135 global (N° 29 de la cuarta ronda) y podría convertirse en un eventual reemplazo para Ben Roethlisberger con los Pittsburgh Steelers.

Roethlisberger, quien expresó esta temporada baja su indecisión sobre seguir jugando o retirarse, sólo ha jugado los 16 partidos de la temporada en tres ocasiones en su carrera, la última vez en el 2014.

Las lesiones han sido una constante en la carrera de Roethlisberger y eso abre las puertas a sus suplentes para tener tiempo de juego, si Dobbs trabaja duro en las prácticas tiene posibilidades de escalar posiciones y convertirse en el reserva principal en la posición de mariscal de campo.

Hablando de lesiones, los Denver Broncos tiraron los dados con el ala cerrada Jake Butt, quien sufrió una rotura de ligamento cruzado anterior durante el Orange Bowl en su último partido con los Michigan Wolverines.

Butt terminó su carrera colegial con 138 recepciones para 1,646 yardas y 11 touchdowns, convirtiéndose en un prospecto interesante en la posición con sus 6 pies con 6 pulgadas de estatura y 250 libras de peso.

Los Chicago Bears por su parte tomaron en la cuarta vuelta al profundo de Alabama, Eddie Jackson, quien la temporada pasada sufrió una fractura en la pierna.

Aunque no se espera que Jackson esté marginado por toda la temporada, sin duda estará limitado para el inicio de su carrera en la NFL.

Desafortunadamente no todos los prospectos llegan con antecedentes limpios, ese es el caso del receptor abierto de los Jacksonville Jaguars, Dede Watson, quien acarrea serias interrogantes tras su carrera con los Oklahoma Sooners.

Westbrook fue arrestado en dos ocasiones por incidentes de violencia doméstica en el 2012 y 2013, otro incidente no sólo podría representar una sanción por parte de la NFL sino incluso su empleo.

El nuevo tackle defensivo de los Cleveland Browns, Caleb Brantley, también arrastra problemas de violencia y podría enfrentar un proceso judicial en el futuro.

Brantley es acusado por una mujer de Gainesville, Florida, de golpearla en el rostro y dejarla inconsciente luego de una discusión en un bar.

Los Browns están al tanto de la situación y están dispuestos a desprenderse del jugador si se demuestra su culpabilidad.

"Seguiremos investigando por nuestra cuenta y siempre y cuando estemos a gusto, lo mantendremos en la plantilla, si no podemos, seguiremos adelante", declaró este sábado el vicepresidente de los Browns, Sachi Brown, respecto al incidente de Brantley.

Aunque no tan graves como los dos ejemplos anteriores, Chad Kelly, nuevo mariscal de campo de los Denver Broncos también llega a la NFL arrastrando serias interrogantes por su conducta.

Kelly, quien fue reclutado con la selección global N° 253 y se convirtió en Mr. Irrelevant del Draft 2017, fue echado del programa de Clemson por "conducta en detrimento del equipo" en el 2014 y también se le levantaron cargos por resistirse al arresto, amenazas y algunos otros después de un altercado afuera de un club nocturno en Buffalo en diciembre del 2014. Más tarde, accedió a 50 horas de servicios a la comunidad como parte de los cargos.

Debido a sus antecedentes, la NFL retiró la invitación para Kelly al Combinado de Talento de Indianapolis en febrero.

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