Jim Harbaugh dijo esta semana que el entusiasmo pudo llevarse lo mejor de él en uno de los momentos más memorables en un apretón de manos, posterior a un juego, en la historia de la NFL.
Harbaugh, quien es conocido por su entusiasmo, dijo durante una entrevista en Barstool Sports' Pardon My Take podcast que estuvo mal en 2011 cuando, después de una victoria de los San Francisco 49ers, él y el coach de los Detroit Lions, Jim Schwartz, tuvieron que ser separados en el terreno de juego.
"Fui muy duro en eso, muy agresivo en ese apretón de manos", dijo en la entrevista, seis años después del incidente. "Hemos hablado y estamos bien, somos amigos otra vez... El apretón de manos es un protocolo después del juego. He estado ahí como el ganador. He estado ahí como el perdedor. Sólo dices, 'buen juego', y te vas a celebrar. Celebrar antes de tiempo ahí, no es correcto".
En ese momento, Schwartz no tomó del todo bien la celebración de Harbaugh en su camino al terreno de juego y que algo de esa emoción se derramara durante su encuentro en el centro del emparrillado. Los dos coaches superaron ese momento.
Mientras el apretón de manos a Schwartz se conviritó en un incidente muy discutido, Harbaugh dijo que su última pelea ocurrió en realidad cuando tenía 39 años, al final de su carrera, en un Bennigan o un restaurante similar, contra dos hombres. El coach no quiso revelar muchos detalles, pero dijo que se contuvo.
"No gané", dijo. "No puedo decir que gané. Tampoco me ganaron. Me tocaron algunos golpes".