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Bruce Arians planea dirigir en 2018 si está sano

TEMPE, Ariz. -- Si depende de Bruce Arians, la que viene, no será su última temporada como coach en la NFL.

Pero el head coach de los Arizona Cardinals, quien cumplirá su quinta temporada con el equipo, entiende que esa decisión puede estar fuera de su control. Arians le dijo a ESPN el jueves que su salud determinará si vuelve en 2018 y que nunca dudó de dirigir en 2017, a pesar de tres temas médicos con los que lidió en los cinco últimos meses de la temporada pasada.

"Lo vamos a reevaluar al final del próximo año; con suerte, estaremos listos para uno más", dijo Arians, de 64 años.

¿La de 2017 puede ser su última temporada?

"Confío en que no", dijo Arians. "Eso querrá decir que no estoy sano".

Arians dijo que, al menos, le gustaría terminar su contrato, vigente hasta 2018. Su contrato incluye una opción para el equipo para la campaña 2019. Pero hay otro factor que ayudará a Arians a decidir cuándo decir adiós.

"O hasta que realmente sienta que no lo estoy haciendo", dijo.

Arians dijo que se siente "de maravilla" cinco meses después de que se sometió a una operación para retirar un tumo canceroso de un riñón. Fue diagnosticado con carcinoma renal el 15 de diciembre, tres días antes de que Arizona recibiera a los New Orleans Saints en el juego final de la temporada, después de que se le detectó una mancha cancerosa en el riñón durante una visita a principios de esa semana. Describió la situación en el reciente libro que lanzó 'The Quarterback Whisperer'. Le removieron una "pequeña porción" del riñón el 7 de febrero.

Arians dijo que el diagnóstico no afectó el resto de su temporada.

"El futbol americano me ha dado la oportunidad de tomar el control de mis pensamientos y me liberé en esos últimos tres juegos", dijo. "Tenemos la fecha establecida y sólo debemos llegar ahí".

La revelación del cáncer fue la última en una serie de cuestiones de salud que invadieron a Arians en 2016.

Lo hospitalizaron en agosto, en San Diego, con síntomas de diverticulitis durante una práctica de training camp compartida con los Chargers. Y, en noviembre, lo llevaron de emergencia al hospital para ser evaluado por dolores en el pecho; más tarde recibió el alta.

El único mal que persiste -al menos públicamente- de cara al training camp que inicia el 21 de julio, cuando los Cardinals reporten para su prueba de acondicionamiento físico, es la etapa final de recuperación por una cirugía de hombro.

"Tuve un buen verano", dijo Arians. "Me curé (de la cirugía de riñón)".