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Erick Cervantes 7y

Indy navega hacia la incertidumbre en la posición más importante

Los Indianapolis Colts han sido una de las mayores decepciones de la liga en las últimas temporadas, en gran medida por todo lo que ha representado su mariscal de campo Andrew Luck.

En el 2012, los Colts tomaron la decisión más complicada en la historia de la franquicia --sí, estoy considerando su mudanza de Baltimore a Indianapolis en 1984-- al desprenderse del jugador que los convirtió en un candidato perenne al título, el futuro miembro del Salón de la Fama, Peyton Manning, para tomar a Luck con la primera selección global del draft y entregarle de inmediato las riendas del equipo.

La decisión de tomar a Luck y echar a Manning por la puerta de atrás fue un golpe duro para muchos aficionados, que se sintieron traicionados por el trato a uno de sus mayores símbolos.

En el 2016, luego de una temporada marcada por las lesiones, Indianapolis convirtió a Luck en el jugador mejor pagado en la historia de la NFL --hasta ese momento-- con un contrato por seis años y 140 millones de dólares, con 87 millones garantizados.

La decisión del equipo no golpeó el corazón de los aficionados, ahora el golpe fue contra su misma plantilla.

Es innegable que Luck merecía un gran contrato, su potencial sigue siendo atractivo y sus primeros años en la liga permitieron a los Colts alcanzar la postemporada, pero al pagarle tanto dinero a su pasador el club sacrificó la posibilidad de reforzar otras áreas de necesidad.

Con poca profundidad en la nómina y malas selecciones en el draft, la fórmula del desastre estaba lista para los Colts, que ahora su única esperanza de competir en la temporada es que Luck regrese sano a tiempo para el inicio de la temporada regular luego de someterse a una cirugía de hombro, pero parece poco probable que suceda.

CARAS NUEVAS A SEGUIR

Los Colts parecen tener confianza plena en la ofensiva, su refuerzo más importante en la agencia libre fue el receptor Kamar Aiken, quien no ha gozado de una temporada estelar en su carrera, mientras en el draft sólo tomaron al corredor Marlon Mack, procedente de South Florida, y al tackle Zach Banner de USC, ambos en la cuarta ronda.

A la defensiva se comprometieron con el apoyador Barkevious Mingo, quien ha tenido producción discreta con los Cleveland Browns y New England Patriots, al tiempo que invirtieron sus primeras dos selecciones del draft en refuerzos para su defensiva secundaria, el profundo de Ohio State, Malik Hooker, y el esquinero de Florida, Quincy Wilson.

Indianapolis tuvo la defensiva total N° 30 de la NFL el año pasado, la N° 27 en yardas aéreas permitidas y N° 22 en puntos aceptados, también terminó en la posición N° 19 en capturas conseguidas con 33.0.

La apuesta de los Colts es clara, mejorar su perímetro defensivo y apuntalar la línea en busca de poner mayor presión sobre los mariscales de campo rivales.

El problema para Indianapolis no es sólo que Luck esté marginado por lesión, sino que Hooker tuvo que esperar hasta finales de julio para poder entrenar luego de recuperarse de cirugías en la cadera y por hernia deportiva.

VETERANOS QUE ECHARÁN DE MENOS

Los Colts cortaron al tackle defensivo Arthur Jones, quien batalló con las lesiones y suspensiones en su estancia con el equipo, caso similar el del apoyador D'Qwell Jackson, quien no logró cumplir con las expectativas.

Así que ninguno de los jugadores que dejaron el equipo esta temporada baja representará una baja sensible.

La mayor preocupación para los Colts sigue siendo si Luck podrá recuperarse a tiempo para el inicio de la temporada regular y en caso de tener que perderse al menos un partido, no habrá ausencia más notable para Indianapolis.

¿TIENE ANDREW LUCK AYUDA SUFICIENTE PARA TRASCENDER EN INDIANAPOLIS?

La mayor estrella en el cuerpo de receptores de los Colts es T.Y. Hilton, quien ha llegado al Pro Bowl en los últimos tres años de manera consecutiva acumulando cuatro temporadas seguidas con más de 1,000 yardas recibidas y presumiendo 30 recepciones de touchdown en su carrera.

Junto a Hilton aparecen Donte Moncrief, Phillip Dorsett y el recién adquirido Aiken, pero ninguno representa una verdadera amenaza.

El año pasado el ala cerrada Jack Doyle dio un paso al frente y tuvo la mejor campaña de su carrera al atrapar 59 pases para 584 yardas y cinco anotaciones.

Por tierra, los Colts dependen del veterano Frank Gore , quien la temporada pasada terminó con más de 1,000 yardas terrestres pero apenas cuatro touchdowns.

Detrás de Gore aparecen Robert Turbin y el novato Mack, quien podría escalar a la posición de corredor N° 2.

Sinceramente, Luck no tiene grandes a su alrededor como para pensar siquiera en competir por el título de la AFC Sur, donde los Tennessee Titans y Houston Texans parten como favoritos.

EL PRONÓSTICO

La suerte podría estar del lado de los Colts después de todo, al enfrentar el calendario más sencillo de la NFL midiéndose contra equipos con un récord combinado 108.5-147.5 (.425).

Pero a pesar de sus duelos relativamente cómodos contra los Browns, Buffalo Bills, San Francisco 49ers y Los Angeles Rams, los Colts podrían estar condenados a terminar con marca 7-9 este año, considerando que Luck juegue la temporada completa, en caso contrario su número de victorias podría reducirse considerablemente.

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