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Exigirle a Alex Smith repetir su anomalía es injusto

Lo que Alex Smith hizo en el juego inaugural de la Temporada 2017-18 sólo puede calificarse de una forma: como una anomalía.

Es una anomalía no porque el quarterback de los Kansas City Chiefs sea incapaz de darle verticalidad a su ataque aéreo sino porque, sencillamente, no es un sistema que maneje con regularidad, por no decir que casi nunca.

En su carrera, la cual inició en 2005 como primera selección global en el Draft elegido por los San Francisco 49ers, Smith sólo suma seis juegos con más de 300 yardas por aire, los últimos cuatro bajo la tutela del coach Andy Reid en Kansas City.

En la victoria sobre los New England Patriots, Smith lanzó para 368 yardas y tres touchdowns, dos de ellos de 75 y 78 yardas a Tyreek Hill y Kareem Hunt, respectivamente.

El duelo ante los Patriots fue el primero en el que Smith lanzó para 300 o más yardas desde la Semana 1 de la temporada pasada, cuando sumó 363 yardas y dos pases de touchdown camino a consumar una remontada en tiempo extra para vencer a los Chargers, entonces de San Diego. Pasó toda una temporada para lucir como el quarterback que todos esperan que sea, pero que nunca será, pues no trabaja en un sistema aéreo de juego profundo. Durante la mayor parte de su carrera, Smith ha jugado con la Ofensiva de la Costa Oeste, que predica los pases cortos y seguros y ese es el que Reid ha empleado desde sus días con los Philadelphia Eagles.

Si a esto le sumamos el hecho de que, desde San Francisco, nunca ha contado con receptores de alto calibre como otros quarterbacks que lanzan profundo con regularidad, entendemos por qué Smith se siente más cómodo con el juego en zona corta.

Con los 49ers, Smith tuvo a Vernon Davis como principal arma durante varios años y en Kansas City, Travis Kelce es su indiscutible válvula de seguridad. Que ambos sean alas cerradas indica claramente que la fortaleza de Smith está en los pases cortos.

Receptores como Arnaz Battle, Darrelle Jackson, Allen Rossum, Isaac Bruce ya en descenso, unos técnicamente inmaduros Michael Crabtree, Brylon Edwards, Josh Morgan y Mario Manningham fueron las armas que Smith tuvo durante su estancia con los 49ers.

En Kansas City, además de un irregular Dwayne Bowe, Smith ha contado con receptores como Jeremy Maclin, Albert Wilson, Jason Avant o Chris Conley.

En su momento en San Francisco o en Kansas City, ningún receptor ha tenido la calidad que provoque que las defensivas rivales se concentren en detenerlos y deje espacios abiertos y profundos que Smith pueda explotar.

Si Smith hubiera tenido en algún momento a Randy Moss, Terrell Owens u Odell Beckham Jr. la historia y su desarrollo pudieran haber sido distintos.

Esto no quiere decir que de vez en cuando, Smith nos tome por sorpresa y explote, a su capacidad, la potencia de brazo. Ya es algo que ha hecho antes en un marco importante.

En la derrota en el Juego de Comodines de la AFC en 2013 ante Indianapolis, Smith se destapó con pases de 79 yardas para anotación y otros de más de 60 y 20 yardas.

Smith lo ha hecho antes, lo hizo de nuevo el jueves ante los Patriots y volverá a hacer gala de su brazo.

Simplemente es injusto exigirle que lo haga cada semana, porque no es su estilo.

Defensivas que abren ojos
Si alguien esperaba que las defensivas de los Jacksonville Jaguars y Green Bay Packers lucieran dominantes en la Semana 1, ojalá haya comprado su boleto de lotería. Las actuaciones de ambas defensivas fueron impactantes, aunque por razones distintas.

Los Packers dominaron en todas las fases al sumar cuatro capturas de quarterback y un robo de balón, además de limitar a 135 yardas por aire y 90 por tierra a los Seattle Seahawks.

Literalmente, el trabajo en equipo fue vital para Green Bay, Aaron Rodgers y compañía tuvieron el balón en su poder 39:13 minutos y así mantuvieron fresca a su defensiva, que enfrente tuvo a unos Seahawks con amplio arsenal, pero que extrañaron a Marshawn Lynch en situaciones específicas.

Por su lado, los Jaguars triunfaron en la trinchera con un Calais Campbell intratable y quien, con cuatro capturas, fue el líder de un grupo que arrolló al ataque de los Houston Texans con 10 capturas en total, cuatro robos de balón, incluidas tres intercepciones.

En un partido, Campbell sumó la mitad de capturas que registró en 2016, su último año con los Arizona Cardinals.

Si esto era lo que Jacksonville esperaba y Campbell mantiene su nivel, entonces los Jaguars sí se sacaron la lotería.

LeGarrette Blount, ¿dónde estás?
Sin llegar a ser clave, las situaciones de corto yardaje afectaron a los New England Patriots en su derrota ante Kansas City.

Bill Belichick, Tom Brady y el resto del ataque de New England debió haber extrañado a LeGarrette Blount, ahora con los Philadelphia Eagles, en esos momentos en que una, dos o tres yardas son vitales para marcar el ritmo de un juego.

Los Patriots hicieron cinco de 15 conversiones en tercera oportunidad, pero sufrieron en situaciones de cuatro o menos yardas en las que un corredor con el tonelaje y capacidad de Blount pudo ser de mucha ayuda y las describimos a continuación:

Marcador: Chiefs 7-7 Patriots
3a. y 1 en yarda 8 de KC: Patriots no convierten y se conforman con gol de campo para irse arriba en la pizarra.

Chiefs 7-10 Patriots
3a. y 2 en yarda 26 de N. England: Pase de 22 yd – Serie acaba en TD

Chiefs 21-24 Patriots
2a. y gol en yarda 4 de KC: Defensiva detiene a James White seis yardas atrás de la línea de scrimmage y Patriots se conforma con gol de campo para aumentar ventaja a 27-21.

Chiefs 28-27 Patriots
3a. y 2 en yarda 41 de KC: Tom Brady conecta con James White en pase de una yarda y Patriots despejan.

4a. y 1 en yarda 40 de KC: Mike Gillislee es detenido en línea de scrimmage.

Riesgo de incendio en Houston
Bill O’Brien, coach de Houston, señaló tras la derrota ante Jacksonville que metió al campo al quarterback novato Deshaun Watson en lugar de Tom Savage para provocar una chispa que hiciera reaccionar a los Texans.

Con ese movimiento y la indecisión que hasta el martes por la tarde tenía sobre a quièn nombrar como titular para el juego de la Semana 2 en jueves por la noche ante Cincinnati, lo que O’Brien puede provocar es que una chispa encienda una controversia de quarterbacks que un equipo con talento como los Texans no necesitan.

Si bien Savage no es un quarterback de élite, Watson es un jugador en desarrollo y someter a ambos pasadores a la presión y tedio de una controversia sólo es negativo para ambos, sin mencionar lo dañino que resulta en un vestidor el que haya bandos a favor de uno u otro.

O’Brien y los Texans aún pagan, y demasiado caro, ese error llamado Brock Osweiler.