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Aumento en golpes a Tom Brady deben preocupar a Patriots

A la lista de problemas que han experimentado los Patriots en 2017, debe sumarse el notable aumento de presión y golpes que ha sufrido Tom Brady. Getty Images/Cliff Welch

Hubieron un par de momentos en los que propios y extraños contuvieron el aliento en los primeros minutos del encuentro en el que los New England Patriots vencieron el jueves por la noche 19-14 a los Tampa Bay Buccaneers.

Esos momentos se dieron cuando Tom Brady absorbió un golpe un poco más debajo de la rodilla, como lo indica la regla, y tardó un poco en levantarse.

¿Qué sucedió?

“Sólo se trató de futbol americano”, señaló Brady con una sonrisa. “Estaré en el campo el próximo domingo”.

Pocos lo dudan, pero si Brady va a estar en el campo cada domingo, limitar la cantidad de golpes que sufre sería un buen inicio. Los Buccaneers golpearon al pasador de 40 años de edad seis veces, incluidas tres capturas.

Luego de cinco partidos, Brady ha sufrido 32 golpes y capturado en 16 ocasiones. Esta última cifra supera el total de 2016, cuando Brady fue tacleado detrás de la línea de scrimmage 15 veces en 12 juegos de temporada regular.

¿A qué se debe tan notable repunte?

Aquí algunas de las razones:

Ajustarse a no tener a Julian Edelman. Una rotura del ligamento anterior derecho el 25 de agosto le quitó a Brady al receptor principal al que acude con regularidad cuando la presión se acerca. No tener esa válvula de seguridad ha sido un factor para que las defensivas rivales lleguen a Brady antes de deshacerse del balón, pues los Patriotsas han tenido que ajustar su ataque.

En específico, el jueves en Tampa, se podía haber dicho lo mismo sin el ala cerrada Rob Gronkowski (lesión en el muslo). Lo mismo en la Semana 2 con Danny Amendola, quien perdió el encuentro ante New Orleans por conmoción.

Una ofensiva más vertical. Adquirir al veloz receptor Brandin Cooks ha abierto las opciones en el juego aéreo vertical y por ello, Brady ha tenido el balón más tiempo en sus manos en 2017 para permitir el desarrollo de las rutas de los receptores, lo cual ayuda a que la presión llegue a su objetivo. Además, los Patriots han enfrentado a sólidas defensivas, que también merecen su crédito.

Fallas en la línea ofensiva. La protección a Brady no ha sido tan sólida como lo fue en largos periodos de 2016. El tackle izquierdo Nate Solder batalló al inicio de la campaña, lo cual está relacionado a que no jugó en la pretemporada mientras se preparaba por su lado. El tackle derecho Marcus Cannon, quien tuvo una sólida actuación en 2016, no ha alcanzado ese nivel en 2017 y perdió un juego por conmoción.

Sin embargo, los hits a Brady no siempre son responsabilidad de la línea ofensiva. En ocasiones, los receptores no se desmarcan rápidamente con frecuencia.

Inconsistencia en situaciones de corto yardaje. El ataque terrestre no ha sido capaz de tener ritmo consistentemente en situaciones de tercera y una y cuarta y una y, en general, no le ha dado balance a la ofensiva.

Los Patriots han lanzado en 195 ocasiones y tienen 128 acarreos. Como un ataque más unidimensional, los rivales tienen mejores lecturas para elegir los momentos en los que van a presionar.