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Ex Boina Verde Nate Boyer escribe carta abierta a Trump, Kaepernick, la NFL y a EEUU

Nota del editor: Luego de más de un año de haber escrito una carta abierta a Colin Kaepernick, el ex Boina Verde del Ejército de EEUU y ex jugador de la NFL, Nate Boyer, redacta otra misiva, esta vez como un llamado a la unidad a todas las ideologías en los Estados Unidos.

A continuación presentamos su carta, tal como se la dictó al reportero de ESPN Nick Wagoner, quien cubre a los San Francisco 49ers.

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“La oscuridad no puede conducirnos a salir de la oscuridad. Solamente la luz puede hacerlo. El odio no puede conducirnos a salir del odio. Solamente el amor puede hacerlo”. -- Dr. Martin Luther King Jr.

Estimado Ciudadano Estadounidense. A. Cada. Ciudadano. Estadounidense. Incluido el Presidente Trump, Colin Kaepernick y mis hermanos en armas que están luchando fuera del país y se Preguntan, “¿qué demonios está pasando ahí?”.

Estoy sentado en la misma silla, en el mismo apartamento en el que me senté hace casi un año cuando le escribí una carta abierta a Colin Kaepernick. Me hirió cuando lo vi sentado en la banca mientras sonaban las notas del himno nacional, pero ahora me siento mucho más herido. No por él, no por el lugar en el cual nos encontramos ahora debido a las protestas sino por nosotros mismos.

Dicho de forma llana, parece que nos odiáramos unos a otros y eso es mucho más doloroso para mí que cualquier protesta, manifestación, mitin o tuit. Se nos dice que debemos escoger un lado de la controversia, se dibuja una línea en la arena mientras se grita, “¡¿estás con nosotros o en contra de nosotros?!”. Así no somos, o al menos, no es cómo se supone que seamos; se supone somos mejor que eso, somos estadounidenses. Ni siquiera parece que esto se tratara de determinar qué estábien o mal sino una lucha ideológica entre la izquierda y la derecha.

Hoy en día, se siente como si esta división nacional ni siquiera se tratara sobre el himno nacional, la bandera, arrodillarse, sentarse o alzar puños cerrados al aire. Ni siquiera es sobre el Presidente Donald Trump, sobre Colin Kaepernick ni sobre las fuerzas armadas o la brutalidad policial. Se siente que sólo se busca ganar. Eso es lo que hace a Estados Unidos un país tan grande, nuestro sentido tan feroz de la competitividad. Somos ganadores y no nos rendimos hasta que la victoria sea nuestra.

Lo vemos a diario en el mundo de los deportes, “vivimos y morimos” dependiendo del resultado de nuestros equipos. Ese deseo de ganar a cualquier costo ahora nos está pasando factura entre nuestros vecinos. Esta mentalidad ganadora parece haberse convertido en una obsesión por tener la razón y no estar dispuestos a admitir que, quizá, solo quizá, estemos equivocados. Nos repetimos a cada rato dichos como, “no importa lo que pase. Nunca, nunca me rendiré”.

A principios de semana me senté con un grupo de cinco veteranos de combate en armas y operaciones especiales. Esta mesa redonda se trató de nuestros sentimientos individuales sobre la bandera, el himno y los jugadores que se arrodillaron al momento de sonar las notas del símbolo patrio. Tuvimos diferentes puntos de vista, pero lo que me sorprendió más al final de la discusión fue que todos estuvimos de acuerdo en un punto: Colin Kaepernick y el Presidente Trump deberían estar uniendo a nuestro país.

Esperen… ¿cómo es eso? Sé que parece una locura total, pero quizá eso sea exactamente lo que necesitemos ver. Quizá esa sea la forma en la que comencemos a curarnos de todo esto. Dos hombres se sientan en una habitación y comienzan a hablar, tan sencillo como eso.

Así es como todo comenzó entre Colin y yo. Ninguno de los dos sabía que el arrodillarse al sonar el himno nacional sería el resultado de nuestra conversación.

Colin quería sentarse, yo quería que se pusiera de pie y así encontramos un área común, pensando que el punto medio sería arrodillarse al lado de sus compañeros. Creo que el progreso y el cambio verdadero y sustancial ocurren en este mundo cuando te acercas a tu lado opuesto del espectro, construyes un puente, te tragas tu orgullo, abres tu mente, tratas de aceptar lo que no puedes entender y, en definitiva, te rindes.

Ahora bien, no pretendo hablar por todos los ex militares que pelearon fuera del territorio estadounidense. Muchos veteranos (y con todo derecho) están en desacuerdo con mi postura, sin embargo, siento que estoy sirviendo de eco de los sentimientos de la mayoría de quienes han peleado en las guerras cuando expreso que aspiramos, más que nada en estos momentos en Estados Unidos, a que se produzca la unidad.

Ir fuera de tu país, entrenar, vivir, pelear junto a extranjeros con los que se tiene poco en común y en última instancia, defenderles, es realmente una tarea retadora. Sin embargo, regresar a casa y ver un país tan dividido, tan lleno de prejuicios y con tanto odio entre unos y otros es algo casi tan difícil de lidiar como lo es el enterrar a un camarada caído en la lucha. De hecho, estamos perdiendo a nuestros hermanos armados en estos momentos fuera del país y eso es raramente mencionado en los medios de comunicación. No obstante, eso está bien, no estamos arriesgando nuestras vidas y sacrificándolas en busca de bulla o reconocimiento. Para nada es el motivo por el cual hacemos lo que hacemos. Hacemos lo que hacemos, porque ustedes valen la pena, porque los amamos.

A mí me encantaría que ambos líderes tuviesen esa conversación, pero más que nada, sólo deseo que nos amemos unos a los otros nuevamente.

Si hay algo maravilloso de la libertad es poder escoger a diario la forma en la que tratas a tu vecino. Este ES, sin duda, el mejor país del mundo, pero siempre podemos hacerlo mejor. Estoy desahogándome, porque tengo que hacerlo. Juré defender esta tierra y a este pueblo y moriré en el intento. Sé que hay gente que odiará ver esto (nos encanta odiar por estos días) y se me denominará como una desgracia a los Boinas Verdes una vez más, pero eso no me importa, Estados Unidos significa más para mí que cualquier otra cosa.

Durante el pasado año, me encontré con veteranos de todos los aspectos de la vida. Quizá seamos la subcultura más diversa en Estados Unidos.

Siendo Boina Verde, quiero compartir con ustedes un par de mensajes que me han enviado hombres miembros de la que fuera mi unidad. Uno de ellos es blanco, el otro negro: “Hola hermano. Primeramente, estaba de acuerdo contigo sobre el asunto Kaepernick. Sin embargo, me erguí en formación cuando uno de nuestros hermanos salió de un avión en un ataúd con la bandera de nuestra nación arropándole. Tuve que contener mis lágrimas viendo el dolor en los ojos de la esposa y la familia del Sargento T. Si bien me gustaría sentarme aquí y decirte que pude sobreponerme a todo eso, tengo que serte honesto. Mi corazón se llenó de rabia. Rabia debido a cualquier persona que subestima los ideales y símbolos por los cuales luchamos y morimos”.

“Hola hermano. Te escribe J. Pasé casi 18 años en el décimo grupo de Fuerzas Especiales y ojalá tuviese la oportunidad de conocer un hermano como tú. Sólo quiero decir que aprecio tus puntos de vista con respecto a todo este tema del himno nacional y la bandera. Amo a nuestro país, pero., a la vez, tengo que tomarme el tiempo para decirle a mis hijos que actúen de cierta forma cuando estén cerca de oficiales de policía, todo debido al miedo que nos dan. La mayoría de mis vecinos y amigos aquí en Maryland son personal de fuerzas policiales y te cuento que ellos también tienen que actuar de cierta forma, a fin de evitar enfrentamientos y situaciones que normalmente no les ocurren a aquellos que no son de color. No todos los oficiales de policía son malos, creo que la mayoría de ellos son gente buena y muchos de estos problemas de los cuales escuchamos se deben a un pobre entrenamiento. Realmente quiero agradecerte que te hayas tomado tiempo para comprenderle y convencerle de arrodillarse y no quedarse sentado en un momento que representa todo por lo cual hemos peleado. ¡Que Dios te bendiga, hermano!”.

Diferentes orígenes, experiencias distintas, colores diferentes. No obstante, al final del día, sólo desean las mismas cosas tan básicas para sus familias.

Por eso les pido, por favor, no más líneas en la arena que nos dividan, no en nuestra casa y no para nuestro pueblo. No más escoger lados, no más “a favor y en contra”.

Creo que nuestros veteranos de guerra serán llamados a liderar la curación del mundo y resolver sus problemas. En este momento, nuestro país necesita eso mucho más que en cualquier otro momento que pueda recordar. Por eso estaré aquí, de pie en el punto medio radical, haciendo lo que pueda a fin de seguir luchando a favor de aquellos que no pueden luchar a motu propio.

Vamos a resolver esto juntos, ustedes y yo. Les amo con todo mi corazón.

De Opresso Liber

-- Nate Boyer

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