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Ivis Aburto | ESPN Digital 6y

Nunca subestimen el peso motivacional de un QB franquicia

Salvo honrosas excepciones, el concepto de construir un equipo alrededor del quarterback franquicia puede significar vivir al filo de la navaja.

Recordar el impacto que tuvo en los Indianapolis Colts la pérdida para todo 2011 de su quarterback franquicia y futuro miembro del Salón de la Fama, Peyton Manning, dimensiona lo que significa perder repentinamente al jugador central de toda una franquicia.

Los Colts habían ganado el título de la AFC Sur en 2010 con marca de 10-6 y sin Manning la siguiente temporada, lucieron como un equipo más del montón que sólo pudo ganar dos juegos con, prácticamente, el mismo plantel.

Los Green Bay Packers son el ejemplo más reciente de lo que significa perder al líder dentro del campo y figura motivacional e inspiradora en el vestidor, luego de convertirse en un equipo totalmente distinto y sin rumbo tras perder probablemente para el resto del año a Aaron Rodgers.

Son muchos los factores implicados en el mal funcionamiento de un equipo tras perder a su quarterback titular, pero si se trata del quarterback franquicia, del jugador sobre el que se tienen cifradas las esperanzas para el futuro, el golpe al perderlo resulta contundente y prácticamente fulminante.

Eso es lo que parecen actualmente los Packers, un equipo con talento en todas sus filas, con figuras de peso como Clay Matthews en la defensiva, o Jordy Nelson en la ofensiva, que ha sufrido lesiones en algunas posiciones, pero que es incapaz de soportar el no contar con Rodgers en el campo.

El desempeño de los Packers el lunes por la noche ante los Detroit Lions en el Lambeau Field no es sorpresa si se considera que desde 2010, Green Bay tiene marca de 3-8-1 con Rodgers fuera de acción por lesión.

Un equipo que está en riesgo de caer en una situación dependencia crónica, si no es que ya están ahí, son los Oakland Raiders con Derek Carr.

Si bien 2017 no ha resultado como lo esperaban, los de negro y plata han dejado en claro que vivir sin Carr no es vivir. En las últimas dos campañas, los Raiders han tenido que jugar en tres ocasiones sin su pasador titular, incluidos el último juego de la temporada regular de 2016 y el duelo de la Ronda de Comodines, y un partido en 2017 y perdieron los tres.

Carr regresó de una lesión en la espalda en 2017 y aunque los Raiders no lucen apabullantes con él, su sola presencia brinda esperanza a todo el equipo.

Las honrosas excepciones a la regla
En 2016, el eventual campeón del Super Bowl jugó los primeros cuatro juegos de la temporada regular y terminó con marca de 3-1.

Los New England Patriots son un equipo construido con una filosofía distinta a la mayoría del resto de la NFL. Aunque se construyen con determinadas piezas, la preparación para cada juego de la temporada es distinta y si Tom Brady se ausenta por cualquier razón, el sistema mantiene su funcionamiento.

Tom Brady sencillamente potencializa el sistema.

En la temporada 2008, los Patriots perdieron a Brady en el primer juego de la campaña regular y con Matt Cassel al frente de la ofensiva, ganaron 10 partidos más para terminar con marca de 11-5. Sólo porque ese año los Miami Dolphins jugaron inspirados, los Patriots no ganaron el título divisional, pero su desempeño fue más que óptimo.

Algo así sucede también con los Pittsburgh Steelers y Ben Roethlisberger.

Los Steelers son un equipo con mucho talento en todos sus frentes, particularmente el ofensivo, por lo que perder a Roethlisberger no les ha resultado tan catastrófico en los últimos años.

Si “Big Ben” cae, los Steelers han tenido y tienen a jugadores como Le’Veon Bell para apoyarse en el ataque terrestre o como Antonio Brown, Martavis Bryant para respaldar a quien esté detrás del centro y hacer caminar al ataque.

Es por eso que, desde 2011, cuando Roethlisberger ha estado ausente por lesión, los Steelers tienen marca de 5-5. No es lo ideal, pero es un rendimiento mucho mejor que el de otros equipos sin su pasador titular.

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