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Sin Elliott, la meta de Cowboys es permanecer en la pelea por los playoffs

El primer intento de Dallas por mostrar que la vida sin Elliott podría funcionar, falló, fue una derrota por 27-7 ante los Atlanta Falcons. Getty Images/Ronald Martinez

FRISCO, Texas -- La decisión de Ezekiel Elliott de no ir más allá con las apelaciones y cumplir con la suspensión de seis juegos, permite a los Dallas Cowboys cerrar el capítulo y un poco más.

En lugar de desear que pudiera ganar la audiencia del 1 de diciembre para un recurso preliminar y verlo de vuelta antes del 10 de diciembre, contra los New York Giants, los Cowboys saben exactamente que volverán a verlo en The Star el 18 de diciembre, y la próxima vez que esté en posibilidades de estar en el emparrillado será el 24 de diciembre.

Por la forma en que ocurrió todo al final, debe haber algo de especulación al interior de la organización sobre lo que habría pasado si Elliott hubiera tomado la suspensión al inicio de la temporada. Sin embargo, Elliott estaba haciendo lo mejor posible por evitar que se le etiquetara como un abusador. Al final, el debate no fue sobre si Elliott golpeó a una novia en varias ocasiones. Fue sobre el poder de Roger Goodell como comisionado para imponer disciplina.

Legalmente, nunca se le impusieron cargos a Elliott por parte de las autoridades de Columbus, Ohio, pero la NFL lo etiquetó a través de su política de conducta personal con una investigación de 13 meses en la que el investigador que lideró las averiguaciones no creyó que Elliott debiera ser disciplinado.

Desde que la NFL anunció la suspensión el 11 de agosto, los Cowboys sabían que en algún punto, ya fuera al inicio de la temporada, a la mitad, al final o incluso en la próxima campaña, su corredor estrella estaría fuera un tiempo.

El primer intento por mostrar que la vida sin Elliott podría funcionar, falló, fue una derrota por 27-7 ante los Atlanta Falcons, la semana pasada. Alfred Morris, Rod Smith y Darren McFadden se combinaron para correr para 65 yardas en 15 acarreos, más o menos, lo que Elliott sumó en la mitad de un cuarto de acción, en promedio, en sus cuatro juegos pasados.

En realidad, los Cowboys perdieron más a su tackle izquierdo, All-Pro, Tyron Smith, y al linebacker All-Pro, Sean Lee, que a su corredor All-Pro.

Mientras "el próximo hombre" es una filosofía terrible, le corresponde a los coaches de Cowboys hacer mucho más que sólo lo mismo sin Elliott y Tyron Smith en la ofensiva.

Esperar que Morris, Rod Smith y McFadden sean capaces de hacer lo que hizo Elliott, no tiene sentido. Esperar que Chaz Green y Byron Bell bloqueen como Tyron Smith, no tiene sentido.

Usualmente, Jason Garrett le dice a sus jugadores que controlen lo que pueden controlar. Le repitió ese mensaje a Elliott durante la travesía legal. Corresponde a los coaches controlar lo que pueden controlar y eso es diseñar el plan que se ajuste mejor a las fuerzas de Morris, Rod Smith y McFadden.

Ahora, los Cowboys saben que no tendrán a Elliott hasta el día antes de Navidad.

Para asegurarse de que los dos juegos finales de la temporada importan, los coaches deben encontrar la forma de ajustar su vida lo mejor posible sin Elliott.

La meta es tener récord de 7-7 u 8-6 para el momento en el que Elliott regrese. Eso mantendrá a los Cowboys en la pelea por el wild-card.

Entonces, la esperanza habrá tenido un descanso, estará fresca y, todo parece, motivada porque Elliott los pueda conducir en los dos últimos juegos.