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Erick Cervantes 6y

¿Está garantizado el espectáculo en el Pro Bowl de la NFL?

MÉXICO -- No es un secreto que los aficionados de la NFL han perdido interés en el Pro Bowl durante los últimos años.

De acuerdo a un reporte de Sports Media Watch, los índices de audiencia del Pro Bowl se han desplomado en los últimos seis años de manera consecutiva y si se mantiene la tendencia que afectó a la NFL esta temporada, podemos asumir que la cifra descenderá en su edición del 2018.

En el 2011, el Pro Bowl tuvo un índice de audiencia de 8.6 puntos, cayendo a 7.9 en el 2012, 7.7 en el 2013, 6.7 en el 2014, 5.6 en el 2015, 5.0 en el 2016 y 4.6 en el 2017.

Una de las razones más populares para la falta de interés en el partido entre estelares de la NFL es el contacto limitado en el partido, prácticamente ninguna tacleada espectacular ni capturas a mariscales de campo, pero ¿realmente esa es la causa principal?

El Pro Bowl comenzó a experimentar su problema de audiencia durante la primera década del 2000 y en el 2012 la liga decidió cambiar el formato, eliminando el partido entre representantes de la AFC y NFC para dar paso a un draft de jugadores estelares que podían enfrentarse dentro del campo a pesar de jugar en la misma conferencia e incluso el mismo equipo, nombrando a jugadores legendarios como capitanes para a su vez dar nombre a los equipos.

Sin embargo, el experimento no fructificó, la caída de audiencia se mantuvo y tras tres ediciones se retomó el formato clásico en el que se enfrentaban la Conferencia Nacional y la Americana.

La NFL también retiró el Pro Bowl del Aloha Stadium de Hawaii para realizarse en Miami, Glendale y ahora en Orlando, lo que ha provocado que algunos jugadores decidan declinar su invitación para participar.

Esta posiblemente sea la razón más importante para la pérdida de interés del público, la falta de jugadores estelares.

En el pasado, el Pro Bowl se jugaba una semana después del Super Bowl, lo que permitía que algunos jugadores campeones de la NFL participaran en el partido. Ahora, este año por ejemplo, Tom Brady fue uno de los jugadores que más votos recibió por parte del público y estaba programado para ser titular, sin embargo, debido a que los New England Patriots jugarán el Super Bowl LII contra los Philadelphia Eagles, Brady tuvo que ser reemplazado por Derek Carr, quien quedó detrás de Ben Roethlisberger y Philip Rivers en las votaciones.

Además de Brady, el ala cerrada Rob Gronkowski, el fullback James Develin y la estrella de equipos especiales Matthew Slater también tuvieron que ser reemplazados.

Por los Eagles, el mariscal de campo Carson Wentz (lesión), el tackle ofensivo Lane Johnson, el guardia Brandon Brooks, el ala cerrada Zach Ertz, el liniero defensivo Fletcher Cox y el profundo Malcolm Jenkins requirieron suplentes.

Esto, en gran medida, convierte al Pro Bowl en un espectáculo diluido en el que ya no aparecen muchas de las estrellas que los aficionados quieren ver.

Recientemente, la NFL comenzó a organizar actividades y juegos con la intención de involucrar más a los aficionados y favorecer la interacción de los jugadores, lo que se reflejó en que alrededor de 989,000 personas vieran por televisión el concurso de habilidades en el 2017 y que este año alcanzara un índice de audiencia de 0.7 (1.17 millones de espectadores), de acuerdo a Sports Media Watch, convirtiéndose en el programa más visto de ESPN por encima del partido de baloncesto colegial entre Michigan y Purdue que registró 1.15 millones de espectadores en su punto más alto.

Los esfuerzos de la liga por despertar interés en el juego mandan el mensaje que el Pro Bowl no está en riesgo de desaparecer y que promete cambios importantes para el futuro, lo que podría reflejarse en una modificación al horario--que este año será a las 14:50 hora del este-- o incluso la fecha para volver a disputarse después del Super Bowl.

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