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Necesitados de un QB, los Jets hicieron lo correcto al subir en el orden del Draft

Lo tenían que hacer.

Debido a las fallas del pasado en la posición, los New York Jets, inmersos en una búsqueda de una década por su quarterback franquicia, se pusieron a sí mismos en una posición nada envidiable de negociar subir en el orden del Draft.

Al actual régimen de los Jets no le gustaron las selecciones colegiales Bryce Petty y Christian Hackenberg y perdieron en la carrera por el cotizado agente libre Kirk Cousins, pese a haber ofrecido más dinero que los Minnesota Vikings, por lo que el gerente general Mike Maccagnan tenía una opción: esperar a que llegara su turno con la sexta selección global en el Draft y rezar porque uno de los mejores cuatro prospectos en la posición de quarterback estuvieran disponibles –en realidad, un pasador en el que realmente tiene confianza—o ser proactivo y saltar lugares para reclutar a uno que realmente le guste.

Inteligentemente, Maccagnan optó por la segunda opción al subir tres puestos en el orden de selección en el Draft. Para obtener el tercer reclutamiento global de los Indianapolis Colts, los Jets enviaron sus selección de sexta ronda y dos de la segunda (la 37 y 49 global) en el Draft de este año, además de su selección de segunda ronda en el Draft de 2019.

Maccagnan hizo bien en mantener su selección de primera ronda en 2019, pero no se equivoquen, fue una propuesta costosa. Al negociar tres selecciones de segunda ronda, el gerente general neoyorquino cedió a tres potenciales jugadores titulares, de gran necesidad para un equipo en reconstrucción y con varios huecos.

Los Jets llegaron al receso de temporada sabiendo que tendrían que pagar mucho dinero por un quarterback (Cousins) o por un paquete grande de selecciones colegiales. Tras ser rechazados por Cousins, optaron por la segunda opción.

De nuevo, los Jets tenían que hacerlo. No era una decisión difícil. En el proceso, afectaron a los Buffalo Bills, que, seguramente, analizarán la forma de subir puestos en el orden de reclutamiento para ir por un quarterback.

Los Jets recontrataron a Josh McCown y añadieron a Teddy Bridgewater al inicio de la agencia libre, pero nadie en la NFL en realidad creyó que el equipo seguiría adelante sólo con este par de pasadores, que sólo representan una rápida solución. Esta franquicia, en su perpetua búsqueda por el próximo Joe Namath, necesitaba algo a largo plazo.

Este cambio con los Colts muestra que hay al menos tres quarterbacks en la lista de máximos prospectos de los Jets. No se hacen este tipo de negociaciones si no te encanta el tercer quarterback en tu lista,

Si los Cleveland Browns y New York Giants eligen a quarterbacks con la primera y segunda selecciones colegiales, respectivamente, Maccagnan tiene que sentirse cómodo con su tercera opción.

Es probable que las tres primeras opciones de los Jets son Sam Darnold, Josh Allen y Josh Rosen sin un orden particular. Esto es en base a conversaciones con directivos alrededor de la liga. La sensación es que los Jets no tienen clasificado a Baker Mayfield entre los mejores prospectos. Vale la pena notar que Maccagnan asistió en días recientes a los Pro Days de Rosen y Mayfield en lo que fue un último vistazo antes de concretar el cambio.

La presión estaba en Maccagnan para asegurar la solución a largo plazo en la posición más importante al estar en su cuarto año en el puesto y, como varios de sus predecesores, no ha resuelto el problema. Este receso de temporada presentó una oportunidad única por la disponibilidad de Cousins y la buena calidad de prospectos en el Draft.

Hubiera sido imperdonable salir de este receso de temporada sin un aparente quarterback franquicia.

En realidad, las semillas de este cambio se plantaron hace varios meses, al final de la pretemporada, cuando los Jets cambiaron a Sheldon Richardson a los Seattle Seahawks por una selección de segunda ronda y Jermaine Kearse.

Los Jets deseaban robustecer su capital de selecciones colegiales. Ganaron más juegos de los que se esperaban, lo que dañó su posición en el Draft, así que cambiaron su plan para la posición de quarterback.

El Plan A era Cousins. Le ofrecieron un contrato por tres años y $90 millones, totalmente garantizado. Cousins tomó aceptó 6 millones menos para jugar con los Vikings. Buena suerte. A la larga, los Jets se hubieran arrepentido de ese acuerdo porque Cousins no es un salvador.

El Plan B eran McCown, Bridgewater y el Draft.

¿Dieron demasiado los Jets? Seguro, pero aquí el detalle: a nadie le importará la compensación si el Quarterback X (Darnold, Allen o Rosen) se convierte en el hombre que esperaban.