<
>

¿Quién le tiene miedo a nadar con grandes tiburones?

Esta historia aparecerá en ESPN The Magazine, Heroes Issue, el 30 de julio.

Jueves, 3 p.m.: Preparándonos

Es una linda tarde de abril en las Bahamas, y estoy en el mostrador del Sunn Odyssey Divers, recibiendo el equipo para una misión que me altera los nervios: apoyar a una estrella de la NFL a borrar un "encuentro con tiburones" de su lista de pendientes, con la ayuda del equipo de la Shark Week de Discovery. Es difícil para mí, un tipo que se despierta con miedo casi todas las mañanas, y aquí estoy dudando sobre mis opciones de vivir cuando Rob Gronkowski atraviesa por la puerta de cristal.

"¡Cómo estás, Sam!", grita el siempre exuberante Gronk, quien ha sido trasladado directamente desde el aeropuerto. El ala cerrada de los New England Patriots se ve despreocupado, como siempre, como un tipo que vive la vida que todos querríamos vivir si fuéramos ricos, con 29 años edad y si tuviéramos seis mes de receso y las agallas para hacerlo, incluso si eso implica bucear con ... "Espera", dice Gronk, mirando el timbre. "¿Qué quieres decir con con que vamos a bucear?".

Resulta que mi muchacho no estaba del todo consciente, o muy probablemente había olvidado, que este encuentro con tiburones ocurriría muy por debajo de la superficie del Atlántico. Y yo soy quien se lo explica. "Espera", repite. "De nuevo, ¿qué vamos a hacer?".

Mientras Gronk hace preguntas a sus acompañantes --que incluyen a su mejor amigo Robert Goon y a su entrenador Henry Penzi-- me escabullo, secretamente esperando que todo esto se acabe.

Viernes, 11 a.m.: Día del juego

El asunto no terminó ahí.

"Nadar con tiburones será una de las mayores emociones de toda mi vida", confesó Gronkowski cuando nos vimos a la mañana siguiente en el muelle de West End, el pueblo rústico más occidental de la isla de Gran Bahama, a tan solo un pase de Ave María de nuestro hotel. Se disculpa por la confusión de ayer. El chico tiene muchas cosas en la cabeza estos días, incluyendo una grabación de tres días aquí para "Monster Tag" (23 de julio), un especial de la Shark Week de Discovery, sin mencionar su carrera con calibre de Salón de la Fama. Gronk ha anunciado que jugará con los Patriots la próxima temporada luego de meses de indecisión que generaron especulación sobre su felicidad en New England. Sin embargo, esas dudas pueden esperar para después.

Actualmente, Gronk tiene una pregunta de suma importancia mientras abordamos a la lancha rápida que nos transportará a nuestra inmersión: "Nunca he utilizado un traje de buzo antes. Si nos orinamos, se quedará en el traje, ¿verdad?".

Viernes, 3 p.m.: Charla previa al partido

Estamos anclados a muchas millas de la costa de Bahamas en un lugar secreto conocido como Tiger Beach, que es el peor lugar más hermoso del mundo. Gronk ha pasado las últimas horas aprendiendo las artes de bucear, todo mientras media docena de aletas rodean nuestro bote. Joe Romeiro, el especialista en tiburones de Discovery, señala que podrían pertenecer a cualquier cantidad de especies locales, incluyendo la enfermera, martillo, arrecife caribeño, el "terribe, pero veloz" limón y el homónimo agresivo de este lugar, el tiburón tigre. Neil Hammerschlag, un ecólogo marino de la Universidad de Miami, ofrece esta comparación: "Recibe la mordida de un limón y es como si metieras la mano en una licuadora. La mordida de un tigre es más como una motosierra".

Sinceramente, no puedo imaginar cuál es peor. "Vaya, esto te cambia la vida", exclama Gronk. Estoy mucho más preocupado con la posibilidad que esta experiencia sea una que te cambie la anatomía.

Otras cosas que desearía no saber: No estaremos dentro de una jaula protectora de ningún tipo, los tiburones aquí alcanzan una longitud de 16 pies; pueden sentir si estás "agitado", lo que me agita mucho y si, en caso que se estén preguntando, muerden, aunque, "generalmente es una mordida y se van", explica Romeiro. "Pero si un tigre te atrapa, te apaga las luces. No pueden ocurrir errores". ¡Fantástico! ¿Cómo está lidiando Gronk con esta locura?

"Estoy pensando en los San Jose Sharks", señala. "¿Calificaron a los playoffs?".

Una tormenta se aproxima y nos dicen que no podemos quedarnos más, así que, sí, no sé cómo decirlo, excepto que debo tragarme el orgullo y escupirlo: "Rob, eres del doble de mi tamaño. Si las cosas se ponen mal allá abajo, ¿Puedo contar contigo para que me ayudes?".

"Sí, puedo hacerle un suplex al tiburón", responde Gronk, aficionado a la WWE. "Un codo volador desde la tercera cuerda".

Lo tomaré.

"Saltas primero," apunta.

"Al demonio que lo haré", le contesto, y gano: Gronk salta y yo lo sigo mientras "grito como un bebé", de acuerdo al menos a un testigo.

Viernes, 4 p.m.: Patada de salida

¡Splash! Nos estamos hundiendo en el país de las maravillas turquesa de peces rojos, meros gigantes, peces arcoiris y "¡Diablos!" suelta Gronk a través de máscaras conectadas para el sonido. "¡Mira todos estos tiburones!".

Sí, no puedo no verlos. Para cuando llegamos al fondo arenoso a 35 pies del salvavidas más cercano, nos invaden más de una docena de bastardos. El más pequeño es aproximadamente del tamaño de un profundo libre, el más grande podría comerse a uno completo, y cada uno de ellos se parece a la película "Jaws", o como Gronk lo describe, "¡Demonios, estos tiburones dan miedo!".

Ahora, hay algo que no mencionaron allá arriba: a los lugareños les gusta intercambiar pintura en los cascos. "¡Ese tiburón me acaba de golpear en la cabeza!", confirma Gronk. Otro metió la nariz en mis partes privadas, y ahora simplemente está merodeando por allí.

"Vaya, ese es uno grande", apunta Gronk. Creo que podría desmayarme. "No inventes", repite Gronk. "¿Te sientes seguro?".

Estoy pensando: no. Lo que alcanzo a balbucear, de acuerdo a una transcripción que me dieron después: "Todo está bien. Todo está bien. Todo está bien".

A partir de ahora, trato de mantener los ojos medio cerradas por momentos, así que aquí está el Sr. Gronkowski con la narración jugada por jugada: "¿Viste ese tiburón mover su cola en mi cara?" [Disculpa, me lo perdí]. "Mira ese, ese tiburón tiene mordidas de tiburón" [No, estoy bien, gracias]. "Sam, ¿cómo te sientes con tres tiburones rodeándote en este momento? ¿Muy bien? [En verdad, ¿los San Jose Sharks calificaron a los playoffs? ¿Alguien?]. "Muy bien, Sam, listo para salir de aquí antes que nos muerdan?".

Ahora que puedo quedarme atrás.

"Creo que hemos presionado a nuestra suerte lo suficiente, Rob", le respondo. "Estoy listo para irme".

Viernes, 4:30 p.m.: Fin del partido (por ahora)

¡Gracias, estamos vivos! "Vaya, eso fue una locura", dice Gronk mientras se quita la máscara. "La adrenalina fue increíble". Lo admito, fue increíble. "Esos eran chicos malos", señala. Y debido a que los vencimos (léase, sobrevivimos a ellos), debemos celebrar el Gronk Way, bailando lo que el denomina "el baile del tiburón" (Si quieren intentarlo en casa, hagan esto: pongan las manos juntas en forma de oración encima de su cabeza y después retuérzanse como anguilas. Felicidades, están haciendo el "baile del tiburón").

Viernes, 9 p.m.: Fiesta posterior al partido

Estoy celebrando otra noche en la tierra en la alberca del hotel cuando, a la distancia, escucho lo que parece ser una banda en vivo. Después escucho a alguien que suena como Gronk. "¡De dónde viene la música!", grita desde el asiento de un carrito de golf. "¡Vamos a averiguarlo!".

Está en movimiento, recorriendo pasillos de concreto y esquivando huéspedes del hotel ("¡Fíjense por donde van, idiotas!", grita una mujer", antes de detenerse bruscamente en el muelle. Es el lugar de un Junkanoo, un desfile tradicional de las Bahamas de dos docenas de bailarines disfrazados, personas con trompetas y cencerros. Y en el centro de todo está bailando chocando sus manos con todos un conquistador de tiburones, porque donde hay una fiesta, hay un Gronk.

Sábado, 4 p.m.: Revancha

Estamos anclados en Little Bahama Bank, donde el equipo de Discovery y los investigadores de la Universidad de Miami han sacado del agua un tiburón de 8 pies usando el estándar de la industria, un sistema de captura "amigable con los tiburones" que consiste en una trampa acuática con un gancho circular. "Esta cosa es una belleza", exclama Gronk. "Vamos a sacarlo del agua y etiquetar a este cachorro".

Gronk está ayudando a los investigadores a etiquetar tiburones tigre con monitores electrónicos como parte de una investigación en curso para comprender mejor sus hábitos de parto, todo mientras tratan de mantener sus mandíbulas a más de un brazo de distancia. Su trabajo es ayudar a asegurar los tigres con (no los engaño) sus propias desnudas. ¿Mi trabajo?

"Estás haciendo un buen trabajo viendo", dice.

Cuando termina, Gronk se ve bien. "Esas cosas son todo músculo, como todo un cuerpo de músculo", señala. "Después de sostener un tiburón, debo ser capaz de sujetar un par de pases extra la próxima temporada". En ese sentido, ahora podría ser un buen momento para preguntarle a Gronk sobre su trabajo diario: "¿Estás contento de saber que volverás con los Patriots la próxima temporada?". Su respuesta: "¿Quieres que lance tu trasero al agua para que se lo coman los tiburones?". Entiendo, no se habla de los Pats.

Domingo, 8 a.m.: Un último chapuzón

"Nada mejor que comenzar tu día en la piscina", comenta Gronk sobre su ritual matutino aquí. El trabajo de alberca de hoy incluye jugar con media docena de niños locales. "Cien dólares a este!", grita Gronk mientras lanza un balón. No puedo distinguir si está bromeando, así que salto como antílope y les arrebato el balón a los niños como en la película "Jaws" (lamentablemente, Gronk no hablaba en serio).

Los niños que están jugando a atrapar el balón con un All-Pro de la NFL, y deseo decirles, pero sé que Gronk está disfrutando su anonimato en esta nación isleña. Pronto, sin embargo, su paz es destrozada por un turista con una gorra de los Florida Gators. "Dile al entrenador que se relaje y sonría de vez en cuando", dice el tipo de los Gators. Gronk responde con una sonrisa educada.

Tengo un vuelo que tomar, así que le deseo lo mejor a Gronk en su último día de filmación y le agradezco por el gran viaje de trabajo.

"Somos unos tipos bastante afortunados, ¿cierto?", pregunta. "¿Estás seguro que no quieres venir a bucear hoy?".

O, al menos, creo que eso es lo que dice. Ya estoy corriendo hacia el aeropuerto.