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Zeke Elliott no tuvo toda la culpa en la derrota de los Cowboys

DALLAS -- Zeke Elliott dijo estar abochornado por el pobre desempeño que costó la derrota contra los Seattle Seahawks el domingo.

Es un hecho que el corredor de los Dallas Cowboys hubiera canjeado sus 127 yardas en 16 acarreos para promedio de 7.9 por carrera por una victoria.

Sin embargo, esos números, que representan en estadísticas uno de sus mejores días en la NFL por carrera, se vieron opacados por completo en dos descuidos.

El primero, cuando piso fuera de la línea lateral antes de completar un pase de touchdown anulado en el segundo cuarto, y el segundo, el balón suelto en el último periodo.

Pero ni cerca estuvo Elliott de ser el único ni el más culpable de la segunda derrota en tres partidos de temporada para Dallas (1-2).

Incluso, a pesar de todo es uno de los pocos que se salva de la quema y la vergüenza que debe provocar el jugar a media velocidad, cometer errores ya de manera rutinaria, ser impreciso en pases tan cortos que algunos de ser completos hubieran resultado en yardas negativas o de mandar un plan de juego conservador, timorato y fuera de contexto, como también ya se ha vuelto una costumbre.

El quarterback de Dallas Dak Prescott otra vez mostró la imprecisión que ya le caracteriza hasta en los pases más corto. Completó 19 de 34 envíos; sólo uno de más de 20 yardas y por novena ocasión en los últimos 11 partidos desde la temporada pasada se quedó corto de las 200 yardas por aire (168).

Sufrió dos intercepciones, aunque sería demasiado duro juzgarlo por ellas, ya que en ambas ocasiones, sobre todo la primera, el balón pegó primero en sus receptores.

Por cierto que las dos intercepciones, de manera irónica, fueron del profundo Earl Thomas, quien desde diciembre pasado ha pedido ser canjeado a los Cowboys.

También habrá que disculpar a Prescott sus errores o falta de confianza en alguna medida, por la presión asfixiante que la otrora “mejor línea ofensiva del planeta“ ha permitido. Las cinco capturas de este domingo resultaron baratas.

De nueva cuenta y de manera increíble, los entrenadores ofensivos de Dallas encabezados por el estratega principal, Jason Garrett, y el coordinador Scott Linehan, sólo mandaron una carrera diseñada para Prescott, luego de que en el partido que ganaron la jornada anterior contra los New York Giants dio tanto éxito y que Jerry Jones prácticamente exigió que arriesgaran más.

Pero ni con su quarterback, ni con nadie en el equipo. Situaciones de largo yardaje se convierte en carreras por el centro con Elliott, quien casi tiene que batallar solo contra la defensiva. Y en otras ocasiones, esas mismas situaciones se convierten en simples pases cortos, en los que su predecible plan de juego ya era esperado por todos los Seahawks.

Los receptores abiertos de Dallas han desaparecido por completo. Cada vez parece más que Dez Bryant era el menos culpable de estar cubierto o quedarse corto de las 100 yardas por juego o mil por temporada. Simplemente, son ignorados ya sea por el quarterback o la selección de jugadas…

Los entrenadores de Dallas fueron aleccionados en todos aspectos por la banca rival, liderada por Pete Carroll, quien está en cualquier conversación cuatro renglones arriba de Garrett.

Seattle (1-2) movió la bola de arriba para abajo, con jugadas simples, pero bien combinadas y mejor ejecutadas, como en los tres touchdowns de la tarde.

De hecho, el resultado salió barato para Dallas porque la defensa se fajó durante buenos momentos del partido, aunque fueron vencidos físicamente casi todas las jugadas. Cada vez que Chris Carson (102 yardas) corría el balón ganaba tres o cuatro yardas después del contacto antes de ser tackleado.

Urgen cambios inmediatos, antes de que se eche a perder una temporada más. No necesariamente de entrenadores, pero sí de mentalidad en la banca, plan de juego, energía y motivación. Incluso parece que hacen falta los gritos de Bryant para ver si alguien se prende…

Y si los entrenadores son incapaces de provocar algo, dentro y fuera de la cancha en día de juego, habrá que pensar en el siguiente y más radical paso.

Sin embargo, sólo como contexto mencionar que el único entrenador en la historia de los Cowboys que ha sido despedido antes de terminar una temporada, fue Wade Phillips en el 2010, para dar paso precisamente a Garrett…