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Alden Gonzalez | ESPN Staff Writer 5y

Cancelación del partido de la NFL en México provoca tristeza entre fans

LOS ÁNGELES – Ángel Fabela aprendió español siendo adolescente. Así, ella podía comunicarse con su abuelo y ha pasado la mayor parte de su vida adulta intentando conectar con su herencia mexicana. Este no era solamente un partido de futbol americano. No solo se trataba de ver a Los Angeles Rams de sus amores en un potencial adelanto del Super Bowl contra los Kansas City Chiefs en un escenario nacional.

Para Fabela y muchos tantos mexicanos-norteamericanos esparcidos por el Sur de California, era una peregrinación. Ella adquirió seis entradas, tres para amigos que viajarían desde Illinois. No llevaría a su hijo de 14 años al colegio, visitaría la Pirámide del Sol, conocería a otros aficionados que harían el viaje y disfrutaría la combinación única de ver a su equipo favorito en la tierra de sus ancestros.

El jueves pasado, estaba exultante de alegría.

Para este martes, su ánimo estaba por los suelos.

“Ahora, me siento triste”, dijo Fabela, de 48 años. “Estoy realmente enfadada”.

A finales de la tarde del martes, la NFL anunció que su esperado encuentro de Monday Night Football (8 p.m. hora del Este, por ESPN) sería reubicado de Ciudad de México a Los Ángeles, debido a las malas condiciones del terreno del Estadio Azteca.

Los jugadores de los Rams, concentrados en Colorado Springs, Colorado, para así aclimatarse a las alturas de Ciudad de México, expresaron alegría y alivio a través de Twitter. Miles de aficionados de los Rams ubicados en Los Ángeles que no pudieron hacer el viaje de 1.800 millas al sur, hicieron lo mismo, mostrando su júbilo al ver cómo el primer partido de Monday Night Football en el Los Angeles Memorial Coliseum desde 1985 se hacía realidad.

Aunque algunos otros, como Fabela, quienes pasaron varios meses anticipando con emoción la idea de un partido tan divertido en un lugar tan especial, súbitamente se sentían vacíos.

Tal es el caso de Henry Yep, veterano fotógrafo de los Rams que perdió a su madre a una edad tan joven y tenía su primera oportunidad de visitar la ciudad donde ella creció. O el de Mario Aguilar, oficial de prisiones que trabaja en San Diego y vive al sur de la frontera y compró 10 boletos para familiares y amigos. O el de Román Torres, quien ansiaba disfrutar de México con su tío, quien le inspiró a enamorarse de los Rams.

“Creo que ‘agridulce’ es una gran palabra (para describirlo)”, dijo el jefe de operaciones de los Rams Kevin Demoff con respecto al súbito cambio en lo previsto.

Demoff acababa de visitar el Estadio Azteca hace un par de semanas y no pensó que la celebración del juego corría peligro. Oficiales de la NFL habían expresado su preocupación en octubre pasado, luego de haberse escenificado un concierto de la cantante colombiana Shakira y varios partidos de fútbol soccer. Sin embargo, tal como lo dijo Demoff, “ellos tenían un plan”. Pisó el terreno junto a personal de mantenimiento de los Rams, al igual que participó en varios eventos por la ciudad y concluyó que el césped era “muy seguro”, aunque poco atractivo.

Luego de sus declaraciones, comenzaron a caer torrenciales lluvias junto con la celebración de otros eventos y para el lunes, luego que personal de todas las partes involucradas hicieran una evaluación final, la idea de reubicar el partido en Los Ángeles se convirtió en una posibilidad muy certera.

Súbitamente, un equipo de los Rams que aún se recupera de un tiroteo en masa que ocurrió a 10 minutos de su complejo de entrenamientos y de los vastos y crecientes incendios forestales que obligaron a más de 100 miembros de su organización a dejar sus residencias, ahora se encuentra a toda máquina organizando uno de los partidos más importantes de la temporada en el breve espacio de seis días. Su oficina de boletería, ubicada en Agoura Hills, California, está ubicada dentro de una zona de evacuación. Por ello, sus empleados están esparcidos en cuatro ubicaciones distintas, intentando de que todo funcione.

Tal como dice un ejecutivo del equipo: “Es una jo---- locura”.

Los Rams están intentando sus mejores esfuerzos para complacerlos a todos. En el caso del personal de primera respuesta, como bomberos y paramédicos, al igual que otros afectados por las recientes tragedias, el equipo está obsequiando “miles de boletos de cortesía”. En el caso de los abonados, han dispuesto una ventanilla exclusiva para ellos, con precios mucho más asequibles que los previstos para Ciudad de México. Para aquellos que habían planificado su viaje a la capital azteca, intentarán ofrecer oportunidades de acceso especial.

Pero los Rams no pueden hacerlo todo.

La NFL tendrá que decidir si los aficionados que adquirieron sus boletos para asistir al Estadio Azteca serán reembolsados. Algunas reservaciones de hotel no serán compensadas y lo mismo se podrá decir de la mayoría de los boletos aéreos. Consideraciones monetarias aparte, la emoción de un viaje que puede cambiar la vida de quienes lo hacen, no puede ser reemplazada.

“Me siento triste”, dijo Yep, de 57 años y residente de Upland, California.

“Da mucha tristeza porque estábamos ansiosos por ir”, afirma Torres, de 35 años y residente de Whittier, California. “Estábamos ansiosos por ir desde el momento en el que nos enteramos de que sería escenificado en México. Este viaje había sido planificado desde hace seis meses”.

“Créame, cuando le digo que estoy real y sinceramente feliz de que los jugadores puedan practicar en un campo seguro”, dijo Fabella, quien confeccionó adornos brillantes con los cuernos de los Rams y la bandera mexicana, en conmemoración del partido. “Estoy contenta por los aficionados de los Rams en Los Ángeles que no podían ir a México y ahora podrán verlo en Los Ángeles. Realmente lo estoy. Pero me siento enfadada porque no teníamos que haber llegado a esto”.

Ulises Harada es fundador y presentador del podcast “Primero y Diez”, que se ha convertido en uno de los sitios web relativos a la NFL más populares de México. Harada no responsabiliza a los Rams, Chiefs o la NFL por haber reubicado el partido. Por el contrario, culpa a los ejecutivos del Estadio Azteca, donde el césped es, según la descripción de Harada, “terrible”. No puede describir cómo esto afectó a la afición.

“La gente aquí está muy molesta y decepcionada”, dice Harada. “Es la verdad. Es algo frustrante”.

Sin embargo, Harada considera que la emoción por este encuentro no se comparaba con lo vivido en los partidos de Monday Night Football escenificados en los dos últimos años en suelo mexicano, aunque ambos equipos tenían récord de 9-1. Simplemente, no hay suficientes aficionados a los Chiefs y Rams en su país.

Harada identifica cuatro niveles de afición a la NFL en Ciudad de México, tan apasionada por el fútbol americano como cualquier otra urbe del mundo.

El primer nivel está conformado por los aficionados a los Pittsburgh Steelers y los Dallas Cowboys, cuyos partidos fueron transmitidos en ciudad de México durante la década de los 70. La segunda categoría tiene a los San Francisco 49ers (adoran a Joe Montana) y los New England Patriots (ese Tom Brady no juega mal). El tercer nivel está compuesto por otros equipos con historiales de éxito, como los Oakland Raiders, Miami Dolphins, Green Bay Packers y Denver Broncos.

“Después de esos equipos”, dijo Harada, “todas las aficiones son realmente pequeñas”.

Los Rams y Chiefs caen dentro del último nivel, aunque tuvieron una oportunidad poco frecuente de cambiarlo, especialmente en el caso de los Rams. Los mexicanos conforman el 35.8 por ciento de la población del Condado de Los Ángeles según el censo de 2010 (con 3.510.677 personas). En los Condados de Orange (28.5 por ciento), San Bernardino (41.7), Ventura (35.6), Riverside (39.5) y San Diego (28.1), las cifras son similarmente sorprendentes.

El reciente éxito experimentado por los Rams, su emoción contagiosa y popularidad creciente les dio la oportunidad de cobrar verdadero ímpetu en la segunda ciudad más grande del hemisferio occidental.

Con un triunfo emocionante, habrían partido de Ciudad de México con un nuevo mercado abierto.

“Era una gran oportunidad de crear esa afición”, dijo Demoff, cuyo equipo debe jugar un nuevo partido fuera de Estados Unidos en 2019. “Aspiramos tener una oportunidad de volver el próximo año, jugar allí y resolver todos los problemas”.

Los Rams no dejarán de celebrar los eventos comunitarios que planificaron en México, lo cual incluye visitas a hospitales, una carrera benéfica a 10 kilómetros y la construcción de un jardín de juegos. El equipo californiano ha invertido un tiempo considerable tratando de conectarse con una afición hispana en su localidad, la cual pasó dos décadas sin albergar a un club de la NFL.

Los Chiefs cuentan con un popular circuito de transmisiones en español y su afición hispana ha ido en franco ascenso. Hace dos años, los Rams se asociaron con Univisión para presentar sus partidos de pretemporada en idioma castellano. Dos semanas atrás, formalizaron una sociedad con Nike a fin de proveer implementos a los dos programas involucrados en el “Clásico del Este de Los Ángeles”, una de las rivalidades de secundaria de mayor tradición en Estados Unidos. Han utilizado libremente la etiqueta #VamosRams en sus redes sociales oficiales.

“Apenas comenzamos a rozar la superficie de esa relación”, indicó Demoff. “Aspiramos que esto no sea un retroceso; que solo sea una demora”.

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