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Corsarios de Neza: una historia de lucha e inspiración

El futbol americano tiene más de 100 años de historia en México y sin importar la liga, el equipo y el lugar donde se juegue, el entusiasmo y disciplina con el que se practica tienen como origen el amor al deporte de las tacleadas y los valores que inculca.

Los Corsarios de Ciudad Nezahualcóyotl no son la excepción.

Los Corsarios pertenecen a uno de los municipios del Estado de México que colinda con la Ciudad de México y es considerado uno de los de mayor incidencia delictiva en México.

El futbol americano, en opinión del coach del equipo, el profesor Javier Sánchez González, es una herramienta útil para borrar ese estigma.

“(Neza) es una zona difícil. En los últimos años se ha convertido en zona de alto riesgo, pero, también, Neza es una zona de gente de trabajo”, afirma el coach González, quien de joven jugó futbol americano en la preparatoria y luego en la Liga Mayor con los Pumas de la UNAM, la universidad más grande e importante de México.

“Somos guerreros en el juego y el futbol americano les da esos fundamentos a los niños: formarse para triunfar en la vida. Eso es lo más hermoso del deporte”, agregó.

Ese espíritu de lucha fue el que caracterizó el esfuerzo que hizo el coach González para fundar a los Corsarios hace siete años, luego de que uno de sus hijos le preguntó por qué no había un equipo de futbol americano en Neza, como se le conoce popularmente al municipio donde viven.

Tras decidir formar al equipo, el profesor González platicó en la escuela donde trabaja sobre el proyecto, pero éste fue rechazado por la naturaleza del deporte de contacto y el riesgo físico para los estudiantes, por lo que el profesor decidió hacer tryouts para los niños jóvenes de la comunidad.

Ante la dificultad de los jóvenes para pagar por el equipamiento necesario (casco, fundas, jerseys, tenis especiales, etcétera), el futuro coach decidió comprar equipo usado de otros equipos a un menor costo y el único requisito que solicitó fue el compromiso de asistir a los entrenamientos y juegos de la temporada.

Así nacieron los Corsarios, que siguen con sus entrenamientos en lugares donde torres de luz vigilan los campos donde predominan la tierra y el polvo y en los que el pasto es un privilegio, panorama que recuerda la lucha que estos jóvenes y sus padres libran para vivir diariamente.

“Los niños en Neza puede, prácticamete, romperse el alma en el entrenamiento, en piedras, lodo, no importa lluvia o frío. Lo hacen, porque les gusta, no porque estén obligados”, sentencia el coach y profesor González.