Se llama Mark Flekken, es un portero holandés de 24 años y es indiscutible en la meta del Duisburgo, aspirante a ascender a la Bunsdesliga alemana. Al menos hasta esta semana. Porque este sábado fue protagonista de un error obsceno, tan divertido a la vista del público como imperdonable en el fútbol profesional.
Ocurrió a los 18 minutos del partido entre su equipo y el Ingolstadt, cuando el Duisburgo ganaba por 1-0. El balón merodeaba el área contraria cuando, confiado, Flekken entró en su portería a beber agua. El despeje de la zaga visitante y el extraño contragolpe le tomó totalmente despistado. De locos.
Tal ocurrió así que entrando el balón en su área, el defensa Gerrit Nauber se lo quiso ceder de cabeza sin darse cuenta que el portero se encontraba de espaldas y dentro de su propia meta. Los gritos le hicieron reaccionar... Con una imagen si acaso aún más chistosa: Flekken se dio la vuelta pero se quedó dentro de la portería, como en una imagen congelada mientras Stefan Kutschke anotaba el empate con toda comodidad.
La jugada, ya puesta como una de las más ridículas y a la vez divertidas de la temporada, acabó por no tener consecuencias fatales para el Duisburgo puesto que un penalti convertido por Boris Tashchi a los 66 minutos le dio el triunfo a su equipo. Y el entrenador, el húngaro Iliya Gruev, no le señaló de cara a todo el mundo, manteniéndole en la portería excusando de alguna manera lo ocurrido.
Al finalizar el encuentro, Flekken declaró al sitio oficial del club: "Enis (Hajri) anotó el 2-0 -gol que fue anulado por fuera de lugar-.Todos aplauden y la música (en los altavoces del estadio para festejar el gol) continúa. Luego di media vuelta y solo quería beber algo, cuando de repente la pelota entró en la portería, conmigo adentro. La música ni siquiera terminó. Claro, ahora realmente puedo reír al respecto, pero fue una escena extraña. Los siguientes juegos dejaré mi botella afuera de la portería".