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Saudades y austeridad

Andrés D'Alessandro es el refuerzo más resonante del verano Télam

BUENOS AIRES -- Emotiva despedida del Inter de Porto Alegre mediante, Andrés D’Alessandro emprendió la vuelta hacia su hogar futbolístico, River, en la movida más resonante del mercado de pases.

El volante no atravesaba el mejor momento en el club brasileño y dio luz verde para uno de los más intensos anhelos de River en los últimos años. A pesar de los repetidos fiascos con grandes figuras del pasado (Aimar y Saviola son acaso más ídolos que el propio D'Alessandro), los directivos de Núñez, con la venia de Marcelo Gallardo, optan por exhumar otra vez viejas glorias para revitalizar el equipo.

Fuera de este batacazo de último momento, River mantuvo un perfil bajo en la ronda de los pases. Apostó por Nacho Fernández, también para la zona de creación, y el veterano uruguayo Iván Alonso (además de Arzura), nombres que deslucen ante la estelar adquisición a préstamo de reciente data.

Aunque menos rimbombante que el regreso de D'Alessandro, River también recuperó de la historia a Nicolás Domingo.

Las saudades, además de la austeridad, parecen el denominador común de las operaciones registradas en el fútbol argentino.

Boca reincidió con Osvaldo, de buena primera etapa en el club. Y también abrió un segundo capítulo con Insaurralde. Hay que recordar que su última gran inversión en pases fue la recuperación de un hijo pródigo, Carlos Tevez. Otra ficha a la nostalgia.

Por su parte, Independiente repatrió a un goleador, Germán Denis, procedente del Atalanta, quien pasó por el Rojo entre 2006 y 2008.

Racing fue otro que apeló a la retrospección y echó mano de una gloria reciente, Lisandro López.

La lista de treintañeros que retornan al redil podemos extenderla con el Pocho Insúa (Argentinos), Santiago Silva (Banfield), Sand y Pelletieri (Lanús), futbolistas que quizá no han circulado por el mundo pero que tienen un bien ganado prestigio y una identificación con las instituciones a las que regresan.

En plan de sumar experiencia europea, San Lorenzo se agenció a Belluschi (luego de varios años en Grecia, Italia y Turquía, su último destino fue el Cruz Azul) y Angeleri, que viene de Málaga.

Bottinelli y Mouche, por citar dos casos de apogeo relativamente reciente, también recalaron en el fútbol criollo tras la gira internacional. Jugarán en Arsenal y Lanús, respectivamente. En el revés de trama, algunos de los más brillantes jóvenes partieron a probar suerte en destinos más rentables.

En unos años, tal vez con ellos –y sus hipotéticos regresos– se reproduzca la dinámica que ya es un clásico en el fútbol argentino. Kranevitter, Zelarayán y Calleri son algunos apellidos de este fenómeno.