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Un clásico

Getty Images

BUENOS AIRES -- Fiesta completa en el Cilindro. En las tribunas repletas de hinchas de Racing, y también en la cancha. No porque la Academia haya jugado un gran partido, sino porque ante Boca logró la primera victoria del campeonato. Victoria necesaria, ya que en caso de no sumar los tres puntos, el conjunto de Avellaneda hubiera quedado demasiado lejos de la punta.

Boca, que había dado muestras de mejoría en las últimas presentaciones, volvió a quedar en deuda. Y una vez más, demostró que sufre los partidos importantes y sobre todo, los clásicos: con Arruabarrena sólo ganó tres de 15 partidos oficiales. Ante Racing, por caso, perdió los tres que jugó.

Tranquilidad para Sava y preocupación para Arruabarrena dejó el encuentro. El Colorado superó dos pruebas difíciles en los últimos días. Empató contra Independiente de visitante un clásico que estaba casi perdido, con esa gran chilena de Lisandro López.

La victoria contra los Xeneizes es un gran envión desde lo anímico para encarar lo que viene. Además, en el medio, goleó a Bolívar para quedarse como único líder del Grupo 3 de la Copa.

Desde lo futbolístico, Racing no fue superior a Boca. Más: el empate le hubiera caído mejor al resultado. Porque la Academia facturó en la primera llegada al área, a los 9 minutos del primer tiempo. Y después llegó poco y nada hasta el arco de Orion.

Boca, por el contrario, generó varias situaciones claras. Por eso, una de las figuras de la cancha fue el arquero Ibáñez, quien debió reemplazar a Saja en el arco. Pero ojo, que Boca estuvo lejos de tener un buen funcionamiento.

Sí pudo manejar la pelota más que el rival, ya que con Gago, Bentancur, Pérez y Tevez logró más posesión. Pero Carlitos jugó demasiado retrasado. Y con Palacios solo en el ataque, perdió peso en la ofensiva.

Sin dudas, la falta de un referente de área es un gran problema para el xeneize, que espera con ansiedad la recuperación de Osvaldo. Llamativo: mientras Boca sufre la falta de gol (no marcó en cuatro de los seis partidos oficiales), Racing tenía en el banco a Bou, ovacionado por la gente cuando entró, tras el enfrentamiento con el presidente Blanco, y a Lisandro López. Ah, y adentro estaba Milito...

Arruabarrena se dio cuenta que planteó mal el partido en esa primera mitad (los centros que iban al área eran para Palacios, que mide menos de 1,70 metro) y por eso apenas se inició el complemento ingresó Chávez. El Comandante no es un 9 clásico, pero pese a todo fue el que más situaciones generó.

Racing por momentos se retrasó demasiado, pero fue ordenado, efectivo en la marca: hubo un buen trabajo de Lollo, de Aued, de Acuña, y de una defensa que no cometió errores. Claro, se vio favorecida por un rival previsible, sin sorpresas, que terminó tirando centros al área con desesperación.

El primer “chico” de la trilogía lo ganó Racing. La gente se fue feliz del estadio, sabiendo que esta nueva paternidad ante el xeneize puede extenderse el próximo jueves por la Copa Libertadores, en una Bombonera sin público debido a la suspensión que la Conmebol le impuso a los de la Ribera.

Boca otra vez entró en la incertidumbre. La falta de gol preocupa y mucho. Y la falta de respuesta cada vez que el equipo empieza perdiendo ya es alarmante: la última vez que el conjunto del Vasco dio vuelta un partido tras arrancar en desventaja fue en agosto de 2015, ante Gimnasia.

Arruabarrena y el plantel se jugarán mucho en pocos días: otra derrota, incluso un empate el jueves ante Racing, empezará a sembrar dudas sobre el futuro del equipo en la Copa y obviamente sobre el técnico. Encima, River estará al acecho apenas unos días después.

Mientras, la Academia celebra. Sabe que debe mejorar desde lo futbolístico, pero eso siempre es más fácil cuando los resultados (sobre todo en los clásicos) ayudan.