BUENOS AIRES -- Volvió a River, volvió al gol con la banda roja, volvió a ser la cabeza del equipo y ahora le toca volver a La Bombonera. Andrés D'Alessandro se perdió el primer Superclásico, desde su regreso, y este domingo tiene la chance de jugar una vez más, el partido más convocante del fútbol argentino.
Y La Bombonera no le sienta nada mal...
El enganche millonario tiene un corto historial frente a los rivales de toda la vida, pero los mejores momentos en los Superclásicos los vivió en la mítica cancha de La Ribera. Repasemos un poco...
Si bien Andrés D'Alessandro había debutado en River en mayo del 2000, recién en la temporada siguiente fue que empezó a tener más continuidad.
En el Torneo Apertura de 2001, disputado el 16 de septiembre en el Monumental, el Cabezón, con 20 años, tuvo su debut en un Superclásico oficial, con Ramón Díaz como DT. Pero la experiencia no resultó ser la mejor: River lo ganaba con gol de Cambiasso, pero Gaitán decretó el 1-1 definitivo a muy poco del final y D'Alessandro se fue expulsado a los 85 minutos.
El 10 de marzo de 2002, fue la primera vez en la que D'Alessandro pisó La Bombonera como profesional. Y esa vez, el paseo por la Ribera fue soñado. El Cabezón jugó el partido completo en la goleada de River por 3-0, con tantos de Cambiasso, Coudet y Ricardo Rojas.
El siguiente Superclásico para D'Alessandro fue con el Ingeniero Manuel Pellegrini al mando, el 7 de octubre de 2002, por el Torneo Apertura. El joven volante millonario, ya asentado como titular, compartió ataque con Alejandro Chori Domínguez y Fernando Cavenaghi.
Con un doblete del Chelo Delgado, el Boca conducido por ese entonces por Oscar Tabárez, se llevó la victoria por 2-1 del Monumental.
El 1° de junio de 2003 sería el último Superclásico para D'Alessandro y fue una despedida con sabor agridulce. ¿La parte dulce? El Cabezón marcó su primer y único gol a Boca, vistiendo la camiseta de River. Fue el 1-0 parcial, a los 11 minutos de juego en La Bombonera.
Luego, Fernando Cavenaghi pondría al Millonario 2-0 arriba. Una fiesta. Pero llegó la parte agria. Al equipo conducido por Carlos Bianchi y que tenía a Carlos Tevez en la delantera, le apareció un salvador conocido: Guillermo Barros Schelotto. El Mellizo, hoy entrenador del Xeneize, marcó un doblete para la remontada y el 2-2 final.
Al terminar la temporada en junio de 2003, Andrés D'Alessandro, tras un fugaz paso por la Primera de River, saltó a Europa. Al Wolfsburgo alemán y ya no volvería a vestir la banda roja, sino hasta febrero, 13 años más tarde.
Desde su regreso al club que lo vio nacer, hubo un solo Superclásico por los puntos, disputado en el Monumental, pero D'Alessandro se lo perdió (fue 0-0), a causa de una distensión muscular, que había sufrido en su redebut con la banda, en los minutos que jugó ante el San Pablo de Edgardo Bauza, por la Copa Libertadores.
"Hace mucho que no juego un clásico. El clásico es diferente, es un campeonato aparte y es importante", se entusiasmó el enganche de River, días atrás, porque 12 años y 10 meses después, volverá a enfrentar a Boca, defendiendo los colores blanco y rojo.
Y lo cierto es que, para el River tan irregular de estos días, con más bajos que altos, el aporte de juego y también de gol, convierten a D'Alessandro en una pieza clave para intentar hacer temblar La Bombonera.