Fútbol Americano
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El recuerdo del debut profesional de Diego Maradona

BUENOS AIRES -- El 20 de octubre de 1976 debutó como futbolista un joven de 15 años que luego fue campeón del mundo, anotó el mejor gol del siglo XX y el tanto con la mano más famoso de todos los tiempos, salió campeón en tres países y dirigió a su selección en un Mundial: Diego Maradona.

Los 7.700 hinchas que asistieron ese domingo al estadio de Argentinos Juniors y vieron a su equipo caer ante Talleres por 0-1 fueron testigos del primer partido de Pelusa, Pelusita o el Morochito, como se llamaba en aquel entonces a quien luego se convirtió en El Pibe de Oro y D10s.

El entrenador Juan Carlos Montes lo mandó al campo con el dorsal 16 en el segundo tiempo en reemplazo de Rubén Giacobetti y, si bien no logró evitar la derrota de su equipo, deleitó a los hinchas con un caño en la primer pelota que tocó.

"Ya pasaron 40 años y me acuerdo que salí a las diez de la mañana de casa con el único pantalón que tenía, que era de corderoy (pana). Como hacía un calor bárbaro me miraban todos en el tren, en la calle y en el colectivo. Pero bueno, era el único que tenía", dijo Maradona en 2016.

"Montes dijo 'prepárese, nene', y pensé '¿Me lo habrá dicho a mí?'. Miré alrededor y no había muchos nenes, era yo. Me puse a calentar, pero habré calentado 30 segundos y me dijo 'venga'", detalló.

Maradona contó en 2006 en 'Yo soy el Diego', su primer libro, que el entrenador le dijo: "Vaya Diego, juegue como usted sabe, y si puede tire un caño".

"Le hice caso. Recibí la pelota de espaldas a mi marcador, que era Juan Domingo Cabrera, le amagué y le tiré la pelota entre las piernas; pasó limpita y enseguida escuché el 'Ooooole' de la gente, como una bienvenida", explicó Maradona en el libro.

A pesar de su juventud, Pelusa ya era famoso en el club por entretener y sorprender a los hinchas con sus malabares con el balón en el entretiempo de los partidos. Además, su equipo de fútbol infantil, los Cebollitas, arrasó con todos los rivales de turno.

El debut del artífice de las máximas alegrías futbolísticas de Argentina se dio siete meses después del comienzo de una de las épocas más oscuras de la historia del país, la última dictadura militar (1976-1983).

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