Fútbol Americano
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Pelé y una relación muy especial con Diego Maradona

Pelé y Maradona vivieron una relación especial, que tuvo momentos buenos y momentos que no lo fueron tanto.

O Rei, ya retirado del fútbol profesional, siguió desde afuera del campo de juego el camino de Pelusa. Sin dudas, había admiración mutua. Y también, seguramente, cierto recelo por el trono de mejor futbolista.

Se conocieron en 1979, cuando un joven Maradona visitó a Pelé en Copacabana. El argentino estaba dando los primeros pasos, ya consagrado con Argentinos Juniors, y el brasileño hacía poco se había retirado.

En los 80', Maradona llegó a la altura de Dios. Su paso por Boca y Barcelona lo hicieron conocido en el mundo, y cuando llegó a Nápoli revolucionó a una ciudad y hasta a un país. Su consagración en el Mundial de 1986, con una actuación sobresaliente, hizo que las comparaciones se volvieran inevitables.

Maradona triunfó en México, en el mismo país donde en 1970, Pelé había brillado en lo que fue el último Mundial obtenido por O Rei. Dicen que Pelé intentó, de manera infructuosa, negociar para que Maradona jugara en el Santos, club en el que había triunfado.

Tras el retiro de Maradona llegaron los encontronazos. Tal vez, el momento de mayor tensión fue cuando la FIFA armó una votación para definir al mejor jugador del Siglo XX.

Maradona ganó en la votación por Internet, con un gran apoyo del “jurado popular” que lo eligió con el 56,6 por ciento de los votos, contra el 18,53 de Pelé. Luego, la FIFA decidió otorgarle otro premio a Pelé, declarándolo ganador por el voto de los miembros de la Comisión de Fútbol del organismo.

La Bombonera los tuvo juntos, en el partido de despedida de Maradona, donde O Rei estuvo en uno de los palcos presenciando el último encuentro de Pelusa.

Luego de declaraciones cruzadas e idas y vueltas, la paz entre los dos grandes del fútbol sudamericano llegó en 2005, cuando Maradona invitó a su programa de TV al astro brasileño. Allí, charlaron de todo, se rieron, y hasta hicieron jueguito con la cabeza, en un momento inolvidable para los fanáticos de la redonda.

Además de la pasión por el fútbol y por ser únicos a la hora de jugarlo, tuvieron vidas con puntos en común, como el origen humilde y una terrible fama repentina muy difícil de asimilar: se convirtieron en modelos, en ejemplos de toda una sociedad, sin querer estar en ese lugar y sin tener la obligación de serlo.

Tras la muerte de Diego, Pelé posteó: “Qué triste noticia. Perdí a un gran amigo y el mundo perdió una leyenda. Aún queda mucho por decir, pero por ahora, que Dios dé fuerzas a los miembros de la familia. Un día, espero que podamos jugar juntos a la pelota en el cielo”.

Y un tiempo después, en las redes, siguió: “Muchas personas aman compararnos toda la vida. Fuiste un genio que encantó el mundo. Un mago con el balón en los pies y una verdadera leyenda. Pero sobre todo esto, para mí, siempre serás un gran amigo, con un corazón más grande aún”.

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