Pese a la carencia de ritmo del City, que volvió del receso recién hace 10 días con la final de la Community Shield, el partido que enfrentó en Grecia al campeón de la última UEFA Champions League con el de la UEFA Europa League fue divertido.
Sevilla arrancó mucho más concentrado. Enseguida llevó peligro a las cercanías de Ederson, aunque sin mayores consecuencias.
Respondió el City con una escapada y un centro que Ake cabeceó a quemarropa para que Bono se luzca con una atajada impresionante.
No obstante, el equipo de Guardiola lucía oxidado, sin poder hacer con fluidez lo que siempre le dio éxito: jugadas rápidas y elaboradas al mismo tiempo.
Suplía eso con prepotencia ofensiva: iba al ataque con más persistencia que claridad. Y justo cuando se empezaba a acomodar en el partido, su rival le dio un golpazo.
Youssef En Nesyri, de cabeza, puso en ventaja a Sevilla justo en el momento en el que peor la pasaba.
Sintió el impacto el conjunto inglés, y los siguientes 15 minutos fueron los peores suyos en el encuentro. Sevilla no pudo aprovechar esos pasajes para ampliar la ventaja.
Se recompuso el City, retomó el dominio de la pelota y obligó a los de José Luis Mendilibar a pararse de contragolpe.
Justamente por esa vía podría haber resuelto el pleito el equipo ibérico, pero En Nesyri desaprovechó varias chances muy claras (una mano a mano ante Ederson tras un jugadón de Lucas Ocampos por izquierda).
Eso, se sabe, ante Manchester City puede ser letal.
No lo fue tanto porque los circuitos de Haaland y los suyos no estaban aceitados.
Llegó el empate del equipo británico con un centro pasado de Rodri que Palmer le cambió a Bono de cabeza a los 62 minutos. Pero eso iba a ser todo.
Porque, pese a la ventaja física que le sacó en los últimos minutos a su rival, el equipo de Pep no estuvo fino en la definición.
El formato de esta copa no contempla tiempo suplementario, por lo que terminados los 90 más el descuento, comenzaron los penales.
Una tanda algo extraña, en la que los arqueros no tuvieron protagonismo. Los pateadores del City acertaron sus cinco disparos, y los de Sevilla hicieron lo propio en los primeros cuatro intentos.
En el último, el serbio Nemanja Gudelj estrelló la pelota contra el travesaño y desató el festejo celeste.
