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Un duelo cumplió lo prometido, el otro fue una decepción

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BUENOS AIRES -- La ida de semifinales de la UEFA Champions League fue el famoso vaso medio lleno...O medio vacío, según como se lo mire.

Por un lado, las dos series fueron parejas, tanto en el juego como en el resultado, lo que las deja abiertas para la vuelta. Siempre es bueno que haya algo en juego y que se mantenga el suspenso hasta el final.

Pero por el otro, las precauciones le ganaron a los riesgos. En uno de los partidos, porque el duelo táctico lo ganó el que se siente más cómodo esperando para contraatacar; en el otro, por pura inoperancia de ambos equipos. Empecemos por este último...

MANCHESTER CITY Y REAL MADRID ABURRIERON EN CONTINUADO
Lo que hicieron, o mejor dicho, lo que dejaron de hacer el City y el Real se resume en una pregunta: ¿cómo puede ser que planteles tan caros, en el que hasta el jugador más novato vale varios millones de euros, consigan pasar casi todo el partido sin generar ocasiones?

El partido navegó por la intrascendencia y el aburrimiento durante gran parte de su desarrollo, especialmente en la primera parte, en la que se vio una técnica perfecta en los protagonistas, pero con cero eficacia para generar riesgo.

Pasada la hora, lo único cercano a una emoción fue un remate de Agüero desde fuera del área que se fue muy alto. Y recién a los 71, ¡eureka!, un cabezazo de Jesé que dio en el travesaño.

Con esa situación y dos más, una de Casemiro y un remate de Pepe al cuerpo del arquero, el Real Madrid dejó la sensación de que había sido un poco más. Poco, muy poco pensando en el valor de ambos equipos y la expectativa que generan.

Lo cual me lleva a pensar que a veces somos tan categóricos a la hora de criticar nuestro fútbol, con el que quizás habría que ser un poco más contemplativos. En Europa, con todos los adelantos de la ciencia volcados en el deporte, campos de juego perfectos, árbitros por todos lados y que priorizan proteger a los jugadores...También hay partidos que nos hacen pensar que a veces, sería mejor gastar el dinero de la entrada en otro tipo de espectáculo o en comer en un buen restaurant.

Muchas veces me pasó esto de que las expectativas superen por lejos a la realidad. Tengo presente un recuerdo de los años 80, dirigiendo al Reims en Francia. Todavía no teníamos TV por cable en la ciudad, así que convencí a toda mi familia de viajar para ver un Juventus-Verona, los dos grandes equipos del calcio en ese momento.

A las 11.30 de la noche, tras un 0-0 entre dos equipos que jugaron a ver quién defendía mejor, le pedí perdón a mi mujer y a mis hijos y manejé más de 200 kilómetros en silencio y arrepentido, como tantas oportunidades en las que les pedí que me acompañaran a un partido de fútbol.

Lo peor del resultado en la ida es que no le convino a ninguno. El que jugó en casa no hizo goles y ahora tiene que ir afuera a buscar al menos uno. El que fue visitante sabe que si le marcan en su cancha va a sufrir. > > Ante ese escenario, suben las chances de que el finalista sea el Real Madrid, gracias a su enorme potencial ofensivo. El City de los últimos partidos, al que incluso vi en París ante el PSG, no está mostrando gran capacidad de contragolpe. Le está faltando velocidad adelante y también, sin Yaya Touré, alguien que lo pueda lanzar desde más atrás.

Si sacó adelante la serie ante el PSG, fue porque se llevó un buen resultado en la ida, un 2-2 que no merecía, y luego aprovechó que los franceses se quedaron sin su mediocampo titular a la media hora de la vuelta. Aun así no le sobró nada para pasar.

Del otro lado, Real Madrid tiene los jugadores ofensivos como para hacer diferencia en el Bernabeu. La gran duda es Cristiano Ronaldo y cuánto puede pesar su ausencia a la hora de generar chances. Lo sabremos en menos de una semana.

ATLETICO MADRID TUVO EL PARTIDO ESPERADO ANTE BAYERN MUNICH
En la segunda semifinal vimos un espectáculo mucho más a la altura y, especialmente, el partido que esperábamos. O sobre todo, el partido que querían los de Simeone.

Atlético arrancó como quería y le convenía: presionando y poniendo incómodo a un Bayern que, como siempre, iba a buscar el monopolio del balón como camino a sacar ventajas.

En esos primeros minutos de presión alta, el Atlético se encontro con el gol que necesitaba para poder imponer su esquema. Un gol que es, hasta el momento, el gol de la copa, por su importancia y por la calidad de la maniobra de Saúl, que hizo todo bien y en los tiempos justos, especialmente el último enganche, previo a la definición, en el que si se hubiera tomado una fracción de segundo más hubiera permitido el cierre de Vidal.

A partir de ahí, Atletico Madrid se paró como más le gusta. Lo cual también significó que el Bayern asumiera el rol que prefiere, pero claro, un gol abajo. Y ante un rival muy firme atrás y que le achicó la cancha, los alemanes nunca tuvieron el desequilibrio para desbordar.

gual que ante Barcelona, los de Simeone metieron a sus 10 hombres de campo, y por ende a los 10 de su rival, en una franja muy pequeña, en la que se hace dificilísimo encontrar lugar para romper por las bandas. Y al no llegar por afuera, el Bayern tampoco pudo crear espacios adentro para que Lewandowski trabajara cómodo en el área y pudiera generarse alguna oportunidad.

De hecho, las mejores chances las tuvo siempre el Atlético, que con su enorme capacidad de contraataque, pudo aumentar con Griezmann en el primer tiempo o definirlo en el segundo tras una gran jugada de Torres.

La lección no es nueva, pero tampoco es fácil la solución. Cuando un equipo achica tanto los espacios, monopolizar la pelota es importante, pero más todavía es no convertir esa posesión en lenta y previsible. Sin velocidad ni repentización no hay espacios, y sin ellos no se crean ocasiones por más que se tenga la pelota tres veces más que el adversario, como fue el caso en este partido.

De cualquier manera, el escenario para la vuelta es el mismo: hay que ver si el Atlético logra convertir en Munich, ya que le será complicado aguantar el cero los 90 minutos ante un equipo tan ofensivo.

El libreto bien aprendido lo tienen los jugadores de Simeone: tienen una disciplina táctica enorme, se desviven por apoyarse en defensa y por doblar las marcas y, cuando salen de contra, lo hacen como si se jugaran todo su futuro en esa jugada. Bayern ya la pasó mal y estuvo a segundos de la eliminación ante un equipo similar como la Juventus, y eso que su sistema defensivo no está tan aceitado como el del Atlético.

Pero más allá de predicciones o favoritismos, las dos series están abiertas, hay que jugarlas y nos dejan esperando por 180 minutos de fútbol llenos de emociones.

Felicidades.