Fútbol Americano
Jordi Blanco | ESPN Digital 6y

Uno por uno, así jugó el Barcelona frente al Chelsea

Ter Stegen. Batido. Atajó bien un lanzamiento directo de Marcos Alonso en la primera mitad pero se salvó en dos remates al palo de Willian. Al tercero, ya en la segunda parte y tapado por muchos jugadores, no tuvo tiempo de reaccionar.

Sergi Roberto. Defensivo. El sistema de Conte sorprendió al Barcelona y colocando juntos en banda a Marcos Alonso y Pedro provocó que el carrilero catalán tuviera que emplearse mucho más en defensa que en ataque, sobretodo en la primera mitad. En la segunda pudo sumarse alguna vez más, pero trabajo más atrás que adelante.

Gerard Piqué. Lastimado. Sigue mostrando síntomas de dolor en la rodilla que le pasan factura. En la primera mitad Rüdiger le ganó un balón por alto que pudo llevar mucho peligro y sufrió un posible penalti por agarron del propio Rüdiger. Bien ayudado por Umtiti, no destacó como acostumbra.

Samuel Umtiti. Exigido. Sin una marca fija por la manera de jugar del rival, tuvo que multiplicarse ante la debilidad de Piqué y el peligro en diagonal de Hazard y Willian, cuya rapidez endiablada fue una pesadilla para la zaga culé.

Jordi Alba. Obrero. No fue la noche más feliz del lateral catalán, que como Sergi Roberto debió multiplicarse en defensa y entró mucho menos de lo deseado en ataque, donde no casó como es habitual con Leo Messi. En la segunda mitad se estiró más. Trabajó sin destajo y también sufrió de lo lindo con Willian.

Sergio Busquets. Anclado. Su veteranía es un grado y se notó en la calma con que encaró la presión del Chelsea en la salida de balón. Supo sufrir y combinar, en corto, perdiendo muy pocas veces la posición y ocupándose, cuando fue menester, de tapar las carencias de Paulinho.

 

Ivan Rakitic. Multiplicado. Compañero de fatigas de Busquets, tuvo que multiplicarse en el centro del campo, donde la horrible actuación de Paulinho le obligó a trabajar en demasía. Y provocó que no pudiera sumarse con la comodidad habitual en ataque, combinando menos que en partidos anteriores.

Paulinho. Dimitido. Ni en ataque ni en defensa, ni en pase ni en combinación, ni por alto ni por bajo, ni en el robo ni en la recuperación. Nada. Posiblemente fue el peor partido del brasileño desde que llegó al Barça, provocando una terrible decepción que comenzó en un remate simple de cabeza que cruzó demasiado. Se fue diluyendo hasta ser, incluso demasiado tarde, sustituido.

Andrés Iniesta. Soberbio. Recuperó, por afán, el balón que acabó en el gol del empate, regalándole una asistencia mágica a Messi, y mantuvo de esta manera su idilio con un estadio que permanecerá por siempre en su memoria. Supo subir el balón con criterio, siempre, y no perdió la paciencia, nunca. Es el personaje capital para entender qué quiere ser el Barça.

Lionel Messi. Mágico. Acabó con el gafe del Chelsea, al que por fin le marcó un gol… Que se sospecha trascendental de cara al partido de vuelta. Le costó entrar en juego, lo hizo poco en la primera mitad en que sufrió mucho una vigilancia hasta de tres jugadores a la vez pero apareció en el momento oportuno, después de sufrir un partido muy incómodo.

Luis Suárez. Desesperado. Peleó como siempre, abrió espacios en la medida de lo posible pero solamente remató con peligro una vez, sacándole el balón Courtois. No disfrutó ante el perfecto trabajo defensivo del Chelsea… Hasta que se escapó en una jugada que acabó, tras el error garrafal de Christensen, en el gol del empate. Buen acompañante, se desesperó.

Aleix Vidal. Vertical. Entró por Paulinho inmediatamente después del gol de Willian y en apenas 27 minutos se destacó mucho más, entrando por banda, colaborando con Sergi Roberto y siendo mucho más valiente de lo que había sido el brasileño.

André Gomes. Inédito. Entró por Iniesta en el minuto 92. Sin más.

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