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BARCELONA -- El Real Madrid se ríe de las desgracias que sufre en España en cuanto atraviesa la frontera y escucha el himno de la Champions League. Y disfruta, con más o menos fortuna, de un idilio con la grandeza del fútbol. Su eliminatoria con el Paris Saint-Germain le llegaba en un momento dramático, 15 puntos por debajo del Barcelona en LaLiga y ridiculizado por el Leganés en la Copa. Todo o nada... Y destrozó sin miramientos a un rival que acabó arrodillado, rendido y masacrado. Al Real Madrid, campeón de Europa tres veces en los cuatro últimos años y dos de forma consecutiva, no se le puede dar nunca por muerto. Tiene en su ADN algo que le hace especial en esta clase de citas y convierte, de manera entre milagrosa y excepcional, la desgracia en éxtasis. De momento se clasificó para los cuartos de final casi sin despeinarse, convirtiendo lo que se presentó como el duelo más gigantesco de los octavos de final en poco menos que un paseo. Y sabedor de que acabará la Liga entre los cuatro primeros (aventaja en nueve puntos al Sevilla que es quinto) ya solo tiene ojos para la Champions. Su torneo fetiche. Al PSG le remontó en la ida en un abrir y cerrar de ojos para avisarle de lo que le esperaba en la vuelta. Y en París redondeó una noche de aquellas que pueden acabar pasando a su historia particular en el torneo. Como aquella de Old Trafford, cuando en abril de 2000 venció al campeón en su casa con una exhibición que le acabó arrastrando hasta la final de París... En la que aplastó al Valencia. El Real Madrid acabó quinto en la Liga aquella temporada que coronó al Deportivo y fue eliminado por el Espanyol en la Copa del Rey. Con Vicente del Bosque como médico de urgencia tras el cese de Toshack, un equipo liderado por Casillas, Roberto Carlos, Redondo y Raúl convirtió un curso de pesadilla en una fiesta... Como ya le había sucedido en 1998, cuarto en la Liga que conquistó el Barça de Van Gaal y eliminado en la Copa del Rey por un Alavés que jugaba en 2ª División. Con un Heynckes criticado hasta la saciedad y camino del infierno emergió Mijatovic en Amsterdam para coronarse como campeón de Europa. ¿En fuera de juego? La Copa está en sus vitrinas. Puede dar fe de ello el Atlético de Madrid, coleccionista de desgracias en Europa y caído dos veces en una final que tuvo en sus manos y que se le escapó ante el mismo y ‘odiado’ rival. No necesitó la Liga para cerrar el curso bailando feliz y dichoso... ¿2018? Ahí está el Liverpool que en 2009 le humilló en Anfield y estará, se supone, el Manchester City de Guardiola, su bestia negra. Y también el Bayern Munich. Y, se supone, el Barça, el Manchester United y, quizá, la Juventus. Los grandes, los candidatos a destronarle... Pero conscientes de que Europa provoca un cambio bestial en el Madrid. Como el Doctor Jeckyll y Mister Hyde. En París demostró todo lo que había que demostrar.
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