Chelsea, estudiado desde la óptica del Barcelona

FC Barcelona tiene aprendido el guión. Atender a la capacidad de

N'Golo Kanté, vigilar las internadas por banda de

César Azpilicueta y

Marcos Alonso, controlar la electricidad de

Willian y no perder de vista la figura de

Eden Hazard. Eso más el potencial en el juego aéreo ofensivo y la agilidad en cerrar filas a la hora de defender. Es el

Chelsea que espera enfrentar el Barça este miércoles en el Camp Nou.

Ernesto Valverde admitió antes de jugar en

Málaga que su cuerpo técnico, con él en primera persona, llevaba "semanas" estudiando al Chelsea. Se hizo, por separado, diferenciando el partido de ida en Londres y el de vuelta en Barcelona. Y solventada la difícil prueba en Stamford Bridge, atendiendo a las reducidas dimensiones del campo, el choque del Camp Nou se trabajó con otros condicionantes.

Sergi Roberto y

Jordi Alba se presentan como dos secundarios de lujo en el duelo. Serán ellos, con o sin los apoyos de interiores, quienes más deberán vigilar las subidas por banda de Marcos y, se supone, Azpilicueta, siempre y cuando no solvente Antonio Conte colocar en banda a

Victor Moses.

Tal como el trabajo incansable de Kanté, quien puede pasar desapercibido si se rompe el Chelsea o ser una pieza fundamental si, como pretende su entrenador, junta líneas y convierte el partido en una pelea con el centro del campo en el escenario. Ahí habría que esperar si atender a la presencia de Cesc Fábregas y el cambio que pueda ello suponer en el fútbol ofensivo.

Evitar en la medida de lo posible las carreras de Willian es, igualmente, tarea fundamental. El brasileño se ha catapultado en las últimas semanas marcando 5 goles en 6 partidos para provocar

que el propio Valverde se refiriera a él especialmente en la rueda de prensa que ofreció en la ciudad deportiva del Barcelona.

Adueñarse del ritmo del partido es, para el equipo azulgrana, tan importante como anular las mejores prestaciones de un Chelsea al que se tiene en gran consideración por su labor defensiva, de repliegue, como en el contragolpe mortal que se le adivina.

Y es que el Barça tiene perfectamente estudiado a un rival del que, sin fiarse, considera conocer a la perfección.