BARCELONA -- Leo Messi mantiene una relación especial con el Estadio Olímpico de Roma. Fue allí donde, el 27 de mayo de 2009, conquistó la Champions frente al Manchester United en la primera e inolvidable temporada a los mandos de Pep Guardiola en el Barça. Y fue no muchas semanas después de que el hoy entrenador del Manchester City tuviera una premonición que acabó siendo historia.
En plena borrachera de optimismo, tras conquistar la Copa del Rey contra el Athletic de Bilbao y sentenciado el título de Liga de aquella campaña, a Guardiola se le preguntó en sala de prensa si contemplaba algún punto débil en aquel joven que ya desbordaba todos los elogios. En pleno debate un periodista, con toda la buena fe, inquirió que, quizá, Messi no destacaba en el juego aéreo y el entrenador catalán sonrió…
“¿Qué no va bien de cabeza? Algún día Leo os sorprenderá a todos”, vino a decir Pep, en una afirmación que se tomó de refilón en el momento. Y que acabó explotando no demasiado tiempo después.
Cristiano Ronaldo, Balón de Oro y estrella consagrada del Manchester United de Alex Ferguson, se encontró frente a frente por tercera vez en sus carreras ante el Barça en la final de la Champions de 2009. Leo guardaba un recuerdo amargo de las dos anteriores ocasiones: no le había marcado gol a los diablos rojos en la semifinal de la temporada anterior, cuyo título acabó conquistando el equipo del portugués. Y esa debía ser su ocasión.
LEYENDA
Y lo fue. De manera soberbia y rompiendo en pedazos aquella atrevida sentencia. En los primeros ocho minutos Cristiano ya había rematado en tres ocasiones a la portería de Víctor Valdés y cuando se aventuraba una noche de sufrimiento apareció Samuel Eto’o para marcar el 1-0. Siguió el partido con el ManU buscando el empate frente a un Barça que perseguía la sentencia… Y ésta llegó mediada la segunda mitad.
Con Messi clavando por encima de Van der Sar un remate de cabeza prodigioso. Avanzó por la derecha Xavi, seguido de cerca pero sin aspavientos por Ronaldo, y se sacó de la manga un excelente centro que fue a buscar Leo, quedando el balón un centímetro atrás, lo que le obligó casi a revolver la cabeza para, de la nada, conectar un remate de cabeza sublime.
Ganó el Barça por 2-0 y, con el triplete en el bolsillo, el crack argentino comenzó a conquistar, a lo grande, el primer Balón de Oro de su colección. “Ya os avisé. Cualquier día Leo demostrará que es el mejor en todo” confió después del partido Pep Guardiola, sabedor de que tenía en sus filas al número uno indiscutible con apenas 22 años cumplidos.
Leo Messi jugará su tercer partido en el Estadio Olímpico el 10 de abril con el billete de las semifinales de la Champions en juego… Pero lo hará ya con una colección de títulos a sus espaldas y regresando a un escenario inolvidable en su carrera. Porque fue allí donde por primera vez se sintió campeón de Europa en mayúsculas. Y lo hizo con el primer gol primoroso de cabeza de su carrera.