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Las tres claves de la final de la Champions que ganó el Real Madrid

MADRID -- Karim Benzema y Gareth Bale hacen al Real Madrid un equipo de leyenda. El equipo merengue consiguió llegar más lejos que nadie. Consiguió su tercer título de Champions League consecutivo al vencer por 3-1 al Liverpool en la final disputada este sábado en Kiev, gracias a la inspiración de los dos delanteros más discutidos del plantel y pasando por encima del equipo más peligroso en ataque de Europa.

LAS TRES CLAVES

* Las lágrimas de Salah y Dani Carvajal
El momento más duro para el Liverpool llegó a la media hora de juego, cuando Mohamed Salah se tendió en el terreno de juego llorando al no poder continuar. El egipcio se había lesionado el hombro en una mala caída provocada por una falta de Sergio Ramos. El egipcio, destrozado anímicamente, fue sustituido por Adam Lallana. Siete minutos después la tragedia golpeó al Real Madrid. Dani Carvajal se rompió en un sprint. Fue sustituido por Nacho tras abandonar el terreno de juego llorando desconsolado. El defensa ya había vivido un amargo momento en 2016, cuando en la final disputada entre Real Madrid y Atlético en Milán sufrió una lesión muscular que acabó dejándolo sin Eurocopa. Fue un trago amargo para ambos, que corren el riesgo de perderse el Mundial, y un parteaguas en el partido. La lesión del atacante egipcio cimbró al Liverpool, que hasta ese momento mandaba en la cancha. El hundimiento anímico del cuadro inglés frenó sus embestidas y permitió que el Real Madrid repusiera fuerzas y comenzara a amenazar a Karius. Y al Madrid no se le puede dejar respirar.

* La chilena de Gareth valió más que la de Cristiano
Gareth Bale salió de la banca pasada la hora de juego en lugar de Isco para llevar al Real Madrid a lo más alto tres minutos después con una chilena en un pase magistral de Marcelo. El tanto del galés significó el 2-1, después de que Karim Benzema adelantara a los merengues con su quinto gol europeo en lo que va de la campaña y que Mané pusiera las tablas a los pocos minutos. El tercer tanto merengue en la recta final, también obra del galés para el 3-1 definitivo, ya fue el colofón a la media hora más gratificante que ha disputado con la camiseta merengue. La ‘chilena’ no fue tan bonita como la que Cristiano había dejado como la imagen de la temporada merengue en la ida de cuartos de final ante la Juventus (la primera de su carrera), pero tuvo un valor, simbólico y real, mucho mayor. El tanto reivindicó al extremo británico. Llegar al partido en el mejor momento de su temporada y en plena racha goleadora (cinco goles en cuatro partidos de Liga) le había servido de poco, pues Zidane se decantó por Isco para repetir la misma alineación de Cardiff. La de Cristiano encaminó la victoria sobre la Juventus (0-3) que mantuvo vivo al Madrid en la competición. La de Bale encaminó el título.

* La suerte merengue
El Real Madrid es ese señor que casi de casualidad se encuentra con un yacimiento de petróleo en el jardín. Le basta con que le den algo de espacio y tener un par de llegadas claras para resolver los partidos por difícil que sea su situación. Y con fuegos artificiales, además. Era cuestión de aguantar – a pesar de una errática y arriesgada defensa – y quitarle el mando al Liverpool, que durante gran parte de la primera mitad ahogó a los merengues a base de presión, y aprovechar las menor debilidad, el error más infantil, para aniquilar. Empezó Benzema, sacando provecho de una inocentada de Karius, y cerró Bale con dos más, y también con algo de ayuda de la defensa Red, después de que Mané devolviera momentáneamente a la pelea a los suyos.