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BARCELONA -- Agobiado después de tres tropiezos consecutivos en la Liga y avisado por un rendimiento muy deficiente que le deja cada vez más dependiente de Leo Messi, el Barça visita este miércoles al Tottenham en el imponente estadio de Wembley, necesitado de dar un golpe de timón y encaminar su clasificación para los octavos de final de una Champions que, su propio capitán lo proclamó, es el objetivo principal de la temporada. Ante un rival acosado por hasta cinco ausencias de peso, el Barcelona regresa a un escenario mítico en su historia, donde conquistó la Champions en 2011 y en el que estima necesario ese cambio tanto de juego como de resultados para recuperar la autoestima y encarar este terrible calendario del mes de octubre que comienza. Sin Umtiti y Sergi Roberto en la expedición, Valverde estaría planeando un cambio táctico con el objeto de amarrar más el equipo, reforzando el centro del campo y regresando al 4-4-2 que tan buen resultado le dio la pasada temporada en la Liga, lo que daría a pensar la salida del once de Dembélé y su sustitución por Arturo Vidal, que se sumaría a Semedo en el lateral y de Lenglet o Vermaelen en el centro, obligados por las ausencias. “El Barça viene de una mala racha, pero sabemos que estará a punto para el partido”, advirtió Harry Kane, principal argumento goleador de un Tottenham que espera con máxima cautela al equipo azulgrana, sin fiarse de este mal momento en el que ha caído el grupo de Valverde, que mantiene en su plantilla a tres jugadores (Busquets, Piqué y Messi) que conquistaron en el mismo escenario del partido de mañana el título en 2011. De hecho, al equipo de Pochettino el partido no le llega en buen escenario. El técnico argentino aseguró que los lesionados Erikssen, Dembele, Dele Alli y Vertonghen no estarán a punto para enfrentarse al Barça y tras la derrota inicial en San Siro esta segunda jornada es de máxima ansiedad, en el marcador, para un Tottenham con mejores sensaciones que el equipo azulgrana.
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