Fútbol Americano
Jordi Blanco | ESPN Digital 5y

Barcelona: Europa no permite despistes

LYON -- El Barcelona regresa a la Champions dos meses y medio después de cerrar con solemnidad una fase de grupos en la que suele mostrar músculo para, de pronto, encontrarse cara a cara con el sufrimiento.

El Olympique de Lyon, tercero en una Liga francesa que domina con puño de hierro el PSG, le espera con las uñas afiladas y dispuesto a mostrarle al equipo de Valverde que, a la hora de la verdad, Europa no es ninguna autopista.

Al contrario, el Barça conoce de primera mano qué es sufrir en la ida de los octavos de final del torneo. Le ocurrió hace un año en Londres, donde sufrió para arrancar un empate en Stamford Bridge ante el Chelsea, y le ha pasado a menudo en una última década en la que solo sentenció cuatro de las diez eliminatorias en el primer asalto.

Lo consiguió en 2012 en Leverkusen, en 2014 y 2015 en Manchester (frente al City) y en 2016 en Londres contra el Arsenal… Pero son las menos y no ocultan dificultades o aplastamientos inesperados, como aquel bestial varapalo de París en 2017, el 2-0 encajado en San Siro frente al Milan en 2013, el 2-1 del Emirates en 2011 o el ajustado 1-1 de Stuttgart en 2010.

Sin olvidar que el famoso curso 2008-09 que se cerró con el triplete a los mandos de Guardiola el Barça sufrió, de lo lindo, en Lyon, ciudad a la que regresa después de diez años y en la que entonces apenas arrancó un empate (1-1) recordado por el fenomenal gol de Juninho Pernambucano.

Y de ahí a los cuartos de final. Y al derrumbe. Juventus y Roma, sorprendente harakiri el año pasado, muestran al Barça que el camino no es fácil. Más bien al contrario.

REMONTE

“El Lyon debe tomar ejemplo del Betis que ganó en el Camp Nou o del Ajax que le peleó al Real Madrid” explicó José Edmilson, ex futbolista de los dos clubs y curiosamente hoy embajador del Barça aconsejando al equipo francés de cara al choque de este martes. Jugar profundo en las bandas y buscar la espalda de Lenglet y Piqué fue otra de las claves ofrecidas por el brasileño.

Sin Arthur, agarrado a Messi y esperando a Dembélé (con Coutinho la confianza es menor), el equipo de Valverde precisa remontar una imagen muy desdibujada en las últimas semanas y que provocó que el propio Piqué celebrase sus 300 partidos de Liga en azulgrana

lanzando un aviso muy claro: “El martes debemos mejorar si no lo pasaremos mal. Debemos encontrar fluidez porque las sensaciones no son buenas”.

Si el Barça echará de menos a Arthur, más aún se supone la horfandad de un OL sin el sancionado Fekir y que confía en la recuperación de Ndombelé para equilibrar la batalla del centro del campo, donde falta conocer el acompañante de Busquets y Rakitic con Vidal y Aleñá pugnando por ese tercer puesto.

Diez años después el Barça regresa a Lyon sin olvidar su pesadilla de San Valentín en París de hace dos cursos. Si el reto es conseguir “esa copa tan linda” que afirmó Messi al comienzo de la temporada, no hay lugar para ningún despiste.

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