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El Lyon se 'rompe' a la espera del Barça

LYON -- Solventada la visita liguera del Valladolid, el Barcelona viajó a Lyon, donde este martes disputará el primer asalto de los octavos de final frente a un Olympique roto por el eje y que mira a la enfermería con preocupación, temeroso que a la baja de Fekir, sancionado, pudieran unirse Denayer y Ndombéle.

El central no pudo acabar el partido del viernes frente al Guingamp por una lesión en la ingle de la que Bruno Genesio, su entrenador, confía recuperarle, tal como al mediocampista, a quien ya no utilizó por las molestias que sufría en el tobillo izquierdo.

“Confío en que esté a punto para el martes” advirtió Genesio al referirse a Denayer, quien junto a Marcelo forma el centro de la defensa de un OL que ha estudiado a fondo los sistemas del Barça, tan consciente del favoritismo del equipo azulgrana como ambicioso y confiado en dar la campanada.

El Barcelona agradeció en diciembre su emparejamiento con el equipo galo. Se libró del siempre incómodo Manchester United (con o sin Mourinho), esquivó el vértigo que suponía cruzarse con el Liverpool de Klopp y también evitó rememorar los fatales cuartos de final del pasado curso con la Roma.

Junto a Schalke y Ajax, el Olympique de Lyon formaba el trío ‘adecuado’ para unos octavos de final que representan la puerta de entrada a la fase caliente y definitoria de la temporada y si el conjunto alemán, que el miércoles recibirá al Manchester City, personalizaba el reto físico, el francés se situaba junto al Ajax como el desafío futbolístico.

No son, en el fondo, tan diferentes el Lyon y el Ajax. Jóvenes, provocadores, peloteros y en crecimiento, los futbolistas dirigidos por Genesio completaron una primera fase más que digna, no perdiendo ningún partido y dándose el gusto de debutar con una excelente victoria en Manchester sobre el City de Guardiola, que a duras penas pudo después igualar (2-2) en el Stade des Lumières.

Clasificado gracias a un dramático empate final (1-1) en Kiev frente al Shakhtar, su cierre en Ucrania tuvo en la amonestación a Fekir la peor de las noticias, siendo como es el mediapunta el verdadero líder futbolístico del equipo, alcanzada la madurez futbolística y siendo relacionado con no pocos equipos europeos de primer nivel en los últimos dos años.

Sin el futbolista de ascendencia argelina, el Barça deberá tomar buena cuenta de Memphis Depay, renacido en Lyon tras el fiasco que significó su paso por el Manchester United, Moussa Dembélé, apadrinado en su día por Blanc en las categorías inferiores del PSG pero que explotó en el Fulham antes de llegar desde el Celtic, y Bertrand Traoré, un poderoso carrilero que pondrá a prueba a Jordi Alba. Además de Cornet, secundario de lujo e impredecible en el terreno de juego por su electricidad.

Son los argumentos ofensivos de un equipo que, a la espera de conocer qué ocurrirá con las molestias de Ndombéle, disfruta con la eclosión del mediocentro Houssem Aouar, la profundidad del lateral zurdo Ferland Mendy, quien está en la agenda del Barça, o el poderío del brasileño Marcelo Antonio Guedes, central clave en los esquemas del Lyon.

Marcelo, para no rebajar alarma, también acabó con calambres el partido del viernes ante el Guingamp aunque su presencia ante el Barça se entiende segura. Lo que suspira Genesio con Ndombélé y Denayer para confeccionar un once con las mínimas garantías de plantar cara al gigante azulgrana.

“Ellos son los favoritos… Pero también lo eran contra la Roma” advirtió en diciembre el entrenador del Lyon, quien reconoció, eso sí, que para ganar al Barça “tenemos que hacer un esfuerzo colectivo y estar al 150 por ciento para tener una opción de victoria”.

Ese es el reto del OL. Y el temor del Barcelona.