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Luis Suárez... Hasta el último suspiro

COLUMNA ‘EL PULSO’

CIUDAD DE MÉXICO -- “Puede perder cinco balones, hacer tres faltas y errar dos goles, pero esos disgustos le cicatrizan de inmediato...

“Los futbolistas de esta condición nos dan una lección de vida. Para ellos, en cualquier partido, hay una sola jugada importante: la siguiente”.

De esa manera, Jorge Valdano se encargó de resumir en breves y elocuentes palabras lo que representa Luis Suárez en el futbol.

El uruguayo es un centro delantero indomable, cuyo mayor mérito radica en intentarlo todo. Su convicción no le permite escatimar esfuerzo alguno, y es tan capaz de asociarse basado en el virtuosismo, como mezclarse en una batalla en la que nunca piensa en perder.

Su juego radica en la fe y una vez más lo dejó de manifiesto con un par de joyas que solo podían llevar su rúbrica.

La primera, tras un movimiento audaz en el que decide salir del área, y colocarse en posición de disparo para conectar de aire un servicio preciso de Arturo Vidal. Significó el empate parcial 1-1 frente a la muralla del Inter que solo podía ser vencida con un dardo letal.

Faltaba el broche de oro y éste llegó mediante la cortesía de una sociedad tan conocida como incontenible: Messi hizo una jugada ‘a lo Messi’ en la que fue sembrando rivales, y el ‘9’ volvió a colocarse en el sitio ideal para esperar el servicio fraterno, y con un control orientado de alta escuela quedó de frente al arco para decretar el 2-1 decisivo.

El Camp Nou suele rendirle tributo al ritmo de “uru-gua-yo, uru-gua-yo”… Es Luis Suárez, un centro delantero que juega cada partido como si fuera el primero... O el último.